Hoy es un día muy triste. Se nos acaba de ir uno de los grandes. Y la verdad es que, en este sentido, está siendo un año muy duro. Hace unos meses era el increíble guitarrista Alvin Lee quien fallecía, y hoy ha sido el turno del poeta neoyorquino, del mito de la Velvet, del único e irrepetible Lou Reed. Dos pérdidas que, a mí particularmente, me han tocado muy de cerca. Ambos eran dos de mis mayores ídolos musicales. Dos iconos de una era que parece estar acabándose irremediablemente. Hoy ha sido Lou, y ahora nos toca ponernos esos discos tantas veces escuchados a lo largo de los años: Transformer, Berlin, Rock'n'Roll animal, New York... Sus trabajos con Velvet Underground, como aquel histórico The Velvet Underground & Nico. Tantas y tantas canciones, muchas de ellas verdaderos clásicos. Y sí, también grabó cosas infumables, como Metal machine music. Y sí, también parece ser que era un tipo bastante malcarado. Pero no va a ser eso en lo que pensemos hoy.
Tuve ocasión de verlo en directo tres veces. Y la primera de ellas se convirtió en uno de los conciertos históricos de mi vida. Verano del 89. Velòdrom d'Horta. Gira del New York, uno de los mejores discos que se grabaron en los 80. Tremenda noche. Junto a los temas de ese emblemático vinilo, caso de Romeo had Juliette, Dirty Boulevard o Strawman, algunos de los clásicos que queríamos escuchar: Rock'n'Roll, Sweet Jane, Walk on the wild side o Vicious. Lou Reed en uno de sus mejores momentos, convirtiendo en afortunados a todos los que estuvimos allí.
Es hora de recordar esos momentos. Y de revisar su inmenso legado.
Adiós, amigo.
Mr. Wolf
domingo, 27 de octubre de 2013
domingo, 20 de octubre de 2013
ISRAEL NASH GRIPKA. ROCKSOUND. 16/10/13
Ha ocurrido, estamos presenciando uno de ésos mágicos momentos que ocurren de tanto en tanto en el mundo de la música, en el que un artista que posee grandes temas y los defiende con entereza en vivo pasa a otro nivel, su figura se agiganta y te das cuenta de que a partir de ahora está llegando a otro lugar; no tengo ninguna duda de que los que hemos podido asistir hasta el momento a los conciertos de Israel Nash Gripka en salas de reducido aforo o escenarios secundarios en festivales hemos sido afortunados, porque estoy convencido de que le está llegando el momento de un reconocimiento mucho más masivo, no puede ser de otra manera viendo cómo va progresando su carrera y el paso adelante que ha dado con su nuevo disco Rain plans.
En el minúsculo escenario de la sala Rocksound se embutieron como pudieron cinco grandes músicos para darnos una lección de Rock con mayúsculas que si bien por momentos bebe de grandes influencias clásicas americanas como Neil Young, puede mutar en una mezcla de psicodelia e incluso pasajes deudores de los más lacónicos Pink Floyd, además de hacernos esbozar la mejor de nuestras sonrisas con esos estribillos poppies que tan bien entremezcla con furiosos arranques guitarreros.
Israel Nash parecía un oso enjaulado en el diminuto escenario, pero cuando se abalanzaba furioso sobre su guitarra su figura se agrandaba aún más, llenando todo el espacio. Gran concierto en una sala llena, deseosa de escuchar al tipo que debe llegar ya mismo a atrapar a bandas como Band of horses o My morning jacket en reconocimiento, se lo merece, nos va a deparar grandes cosas en el futuro.
Del repertorio evidentemente habría que destacar sus pequeños grandes clásicos como Fool’s gold, Baltimore, Goodbye ghost , Four winds o Antebellum; pero yo destacaría los temas de su último disco que sonaron realmente bien como Rain plans, Woman at the well o Rexanimarum. Ansioso por volver a disfrutar de su música en vivo.
Mr. Sheep
Más info en la web del músico
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ISRAEL NASH GRIPKA
domingo, 13 de octubre de 2013
CALELLA ROCKFEST. FÀBRICA LLOBET (CALELLA). 11,12/10/13
Primera edición, y esperamos que haya muchas más, de este festival dedicado al Rock'n'Roll y celebrado en la costera localidad de Calella. Con un cartel más que apetitoso y unos precios increíblemente asequibles para los tiempos que vivimos. Así que no había motivo para la duda, ahí debíamos estar.
Viernes 11. Al llegar al recinto, el recibimiento fue el terrible sonido que sufrieron los locales Blackway, con el bajo destrozando los tímpanos, resultando imposible acercarse al escenario. Otra vez será, chicos. Y esperemos que en mejores condiciones.
El primer plato fuerte del festival venía de la mano de Bernie Tormé, guitarrista irlandés conocido por trabajar en los 80 con gente de la talla de Ian Gillan, Ozzy Osbourne o Dee Snider. Sinceramente, hacía muchísimos años que le había perdido la pista, y la ilusión era enorme por ver a este pequeño guitar hero. Y pese a encontrarse ligeramente resfriado y que el sonido había mejorado poco, no decepcionó. Con dos músicos acompañándole, hizo un repaso a toda su carrera y se lució con su instrumento, como era previsible. Con recuerdos a su etapa con Gillan, como No easy way o su versión de Trouble. Recuerdos a su banda Electric Gypsies, caso de Turn out the lights. Y también recuerdos a su colega John McCoy, con Can't beat Rock'n'Roll. Y como colofón, todo un Smoke on the water con la ayuda de otro cantante. Afable y simpático, nos ofreció un buen concierto y nos hizo felices a todos los que en algún momento hemos seguido sus andanzas. Por cierto, su bajista fue de los músicos más activos a la hora de presenciar otras actuaciones, encontrándose incluso al día siguiente entre el público.
Y acto seguido, Warrior Soul, la banda de Kory Clarke. Banda que salió a por todas desde el inicio,
arropando la cada vez más rota voz de su líder. Kory se mostró desbocado y teatral. Se revolcó por el suelo; se hizo una herida en la rodilla; se peleó continuamente con el pie de micro; volvió locos a los roadies; dio órdenes a sus músicos cuando lo creyó conveniente y, en definitiva, ofreció un concierto magnífico. Canciones como The drug, Junky stripper o la que significó el explosivo final, Rotten soul, son verdaderos cañonazos hard rockeros que no dejan indiferente a nadie. Gran concierto, sí señor.
A continuación era el turno de los barceloneses '77 y su Rock'n'Roll influenciado por AC/DC. Pero a esas horas de la madrugada el cansancio ya había hecho mella y quedaban unos cuantos kilómetros por delante. Y teniendo en cuenta que una retirada a tiempo se puede considerar una victoria, la decisión fue que era el momento de irse. Al día siguiente seguía la fiesta.
Sábado 12. Si el día anterior fue bastante rockero, éste era día de un perfil claramente bluesero. La tarde empezó con Blind Cream, de Mataró. Sólo llegué a tiempo de ver las últimas canciones, con un gran trabajo a la guitarra del jovencísimo Jordi. Habrá que seguirles la pista.
Con su bonachón líder al frente, Danny Bryant Band eran los siguientes en tomar el escenario. Joven guitarrista inglés, nos gustó mucho a todos con su Blues de alta escuela, su pericia a la guitarra y la simpatía mostrada con el público. Pese a su edad, ya ha editado un buen puñado de discos, habiendo recibido excelentes críticas allá por donde pasa. Sin ir más lejos, Eric Clapton o Joe Bonamassa han sido algunos de los que lo han alabado públicamente. Tras unas cuantas perlas musicales, llegó el turno para su particular versión de Knockin' on heaven's door, ganándose plenamente a la audiencia. Gran trabajo que sirvió para prepararnos ante lo que nos esperaba a continuación.
Llegó el turno de Mick Ralphs Blues Band. Antes del festival era el concierto que más me apetecía, y ante lo visto, puedo decir que no me equivocaba en mis previsiones. A Mick Ralphs, legendario guitarrista de Mott The Hoople y Bad Company, ya había tenido oportunidad de verlo unos años atrás cuando vino junto al gran Ian Hunter a Barcelona, en lo que fue un concierto memorable. Y los que estuvísteis aquella noche en Bikini ya sabéis de lo que hablo. En esta ocasión, se presentaba junto a su espléndida banda, con la que toca clásicos de Blues además de temas míticos de su carrera. Y así fue. Impecable inicio con Rock me baby y Born under a bad sign. Poco después, la primera joya de Bad Company, nada menos que Feel like makin' love. Otro momento mágico fue el Baby what you want me to do de Jimmy Reed, que sonó fantástico. O el set acústico entre el otro guitarrista y su cantante. Y claro, el bis con Can't get enough que todos esperábamos. En resumen, un concierto mayúsculo que resultó ser el mejor del festival para muchos, entre los que me cuento. Eso sí, horrorosa la camisa hawaiana de Mick.
Llegó el momento de Gerry McAvoy's Band Of Friends. Es decir, Gerry McAvoy y Ted McKenna, bajista y batería de Rory Gallagher durante muchos años, junto al holandés Marcel Scherpenzeel sustituyendo al insustituible irlandés. Emociones encontradas. El inmenso legado de Rory interpretado magníficamente. Con clase, técnica y simpatía también, especialmente por parte de Gerry. Con un gran trabajo a la guitarra del holandés de apellido impronunciable. Pero es inevitable pensar que Rory no está ahí. Y no es lo mismo. Tienen todo el derecho a tocar su música, y me parece bien, pero resulta un poco extraño. Y el escaso carisma de Marcel no ayuda, por no citar su timbre de voz tan parecido o usar una Stratocaster de la línea de Rory Eso sí, maravillas como Follow me, Tattoo'd lady o Shadow play siguen sonando espectacularmente bien. Y siempre podemos cerrar los ojos y pensar que sobre las tablas está quien debería estar. Pese a todo, una buena actuación que se ganó claramente al público.
No lo tenían fácil White Cowbell Oklahoma para cerrar el festival. Ya pasaban unos minutos de las dos de la madrugada, quedábamos pocos y nos encontrábamos muy cansados. Y estuvieron bien, pero creo que les faltó algo. Ya sabemos que en sus conciertos el componente visual es importante, pero a esas horas quizá deberían haberse dejado un poco de bromas y parrafadas para centrarse en la música. Y están muy bien los sombreros vaqueros, el fuego, la sierra mecánica y todo el espectáculo, claro. Y muy bien los temas de siempre, como Cheerleader o Put the south in your mouth, pero los parones fueron matadores. De todas maneras, una buena manera de finalizar la segunda y última jornada en Calella.
Y hasta aquí lo que ha sido este festival. Esperamos y deseamos que tenga una larga vida, porque festivales rockeros no abundan por aquí. Además con muy buenos precios, como decíamos antes. En la parte negativa, sin duda el sonido, que no fue muy bueno ninguno de los dos días, especialmente el primero. Y también el escaso público. No sé si debido a una pobre promoción, pero resulta preocupante encontrar el recinto a mitad de aforo tanto el primer día como el segundo. A ver si se soluciona en la segunda edición.
Nos vemos el año que viene en el Calella Rockfest.
Mr. Wolf
Más info en la web del festival
Viernes 11. Al llegar al recinto, el recibimiento fue el terrible sonido que sufrieron los locales Blackway, con el bajo destrozando los tímpanos, resultando imposible acercarse al escenario. Otra vez será, chicos. Y esperemos que en mejores condiciones.
El primer plato fuerte del festival venía de la mano de Bernie Tormé, guitarrista irlandés conocido por trabajar en los 80 con gente de la talla de Ian Gillan, Ozzy Osbourne o Dee Snider. Sinceramente, hacía muchísimos años que le había perdido la pista, y la ilusión era enorme por ver a este pequeño guitar hero. Y pese a encontrarse ligeramente resfriado y que el sonido había mejorado poco, no decepcionó. Con dos músicos acompañándole, hizo un repaso a toda su carrera y se lució con su instrumento, como era previsible. Con recuerdos a su etapa con Gillan, como No easy way o su versión de Trouble. Recuerdos a su banda Electric Gypsies, caso de Turn out the lights. Y también recuerdos a su colega John McCoy, con Can't beat Rock'n'Roll. Y como colofón, todo un Smoke on the water con la ayuda de otro cantante. Afable y simpático, nos ofreció un buen concierto y nos hizo felices a todos los que en algún momento hemos seguido sus andanzas. Por cierto, su bajista fue de los músicos más activos a la hora de presenciar otras actuaciones, encontrándose incluso al día siguiente entre el público.
Y acto seguido, Warrior Soul, la banda de Kory Clarke. Banda que salió a por todas desde el inicio,
arropando la cada vez más rota voz de su líder. Kory se mostró desbocado y teatral. Se revolcó por el suelo; se hizo una herida en la rodilla; se peleó continuamente con el pie de micro; volvió locos a los roadies; dio órdenes a sus músicos cuando lo creyó conveniente y, en definitiva, ofreció un concierto magnífico. Canciones como The drug, Junky stripper o la que significó el explosivo final, Rotten soul, son verdaderos cañonazos hard rockeros que no dejan indiferente a nadie. Gran concierto, sí señor.
A continuación era el turno de los barceloneses '77 y su Rock'n'Roll influenciado por AC/DC. Pero a esas horas de la madrugada el cansancio ya había hecho mella y quedaban unos cuantos kilómetros por delante. Y teniendo en cuenta que una retirada a tiempo se puede considerar una victoria, la decisión fue que era el momento de irse. Al día siguiente seguía la fiesta.
Sábado 12. Si el día anterior fue bastante rockero, éste era día de un perfil claramente bluesero. La tarde empezó con Blind Cream, de Mataró. Sólo llegué a tiempo de ver las últimas canciones, con un gran trabajo a la guitarra del jovencísimo Jordi. Habrá que seguirles la pista.
Con su bonachón líder al frente, Danny Bryant Band eran los siguientes en tomar el escenario. Joven guitarrista inglés, nos gustó mucho a todos con su Blues de alta escuela, su pericia a la guitarra y la simpatía mostrada con el público. Pese a su edad, ya ha editado un buen puñado de discos, habiendo recibido excelentes críticas allá por donde pasa. Sin ir más lejos, Eric Clapton o Joe Bonamassa han sido algunos de los que lo han alabado públicamente. Tras unas cuantas perlas musicales, llegó el turno para su particular versión de Knockin' on heaven's door, ganándose plenamente a la audiencia. Gran trabajo que sirvió para prepararnos ante lo que nos esperaba a continuación.
Llegó el turno de Mick Ralphs Blues Band. Antes del festival era el concierto que más me apetecía, y ante lo visto, puedo decir que no me equivocaba en mis previsiones. A Mick Ralphs, legendario guitarrista de Mott The Hoople y Bad Company, ya había tenido oportunidad de verlo unos años atrás cuando vino junto al gran Ian Hunter a Barcelona, en lo que fue un concierto memorable. Y los que estuvísteis aquella noche en Bikini ya sabéis de lo que hablo. En esta ocasión, se presentaba junto a su espléndida banda, con la que toca clásicos de Blues además de temas míticos de su carrera. Y así fue. Impecable inicio con Rock me baby y Born under a bad sign. Poco después, la primera joya de Bad Company, nada menos que Feel like makin' love. Otro momento mágico fue el Baby what you want me to do de Jimmy Reed, que sonó fantástico. O el set acústico entre el otro guitarrista y su cantante. Y claro, el bis con Can't get enough que todos esperábamos. En resumen, un concierto mayúsculo que resultó ser el mejor del festival para muchos, entre los que me cuento. Eso sí, horrorosa la camisa hawaiana de Mick.
Llegó el momento de Gerry McAvoy's Band Of Friends. Es decir, Gerry McAvoy y Ted McKenna, bajista y batería de Rory Gallagher durante muchos años, junto al holandés Marcel Scherpenzeel sustituyendo al insustituible irlandés. Emociones encontradas. El inmenso legado de Rory interpretado magníficamente. Con clase, técnica y simpatía también, especialmente por parte de Gerry. Con un gran trabajo a la guitarra del holandés de apellido impronunciable. Pero es inevitable pensar que Rory no está ahí. Y no es lo mismo. Tienen todo el derecho a tocar su música, y me parece bien, pero resulta un poco extraño. Y el escaso carisma de Marcel no ayuda, por no citar su timbre de voz tan parecido o usar una Stratocaster de la línea de Rory Eso sí, maravillas como Follow me, Tattoo'd lady o Shadow play siguen sonando espectacularmente bien. Y siempre podemos cerrar los ojos y pensar que sobre las tablas está quien debería estar. Pese a todo, una buena actuación que se ganó claramente al público.
No lo tenían fácil White Cowbell Oklahoma para cerrar el festival. Ya pasaban unos minutos de las dos de la madrugada, quedábamos pocos y nos encontrábamos muy cansados. Y estuvieron bien, pero creo que les faltó algo. Ya sabemos que en sus conciertos el componente visual es importante, pero a esas horas quizá deberían haberse dejado un poco de bromas y parrafadas para centrarse en la música. Y están muy bien los sombreros vaqueros, el fuego, la sierra mecánica y todo el espectáculo, claro. Y muy bien los temas de siempre, como Cheerleader o Put the south in your mouth, pero los parones fueron matadores. De todas maneras, una buena manera de finalizar la segunda y última jornada en Calella.
Y hasta aquí lo que ha sido este festival. Esperamos y deseamos que tenga una larga vida, porque festivales rockeros no abundan por aquí. Además con muy buenos precios, como decíamos antes. En la parte negativa, sin duda el sonido, que no fue muy bueno ninguno de los dos días, especialmente el primero. Y también el escaso público. No sé si debido a una pobre promoción, pero resulta preocupante encontrar el recinto a mitad de aforo tanto el primer día como el segundo. A ver si se soluciona en la segunda edición.
Nos vemos el año que viene en el Calella Rockfest.
Mr. Wolf
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CALELLA ROCKFEST 2013
miércoles, 9 de octubre de 2013
STACIE COLLINS. ROCKSOUND. 08/10/13
Ya no quedan dudas de que el cambio climático es un hecho. Y como prueba, el huracán Stacie, que pasó por Barcelona asolando la sala Rocksound. Lo de esta mujer es realmente increíble. Es un auténtico espectáculo ver su pasión, su entrega y su fuerza sobre el escenario. Hace dos años ya comentamos su visita a la misma sala, destacándola como
una gran noche. Pero, sinceramente, en esta ocasión me ha parecido aún
mejor, dejándome en verdad alucinado. Todos estos artistas americanos de Country comercial y aburrido deberían asistir a un concierto suyo para darse cuenta de lo que es música hecha con el corazón, con clase y actitud.
Para empezar, nada mejor que soltarnos en los morros Baby sister. La banda a tope y la armónica de Stacie echando chispas. Y venga, a seguir, con Country, Blues o Rock'n'Roll. Como era esperado, servido con la furia habitual de esta fiera de escenario. Así fueron cayendo It ain't love, Hey mister, el vacilón Lucky spot, Carry me away, A good man o Tied to you. Además de las habituales versiones de clásicos, como I ain't got you, el Happy de los Stones (cantada por su guitarrista) o, ya en el bis, It's a long way to the top (if you wanna Rock'n'Roll) y Baby please don't go, en un final de auténtico órdago.
Casi dos horas con Stacie deleitándonos con su magnífica voz, recorriendo la sala con su armónica, encaramándose por la barra, bromeando con las primeras filas y, para colmo, mostrándose encantadora con todos los que nos acercamos a ella al terminar la actuación. No sé que más se le podría pedir.
Para los que no hayáis estado nunca en un concierto de esta mujer, una recomendación: no os perdáis la próxima gira. A mí me tiene robado el corazón.
Mr. Wolf
Más info en la web del músico
Para empezar, nada mejor que soltarnos en los morros Baby sister. La banda a tope y la armónica de Stacie echando chispas. Y venga, a seguir, con Country, Blues o Rock'n'Roll. Como era esperado, servido con la furia habitual de esta fiera de escenario. Así fueron cayendo It ain't love, Hey mister, el vacilón Lucky spot, Carry me away, A good man o Tied to you. Además de las habituales versiones de clásicos, como I ain't got you, el Happy de los Stones (cantada por su guitarrista) o, ya en el bis, It's a long way to the top (if you wanna Rock'n'Roll) y Baby please don't go, en un final de auténtico órdago.
Casi dos horas con Stacie deleitándonos con su magnífica voz, recorriendo la sala con su armónica, encaramándose por la barra, bromeando con las primeras filas y, para colmo, mostrándose encantadora con todos los que nos acercamos a ella al terminar la actuación. No sé que más se le podría pedir.
Para los que no hayáis estado nunca en un concierto de esta mujer, una recomendación: no os perdáis la próxima gira. A mí me tiene robado el corazón.
Mr. Wolf
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STACIE COLLINS
viernes, 4 de octubre de 2013
THE SHEEPDOGS. BIKINI. 02/10/13
Una de las sensaciones del último festival de Azkena fueron los canadienses The Sheepdogs, que consiguieron una de las más unánimes peticiones de bis (sin éxito, cosas de los horarios) vividas en todas las ediciones de dicho festival. Su mezcla de guitarras sureñas y coros en la más pura tradición Beatles nos cautivaron a la mayoría del público asistente, que nos quedamos deseosos de ver a esta banda en una sala. Apenas tres meses después, en Bikini nos llegó la oportunidad. Nosotros la aprovechamos y el grupo cumplió las expectativas con creces.
Para empezar la noche, los vigueses Dixie Town nos ofrecieron su Blues Rock en formato power trio. Esforzados y contundentes, completaron perfectamente su misión. Más tarde, y con exquisita puntualidad, la banda liderada por el cantante y guitarrista Ewan Currie tomó el escenario. Y la verdad es que sonaron a gloria, tocando sobre todo temas procedentes de sus dos últimos trabajos, los fascinantes Learn & burn y The Sheepdogs, con los cuales se han ganado a crítica y público. Y es que los coros de I don't know o Feeling good son más que adictivos. Las guitarras de Southern dreaming no te las puedes quitar de la cabeza. Ewan's Blues y su trombón a cargo del teclista Shamus Currie es un momento mágico de la noche. Y durante todo el concierto, es inevitable pensar en sus más que probables influencias. Ya hemos mencionado a los Beatles, pero también deben andar por ahí Bachman Turner Overdrive (¡qué gran y olvidada banda!), Allman Brothers Band (estos siempre aparecen) o incluso los Doors. Todo ello viendo a un grupo sobre las tablas que suena compacto y que sabe que este es su momento y debe aprovecharlo. También la imagen resulta añeja, llevando todos un rollo retro, especialmente el bajista Ryan Gullen, aunque la verdad es que el polo de Currie resulte escasamente rockero o glamouroso, todo hay que decirlo.
En definitiva, pudimos comprobar que no nos equivocamos con ellos en Azkena. Y sí, esta vez tuvimos bis, como no podía ser de otra manera.
Mr. Wolf
Más info en la web del grupo
Para empezar la noche, los vigueses Dixie Town nos ofrecieron su Blues Rock en formato power trio. Esforzados y contundentes, completaron perfectamente su misión. Más tarde, y con exquisita puntualidad, la banda liderada por el cantante y guitarrista Ewan Currie tomó el escenario. Y la verdad es que sonaron a gloria, tocando sobre todo temas procedentes de sus dos últimos trabajos, los fascinantes Learn & burn y The Sheepdogs, con los cuales se han ganado a crítica y público. Y es que los coros de I don't know o Feeling good son más que adictivos. Las guitarras de Southern dreaming no te las puedes quitar de la cabeza. Ewan's Blues y su trombón a cargo del teclista Shamus Currie es un momento mágico de la noche. Y durante todo el concierto, es inevitable pensar en sus más que probables influencias. Ya hemos mencionado a los Beatles, pero también deben andar por ahí Bachman Turner Overdrive (¡qué gran y olvidada banda!), Allman Brothers Band (estos siempre aparecen) o incluso los Doors. Todo ello viendo a un grupo sobre las tablas que suena compacto y que sabe que este es su momento y debe aprovecharlo. También la imagen resulta añeja, llevando todos un rollo retro, especialmente el bajista Ryan Gullen, aunque la verdad es que el polo de Currie resulte escasamente rockero o glamouroso, todo hay que decirlo.
En definitiva, pudimos comprobar que no nos equivocamos con ellos en Azkena. Y sí, esta vez tuvimos bis, como no podía ser de otra manera.
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