Casi tres horas de concierto, creo que hacía mucho tiempo que no vivía una noche así. Fue duro acostarse más allá de la una de la madrugada y robarle tiempo al sueño, pero valió la pena. The Steepwater Band, una de las bandas más asiduas de nuestros escenarios lo han demostrado más que nunca, tocando en Barcelona por segunda vez en nueve días. La primera ofrecieron un gran concierto en la sala Wolf, y esta segunda actuación venía anunciada como noche especial para festejar los catorce años de Rocksound (que aunque ya no exista físicamente siempre habitará en nuestros corazones rockeros). De hecho, en un principio sólo se promocionó como concierto especial sin decir el nombre de la banda que actuaría y ya se vendió la mitad del aforo, demostrándose la confianza que tenemos en los responsables de Rocksound, faltaría más.
La palabra especial nos hacía pensar a muchos que quizá el repertorio estaría basado en algún disco mítico, como aquella vez que los Steepwater repasaron el Get yer ya-ya's out! de los Stones en una noche gloriosa. Finalmente no fue así, y nos encontramos con un concierto convencional de los de Chicago, con un setlist distinto al de Wolf, pero con alguna coincidencia.
The Steepwater Band es una banda de corte clásico y eminentemente de guitarras, con los brutales Jeff Massey y Eric Saylors luciéndose durante esas tres horas, muy bien respaldados por unos pétreos Joe Winters a la batería y Joe Bishop al bajo. Arrancaron ya con un trío de ases de su solvente discografía, como son Remember the taker, Turn of the wheel y Revelation sunday, y muy pronto llegó la primera versión de la noche. ¿Un poco de Blues? Pues Big Bill Broonzy y su Key to the highway es una buena opción. ¿Recuerdo a Tom Petty? Pues venga, una sorprendente Dreams of flying de Mudcrutch no está nada mal. Entre medio, más temas propios, como High and humble, Come on down o Broken spirit Blues, entre otros. ¿Y para acabar? Pues una estratosférica Knockin' on heaven's door de Dylan para dejarnos con la boca abierta ante la exhibición guitarrística de los dos hachas. El bis no podía fallar, y tras Indiana line, cayó un Honky tonk women en el que homenajearon a Charlie Watts en el día del primer cumpleaños que no celebraba el añorado batería, acabando con World keeps moving on, tema que cerraba su disco Grace and melody. ¿Fin del concierto? Ni hablar, aún quedaba un segundo bis con una bala en la recámara, nada menos que ese enorme Cortez the killer, que Neil Young escribiera en su día con cariño hacia el conquistador español.
¿Fue mejor este concierto que el de nueve días atrás? Bueno, los que hayáis estado en los dos podéis sacar vuestras propias conclusiones. Yo por mi parte me quedo con los dos, para qué elegir.
Y sí, luego nos tocó correr para poder coger el transporte público y dormimos menos que otras noches, pero como decía al principio valió la pena, de verdad.
Gracias una vez más a la gente de Rocksound por seguir ofreciendo noches copmo estas pese a no tener un lugar físico como antes. Seguid así.
Mr. Wolf
Más info en la web del grupo
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