Nina Simone
Eunice Kathleen Waymon nació en el año 1933 en una familia de ocho hermanos que había vivido relativamente bien hasta que el crack del 29 arruinó a su padre, un mestizo de negro e indio; la nueva situación hace que su madre empiece a trabajar como criada para una familia blanca. La pequeña Eunice se destapó como niña prodigio cuando a la tierna edad de dos años era capaz de tocar en un órgano los himnos religiosos favoritos de su madre, la especial habilidad de la niña hizo que su madre pidiera a la señora de la casa en que estaba empleada que la ayudara a costear sus clases de música y piano ; durante cinco años recibió clases de piano clásico y aprendió a amar la música de Bach o Debussy. A los diecisiete años ingresó en la prestigiosa academia musical Julliard, en esta misma academia había estudiado el gran Miles Davis; pero al no contar con dinero suficiente para costear las clases y no recibir ninguna beca tuvo que dejar la academia y con ello abandonar su sueño de convertirse en una estrella de piano clásico. Para poder sobrevivir empezó a tocar en locales donde el repertorio exigido iba del Jazz al blues pasando por el soul, y fue en estos locales donde tuvo que empezar a cantar para poder cobrar un sueldo de verdad. En esta etapa se forjó un carácter fuerte y combativo, tuvo que ser fuerte para tirar adelante después de su frustración por tener que abandonar la música clásica; pero su primera etapa musical sería muy importante para construir un estilo pianístico absolutamente personal en el que se mezclaban sus influencias clásicas con la devoción que sentía por músicos de Jazz como Duke Ellington. Hoy en día el gran público parece que sólo la recuerde por su andrógina voz en temas como My baby just cares for me, pero su habilidad como pianista era excepcional; quizás se deba al machismo que unido al racismo de la época parece que sólo aceptaba a las mujeres en el Jazz como vocalistas; esta situación hacía aflorar el fuerte carácter de Nina Simone cuando se la comparaba constantemente con cantantes negras como Billie Holiday y ella replicaba asegurando que tenía más cosas en común con grandes divas como Maria Callas o Edith Piaf; de hecho definía su música como música clásica negra huyendo de términos como Jazz a los que consideraba un estereotipo para encuadrar a la música negra.
En 1954 Eunice Kathleen Waymon pasó a ser Nina Simone uniendo el mote de niña por el que la llamaban con el nombre de la actriz francesa Simone Signoret. Sus primeras grabaciones fueron para los sellos Bethlehem y Colpix donde destacan los álbumes Jazz as played in an exclusive side street club (incluía su gran hit My baby just cares for me o I loves you Porgy), Nina simone sings Ellington o el directo At Carnegie Hall. Su etapa más prolífica en cuanto a grabaciones sería en la que grabó para Philips (1964-1967) con discos como Nina Simone in concert donde además de incluir sus grandes temas antiguos se atrevió a interpretar a Kurt Weill con Pirate Jenny o a tratar abiertamente el tema del racismo en la gran Mississippi Goddam, también se incluía aquí el tema Plain gold ring que versionaría años después Nick Cave; en el disco Broadway-blues-ballads hizo una versión magistral del tema de The Animals Don’t let me be misunderstood; después publicaría el exitoso I put a spell on you donde haría una gran versión del Ne me quitte pass y se incluiría su gran canción Feeling Good, una canción que ha sido versionada hasta por el grupo Muse; en Pastel blues podemos encontrar su relectura del tema de Billie Holiday Strange fruit; acabaría su periplo en Philips con los álbumes Let it all out, Wild is the wind y High priestess of soul, en el que su camaleónica capacidad para reinventarse la convirtió en toda una estrella del soul al estilo Aretha Franklin. Posteriormente grabó nueve discos con la compañía RCA (1967-1974) en la que el eclecticismo fue total y su acercamiento al Pop, al folk y al rock quedó patente en las versiones que hizo de gente como George Harrison (My sweet lord, Isn’t a pitty), Sinatra (My way), Leonard Cohen (Suzanne), Bee Gees (To love somebody), Pete Seeger (Turn turn turn) o Bob Dylan (The ballad of Hollis Brown, The times they are a changin’ y Just like a woman); en esta etapa obtuvo su máxima popularidad y también sus mayores críticas al acercarse a la música popular “blanca” teniendo un discurso político tan combativo con conexiones con gente como Malcolm X o las Panteras negras. Después del asesinato de Martin Luther King y debido a sus problemas legales con las compañías discográficas y con su decisión de dejar de pagar impuestos mientras durara la guerra de Vietnam, decidió abandonar los Estados unidos y se refugió en las islas Barbados, en Londres, Liberia, Suiza, Holanda para acabar echando raíces en Francia. De sus últimos años destaca sobretodo el disco Nina is back.
En 1992 publicó su autobiografía I put a spell on you y vivió sus últimos años ocupada en causas benéficas y dando conciertos ocasionales donde aún era capaz de ofrecer toda su magia. Murió en 2003 y ha sido versionada por gente como Jeff Buckley (Lilac wine), Sixteen horsepower (Sinnerman), y reconocida como una gran influencia por gente tan dispar como Alicia Keys, Lauryn Hill o Antony and the Johnsons. Su discografía está plagada de grandes canciones como Sinnerman, Four women, My baby just cares for me o Ain’t got no (I got life), pero si sólo pudiera escoger un tema de su discografía me quedaría con una maravilla incluida en su disco de 1967 Silk’n’Soul, Consummation; aunque su disco favorito siempre fue Nina Simone & piano (1969), donde no hay artificios ni ayudas de nadie sólo su voz y su gran amor por el piano.
Antonio Sánchez