jueves, 29 de junio de 2017

AZKENA ROCK FESTIVAL. VITORIA. 23-24/06/17




Un año más, y ya van 13 de las 16 ediciones del festival, el equipo de bcnenconcierto se presentó en Vitoria con la impresión de que el Azkena  poco a poco vuelve a consolidarse después de pasar por un peligroso periodo de incertidumbre. Es cierto que en ésta edición repetían muchos nombres de ediciones pasadas, pero la impresión general es la de que nuestro festival favorito vuelve por sus fueros.

La jornada del Viernes comenzó, como no podía ser de otro modo, en la plaza de la Virgen Blanca. Los croatas de Billie and The Kids ofrecieron buen Rock n’ Roll con aires retro y una buena excusa para tomar las primeras cervezas y hacer las colas necesarias para canjear la entrada, colocar las pulseras, cargarlas con dinero, comprar el abono para el año que viene y adquirir el disco en directo de los Beasts of Bourbon y el precioso libro y dvd sobre la historia del festival.

Una vez dentro del recinto de Mendizabala nos dirigimos al escenario principal para disfrutar del concierto de los Godfathers. Los de Peter Coyne sonaron rabiosos y con mala leche, como debe ser. Todo actitud en el escenario, miradas desafiantes y una forma de agarrar el micro que refleja las tablas del señor Coyne; su voz rota envuelta en papel de lija se basta para defender el repertorio de los ingleses. Los temas nuevos no desmerecen a los clásicos de su repertorio, así temazos como Cause I said so, She gives me love, Walking talking Johnny Cash blues y ese himno llamado Birth, School, Work, Death convivieron con los temas de su último disco A big bad beautiful noise. Gran concierto para empezar una larga jornada que continuó con la lisérgica actuación de los vascos The Soulbreaker Company. Rock progresivo bañado en unos teclados setenteros que hicieron las delicias de sus incondicionales, pero que a mí me resultaron un tanto dispersos.

Volvimos al escenario principal para ver la actuación de un grupo joven que viene apadrinado por el señor Tom Petty, y aunque sólo fuera por eso había que prestarles atención. Y la verdad es que The Shelters nos ganaron a base de melodías Power Pop y guitarrazos en la mejor tradición del Rock americano, habrá que seguirles la pista, ya que los temas de su disco de debut están francamente bien, y canciones como Rebel heart  suenan a gloria.



El concierto de King´s X era uno de los más esperados por parte de los que escribimos en este blog. Tienen una discografía sólida, con esa personal mezcla de Hard Rock y Rock progresivo. Mantienen la formación original con Doug Pinnick al bajo, Ty Tabor a la guitarra y Jerry Gaskill a la batería. Han crecido y sabido dejar atrás estigmas y etiquetas marcadas por la homosexualidad de Pinnick y su supuesta pertenencia al denominado Rock cristiano. Pero en Vitoria su concierto nos dejó fríos, algo no acabó de funcionar, el sonido no fue muy bueno y a Doug Pinnick se le veía cansado; muy sonriente y esforzándose en agradar, pero estuvo falto de chispa, su bajo casi no se escuchaba, y esas preciosas armonías vocales que llenan sus discos se echaron de menos. Aun así el concierto fue de menos a más y fue emocionante disfrutar de temas clásicos como Over my head o Goldilox.



Cheap Trick repetían en el festival, pero eso no es algo que hiciera menos atractiva su propuesta. Tienen un repertorio extenso, cargado de himnos para una party all night long. Además sus últimos discos están bastante bien y Tom Petersson, Rick Nielsen y Robin Zander se mantienen en muy buena forma. Hello there, Lookout, On top of the world, la versión de California man de The Move, She´s tight, If you want my love, Ain´t that a shame de Fats Domino, Long time coming, Baby loves to Rock, el tema de Dobie Gray The ‘in’ crowd, Stop this game, una gran version del I’m waiting for the man de la Velvet Underground cantada por Tom Petersson, The flame, su inmotal I want you to want me, Dream police, Surrender y Goodnight para despedirse. Una delicia de concierto que estuvo como siempre lleno de bromas con el público y que nos dejó cansados pero contentos.


El buen rollo continuó con el concierto de Hellsingland Underground. Rock n’ Roll festivo y contagioso con éstos suecos que tienen cada día más público. Fue una putada que coincidieran con Graveyard, así que hubo que desdoblarse entre los dos escenarios. Graveyard sonaron muy bien, conjuntados y muy seguros defendiendo esas canciones oscuras que beben del Blues, de Sabbath y del mejor Stoner. Muy bien.

Habíamos visto a John Fogerty en 2009 en Barcelona. En aquella ocasión el concierto estuvo muy bien, repleto de sus clásicos con la Creedence Clearwater Revival, pero creo sinceramente que en el Azkena estuvo mejor. La banda sonó muy compacta comandada por el gran Kenny Aronoff a la batería y con un gran James Lomenzo al bajo y a los coros. También se lució el hijo de John , Shane Fogerty estuvo muy bien dándole las réplicas a su padre con la guitarra. Tocó buena parte de sus himnos inmortales de su época con la Creedence y algún tema de sus años en solitario. Born on the Bayou, Travelin’ band, Green river, en Who’ll stop the rain hasta el tiempo se puso de su parte con unas finas gotas de lluvia, Lookin’ out my back door, Midnight special, Keep on Chooglin’, Hey tonight, el tema de Gary U.S. Bonds  New Orleans, Lodi, Hot rod heart, Ramble Tamble, I heard it through the grapevine, Have you ever seen the rain?, Down on the corner, The old man down the road, Fortunate son, y el rush final con Rockin’ all over the world, Bad Moon rising y Proud Mary. Casi nada. Me gustó mucho que cambiara los arreglos en muchos de los temas, así canciones como Lodi o The old man down the road cobraron nueva vida. Es cierto que no tiene la voz como antes, pero le basta y le sobra para defender sus canciones. A sus 72 años está en muy buena forma física y no paró de moverse y de corretear por el escenario. John sabía que era el gran nombre de la primera jornada del festival y la verdad es que supo estar a la altura. Poder disfrutar de una leyenda defendiendo un repertorio tan inmenso en pleno 2017 es un lujo.


The Hellacopters repetían un año después, y la verdad es que con un repertorio más extenso y con mucho mejor sonido que el año pasado volvieron a triunfar por todo lo alto y a deleitarnos con temas como Toys and flavors, By the grace of God o You are nothin’. Buen colofón para el primer día.



Con el buen sabor de boca que nos dejó la primera jornada del festival iniciamos el Sábado en la plaza de la Virgen Blanca con el australiano Pat Capocci. Buen Rock n’ Roll y Rockabilly que nos gustó mucho y nos preparó para una buena mano de de Pintxos y de cerveza. Adoro Vitoria.

Buck & Evans son un grupo de Gales liderado por el joven guitarrista Chris Buck y la vocalista y teclista Sally Ann Evans. Su Rock con aires souleros nos conquistó y fueron sin duda una de las grandes revelaciones del festival. Se ganaron al público con temas como Slow train, Run cold o Impossible. Habrá que seguirles la pista. De Bloodlights poco que decir, no están mal, pero les faltan buenos temas para competir con la primera división de grupos rockeros suecos, lo mejor su versión del New rose de los Damned.

La presencia de Loquillo en el festival había levantado un cierto recelo, pero siendo honestos ofrecieron un gran concierto de Rock n’ Roll. La banda suena compacta y Mario Cobo e Igor Paskual son dos de los mejores guitarristas del país. Un repertorio lleno de himnos rockeros sin espacio para los temas más poéticos de Loquillo. El rompeolas, Carne para Linda, La mataré, El ritmo del garaje, Quiero un camión, Esto no es Hawaii, Rock n’ Roll actitud, Feo, fuerte y formal, Rock n’ Roll star o Cadillac solitario convencieron al personal que disfrutó de lo lindo. La actitud macarra y chulesca de Loquillo fue perfecta para su repertorio y para el festival.

Puede que que el horario y los numerosos ruidos que había en el festival con las distintas carpas y el escenario aledaño en el que descargaban Thunder, no presagiaran nada bueno para el concierto de Michael Kiwanuka. Da igual, cuando la etérea propuesta del  británico comenzó a teñir de sonoridades a lo Pink Floyd el cielo vitoriano, todo nos dio igual. Estuvo simplemente colosal, su timidez y su concentración para interpretar sus canciones nos contagiaron un estado que por momentos se acercó al éxtasis. Cold Little heart abrió el concierto con un sonido espectacular, siguieron gemas de sus dos discos como One more night, Black man in a White world, The final frame, Home again, Love & hate o una preciosa versión del Waterfall de Jimmy Hendrix. La propuesta minimalista de Kiwanuka triunfó en un evento donde los decibelios los pusieron los demás.



No conocí en su época a Union Carbide productions, por lo que su reencarnación para el festival me dejó frío. Los temas sonaron muy bien con esa suciedad en las guitarras que recordaba a los Stooges. La extraña y por momentos psicótica presencia del cantante de The Soundtrack of our lives, Ebbot Lundberg, conquistó a un buen número de incondicionales que poguearon en las primeras filas y disfrutaron de un concierto en el que yo estaba un poco ausente después del recital de Kiwanuka y esperando al gran Chris Isaak.

Los que acudimos a la histórica edición de 2010 del Azkena recordamos el concierto que ofreció Chris Isaak como uno de los mejores de la historia del festival. Aquella actuación bajo la lluvia, la simpatía de Chris y la solvencia de una banda mayúscula nos conquistaron para siempre. Chris Isaak volvió a Vitoria con la misma banda, cambió bastante el set list de aquella mítica actuación, y aunque repitió algún chascarrillo el resultado volvió a ser el mismo. Concierto mayúsculo de un artista que a sus 61 años se mantiene eternamente joven. Comenzó con Beautiful homes, I believe, la preciosa Two hearts, Live it up, su gran version del Ring of fire de Cash, One day, Summer holiday, Somebody’s crying, Blue hotel, San Francisco days, la tórrida Wicked game, Go walking down there, la version del Pretty woman de Orbison, Western stars, Blue Spanish sky, tiempo para una ranchera como La tumba será el final, Worked it out wrong, You owe me some kind of love, I’ll go crazy de James Brown, Keep hanging on, Speak of the devil, Baby did a bad bad thing mezclada con Bye bye baby y para el final Big wide wonderful world, Graduation day y The way things really are. Vuelve cuando quieras Chris.



El punto final al festival lo ponían los siempre imprevisibles The Cult, el triste recuerdo de su anterior concierto en Mendizabala aún pesaba en el recuerdo, pero en esta ocasión Astbury y Duffy salieron a matar desde el principio y acompañados de un buen sonido y de un público rendido solventaron aquella deuda con un muy buen concierto. Arrancaron con Wild flower, Rain y Peace dog, siguieron con Honey from a knife, Sweet soul sister, She sells sanctuary y Deeply ordered chaos de su último disco, para el final Lil’ devil, Fire woman y Love removal machine. Muy buen concierto que hubiera merecido más tiempo.


Gran edición del Azkena, con notables mejoras en equipamientos, lavabos y limpieza. Un gran acierto el escenario Trashville donde la gente se volvía literalmente loca con los conciertos de Punk y Psychobilly. Aluciné con la actuación de The Devils. La carpa de los motoristas locos de Wall of death aportó color y diversión, e incluso algunos disfrutaron con lo de los luchadores mexicanos. La única pega seria que pondría sería en lo concerniente a que el sonido del escenario Greg Lake/Javi Ezquerro se colaba en el escenario principal y mezclado con el ruido de las motos y las carpas molestaban en conciertos de carácter más intimista como el de Kiwanuka.

Nos lo hemos pasado genial. El año que viene volvemos.



Mr. Sheep

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domingo, 18 de junio de 2017

AZKENA ROCK FESTIVAL 2017

Pues sí, el próximo fin de semana volvemos a tener nuestro Azkena Rock Festival. Este año con nombres más que atractivos, entre los que se cuentan John Fogerty, Chris Isaak, Cheap Trick o Michael Kiwanuka. Bcnenconcierto al completo tomará una vez más la capital alavesa y cubrirá tan magno evento, por supuesto.
Calentando ya motores.
¡Gora Gasteiz!

domingo, 11 de junio de 2017

ERIC GALES. APOLO 2. 08/06/17

Siendo apenas un adolescente, Eric Gales empezó a hacerse un nombre en el mundo del Blues Rock con sus discos y sus directos. Guitarrista incendiario, negro y zurdo (mmmm, esto me recuerda a algún nombre mítico, ¿no?), hoy en día cuenta ya con una discografía numerosa, con una muesca reciente que es su último trabajo, Middle of the road.
Esta era su primera vez en Barcelona, y se presentaba al frente de su banda, formada por un bajista, un batería, y su propia esposa a las voces, percusión y sonidos varios (pregrabados). A la voz y guitarra, por supuesto, Eric.
Y bien, no puedo decir que el concierto me entusiasmara. Buenas canciones, poderosa voz y una fantástica pericia con la guitarra. ¿Qué falló entonces? En mi opinión, demasiadas parrafadas entre temas fue uno de los errores de Eric. Está bien dirigirte a tu público y explicar alguna historia, pero lo más importante es la música, y si enlazas un par de balazos sin dar respiro el concierto gana enteros. No fue así, y pienso que se excedió hablando. Y sí, me alegro mucho de que lleve un tiempo limpio y sobrio, de que sea un hombre muy emocional o de que quiera poner orden para los que se dirijan a él al final de su actuación, pero creo que fue excesiva tanta palabrería. El solo de bajo y batería tampoco ayudó al buen desarrollo de la noche. Un auténtico peñazo de más de diez minutos que cortó el rollo nuevamente, y la prueba fue que en ese momento había que hacer cola para ir al baño. ¿Alargar los temas hasta el infinito? Tampoco me parece que sea necesario, la verdad. En fin, quizá estos puntos negativos fueran únicamente percepción mía, porque la gente parecía de lo más feliz al acabar la noche. Ok, puede que sea yo el que falle.
También hubo momentos disfrutables, obviamente. La versión del Baby please don´t leave me de Buddy Guy me pareció muy buena. Y el Voodoo child final, con partes de Kashmir y de Back in black fue realmente de categoría. Además, Eric tiene pinta de ser un buen tipo, todo hay que decirlo.
Así pues, sentimiento agridulce para una noche que esperaba con altas expectativas pero que no supuso lo que yo creía que iba a ser. Quizá la próxima vez.

Mr. Wolf


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