Recuerdo muy bien la primera vez que escuché hablar de Salva Criado. Hará unos cuatro o cinco años. José Luis Lozano iba a dar un concierto muy especial en el Bar de Los Amigos, y me avisó de que vendría un cantautor con una sensibilidad muy especial. Lozano me conoce bien, y sabía que su invitado me iba a gustar. Aquel concierto fue muy emotivo, y contó con la presencia de muchos otros músicos. Pero yo me quedé prendado con las canciones y la forma tan pasional de interpretarlas que tiene Salva Criado. Desde aquel día siempre que he tenido oportunidad de disfrutarlo en directo no he perdido la ocasión.
Hace unos meses, Lozano me puso sobre aviso de que por fin Salva estaba grabando su primer disco en solitario. Ya había grabado antes con algunas bandas como El circo de las Mariposas, Matilda Blue o Gala Cortés, pero después de mucho trabajo y de picar mucha piedra iba a sacar adelante su propuesta más personal. Yo conocía algunas de las canciones que figuran en el disco en sus versiones más desnudas y acústicas, después de escucharlas en directo en algunos locales. Y la verdad es que me gustaban mucho, pero no me esperaba el salto cualitativo que iban a dar al grabarlas en un estudio. No hay nada de más en el disco, todo está en su sitio. También aparecen temas acústicos, pero las baterías, los bajos, algún adorno de trompeta, las cuidadísimas harmonías vocales, y las guitarras de Salva están de diez. Mikel Bassquez ha hecho un gran trabajo con la producción del disco. También hay que destacar las mezclas de Sel Lee y la masterización de Ángel Medina. Estéticamente es un trabajo muy cuidado, con las fotografías de Patricia Atzur y un tacto en el CD que se asemeja un poco al terciopelo que da nombre al disco.
Terciopelo está repleto de guiños y giros estilísticos que lo acercan al universo sonoro de artistas como Jeff Buckley, Nick Drake, Antonio Vega, Bill Fay, y hasta Isaac Gracie. Casi nada, no están nada mal como referentes. Pero la personalidad de Salva sale airosa y demuestra que está por encima de cualquier influencia.
El disco comienza con una canción de ritmo trotón, con unos bonitos coros y unas guitarras eléctricas luminosas, Llega un barco de cartón. En Tú sí pasamos del Blues al Gospel, con un crescendo final arrebatador y un canto a los valientes que se atreven a hacer cosas y se elevan por encima de los mediocres que sólo saben criticar. Llega la calma con Seamos realistas, un tema intimista que apuesta por sentirse artista, y sobre el que planean Antonio Vega y Jeff Buckley. Toca descansar nos llena de luz y nos predispone para una auténtica joya. Toca despertar es un temazo que comienza y acaba con un susurro, que a mí me evoca a Nick Drake y que contiene una crítica al imperio del dinero, con un punto de desilusión, pero que se eleva gracias a la perseverancia del creador para una parte final esperanzada. Un pie tras otro pie contiene un estribillo inmejorable y debería aparecer como single, según mi modesta opinión, el crescendo final me evoca al de So real de Jeff Buckley. Gigantes es un tema muy sutil, como su arreglo de trompeta, y los fantasmas de Bill Fay y Nick Drake se me van apareciendo mientras la escucho. No hay opción es una preciosa balada que juega con los silencios mientras nos habla de desamor. La luminosidad vuelve con Cuando menos te lo esperes, una guitarra atmosférica y unos coros muy trabajados que nos cuentan como abrir la puerta a un nuevo amor. Tu retuerzo es otro de los grandes temas del disco, un tema cargado de sensualidad en el que brillan una vez más los coros y ese silbido que se te queda grabado. Como guinda un lamento en forma de canción, Cruce de caminos, un gran tema que evoca al gran Antonio Vega y que cierra con elegancia un disco redondo.
He tenido la fortuna de disfrutar de la presentación del disco de forma íntima en el Yesterday de Santa Coloma de Gramenet. Fue un concierto muy bonito en el que Patrica Atzur ayudó a los coros y se creó una atmósfera idónea para la música de Salva Criado. Pero me encantaría poder disfrutar algún día de un directo acompañado de una banda que haga justicia al sonido del disco. Terciopelo lo merece.
Antonio Sánchez
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