Los míticos Saxon
de vuelta en Barcelona. Además, desempolvando su águila de
luces. Además, formando triple cartel junto a los barceloneses 77
y otra banda clásica de principios de los 80 como
Girlschool. A priori, podía ser una
gran noche.
Y bien, la gran noche no empezó
demasiado afortunada para un servidor, que se comió dos monumentales
colapsos de tráfico (sí, dos) que le impidieron ver la
actuación de 77 y sólo pudo presenciar
la recta final de las británicas. Recta final que finalizó con esa
potente Emergency y que dejó al público contento y a punto
para el grupo principal de la noche.
Saxon es
una banda que lo ha vivido todo durante su longeva carrera, y como
muestra sus pasos por Barcelona. Éxito tremendo en la época
dorada de la New wave of british Heavy Metal, siendo uno de
los grupos de cabecera junto a Maiden y
compañía. De esa época los recuerdo tocando en recintos grandes
como el Palau d'esports. Años más tarde llegarían
momentos más bajos a nivel de popularidad y el tocar en salas
pequeñas como Mephisto. Ahora se encuentran a medio camino,
tocando en todo un Razzmatazz, con muy buena entrada, por
cierto. Que siga así.
Para empezar, el tema que da título a
su último disco, Battering ram, aunque pronto llegaría el
primer clásico, Heavy Metal thunder. Biff
Byford espléndido de voz, luciendo una casaca que no se quitó
en toda la noche y con la que se tuvo que cocer vivo. Eso sí, un
tipo imponente y carismático sobre el escenario. Bonito
montaje escénico, con el humo y las luces, sobre todo a partir de
The eagle has landed y la caída del telón, que permitió ver
a la famosa águila de luces ya hasta el final. Y más clásicos:
Never surrender, Power and the glory, Strong arm of
the law, 747 (Strangers in the night) o Denim
and leather. Y versiones, como ese Ride like the wind de
Christopher Cross al que convirtieron en
un tema propio en su día, o ese homenaje a su amigo Lemmy
con Ace of spades. Y qué mejor final que un Princess of
the night que nos mandó a todos para casa con un gran sabor de
boca tras un concierto generoso en tiempo (prácticamente dos
horas) de unos veteranos que siguen rockeando
como el primer día. Y que sea así por muchos años.
Mr. Wolf