TRIGGERFINGER. RAZZMATAZZ 3. 24/10/14

Muchos descubrimos a Triggerfinger en el festival de Azkena de hace un par de años. Tocando a última hora del tercer día en el escenario más pequeño, y pese a ello consiguiendo hipnotizar con su música a muchos de los exhaustos asistentes que estábamos deseando irnos ya a dormir. Un mérito. Después de esa experiencia, el verlos en una pequeña sala era una opción más que interesante que no dejaríamos escapar. Y según parece, eso mismo pensaron muchos, si tenemos en cuenta que el concierto estaba previsto inicialmente en Rocksound, lugar de menor capacidad que Razzmatazz 3, que presentaba una excelente entrada, incluyendo la presencia de mucho extranjero.
Muy curioso este trío belga (ahora mismo no recuerdo ninguna otra banda salida de Bélgica), que practica un Rock poderoso bastante inclasificable. He leído sobre alguna comparación con Josh Homme y su banda, pero yo creo que la música de Queens Of The Stone Age no se parece a nada, y nada se parece a Queens Of The Stone Age. No sé si me explico.
Elegantemente ataviados, aunque la americana del batería Mario Goossens no sé si se puede calificar como elegante, tomaron el escenario durante una hora y media frente a un público bastante entregado de antemano. Repasaron su discografía y nos obsequiaron con perlas como There isn't time, la extraña e hipnótica My baby's got a gun, Is it (¡qué gran canción!) o I follow rivers. Distorsión, continuos cambios de guitarras y de bajos, y un solo de batería con los otros dos miembros de la banda usando unos focos portátiles, creando un efecto bastante llamativo, y la verdad, haciendo más llevadero el solo.Todo ello apelotonados los tres en el escenario, al tener la batería más adelantada de lo habitual. De hecho, el enorme bajista Paul Van Bruystegem apenas se podía mover, y sólo el cantante y guitarrista Ruben Block disponía de espacio para hacerlo. Todo muy extraño.
Buen concierto, en definitiva, de una banda muy interesante. Triggerfinger, ¿el secreto mejor guardado de Europa?

Mr. Wolf

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WAYNE HUSSEY. BIKINI. 18/10/14

Finalizando la década de los 80, The Mission era uno de los grupos de referencia del momento. Y aunque siempre se les encasillara como góticos, su sonido contenía otras influencias como bien podía ser la de las bandas clásicas del Rock de los 70, por ejemplo. Discos como God's own medicine o Carved in sun se conservan en la memoria de muchos, aunque viendo una sala que no llegaba a la media entrada, parece ser que ya no somos tantos. El líder de aquel grupo era un tal Wayne Hussey, nuestro ilustre visitante en una gira sin músicos de acompañamiento.
Pude ver a The Mission en una ocasión en el extinto Studio 54, y resultó ser un concierto agridulce, al no cumplirse las expectativas generadas. Y parece ser que la maldición continúa, porque también éste fue un concierto agridulce. Ya en la primera canción, Wayne usó un recurso que yo personalmente no soporto, como es utilizar el acompañamiento de música pregrabada. ¿No se trataba de una gira en la que sólo sonaban sus guitarras y piano? Yo pago una entrada para ver a músicos tocando, no para escuchar música procedente de una máquina. Es como aquel concierto de hace unos años, en el que vimos a Steve Earle salir a escena con un Dj. ¡¡Steve Earle!! Por favor. Afortunadamente, tras un All along the watchtower tocado de esta manera, Wayne aparcó la maquinita, aunque la recuperó un par de veces durante el resto del concierto. Y bien, hubo versiones, como el clásico House of the rising sun tocada con ukelele. También temas de The Mission, como Stay with me o Wasteland, enlazada con Lucky y su versión del Like a hurricane de Neil Young. Y pese a faltar temas deseados como Deliverance, sí pudimos comprobar que Butterfly on a wheel sigue manteniendo su magia intacta, igual que cuando se publicó en 1990.
Dos horas de concierto, eso no se le puede negar al señor Hussey, pero sí el lunar del sonido pregrabado, lo siento. Eso fue lo peor de la noche, junto con el aire acondicionado con que nos obsequió Bikini una vez más. ¿Era necesario salir de allí temblando y con los pezones duros como piedras? Pero si apenas éramos unas cincuenta personas en la sala. ¿Qué calor podía haber allí? Misterios sin resolver.

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LEFT LANE CRUISER. APOLO 2. 08/10/14

¿Os gusta el Blues? ¿Os gusta el Rock? ¿Os gusta ver un directo trepidante? Si la respuesta es sí a las tres preguntas, Left Lane Cruiser es vuestra banda. Los conocía poco, pero me acerqué a Apolo 2 atraído por lo que había oído de ellos y por el precio más que asequible de la entrada. Y lo que me encontré fue a una auténtica apisonadora que prácticamente nos hizo caer de culo a todos los presentes ante una verdadera salvajada de concierto.
Primero, los locales Th' Booty Hunters nos ofrecieron otra gran actuación, como en ellos es habitual. Su música se podría calificar como el perfecto cruce bastardo entre Johnny Cash y Motörhead. Ya lo sabíamos, potentes y divertidos.
Left Lane Cruiser ya llevan a sus espaldas un buen puñado de discos durante la última década, en la que casi siempre han funcionado como dúo Freddie J IV, voz y guitarra, y Brenn Beck a la batería. Tras la marcha de éste último, actualmente Pete Dio está a las baquetas y Joe Bent al bajo y a otro instrumento más que curioso: el skateboard slide guitar. Efectivamente, una tabla de skate, una botella y a tocar. ¡Y cómo suena! Son sólo tres tipos, uno de ellos sentado, pero resulta suficiente para crear una máquina de Blues poderoso e intenso, con Freddie dejándose el alma en cada tema y trasegando una cerveza tras otra. Extraordinario también el trabajo del batería, con una fuerza más que llamativa a los parches. Versiones de los clásicos del género, versiones también del Black Betty de Leadbelly, de un irreconocible Stranglehold de Ted Nugent, o de...¡¡Money for Nothing!! El famoso tema de Dire Straits sonando como un Blues pantanoso, con un cantante de voz parecida a Brian Johnson y otro tipo tocando el skateboard slide guitar. Sí, todo un poco surrealista. También temas propios, como Skateboard Blues (apropiado título, sin duda) o Pork n'beans. Hora y media que nos dejó realmente alucinados.
Conmigo han ganado un seguidor, y seguro que no soy el único. Como le dije a Freddie al acabar el concierto...nos vemos la próxima vez.

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STARROY. ROCKSOUND. 05/10/14

Estaba convencido de que estaría la sala llena para ver a esta banda, y en su lugar me encontré un Rocksound prácticamente vacío. ¿Dónde estaban los rockeros de esta ciudad? Ciertamente extraño. Un par de años atrás no pude ir a su anterior concierto, del que tan bien se habló; y en esta ocasión me pude quitar la espina, porque Starroy son de ese tipo de bandas que tocan igual frente a audiencias de cientos de personas que de apenas un par de decenas, como fue el caso. Músicos profesionales a los que les gusta lo que hacen.
Dos estupendos discos, Ocho for willow y el reciente Mixing the pain, son el bagaje de este grupo liderado por el cantante Adam Barnard y el guitarrista Barry Fowler, de sonido deudor de los 70, con fáciles nombres que nos pueden venir a la cabeza a la hora de buscar sus influencias: Allman Brothers Band y el Rock sureño en general. Aunque también encontremos aires de jam band en ocasiones. Y como era de esperar, sus dos discos fueron repasados con clase y saber hacer sobre las tablas. Por destacar algunos temas, diríamos Get down insanity y sus punzantes guitarras, War cry, Mixing the pain, y sobre todo, ese Dream que Adam nos hizo corear a las primeras filas (o sea, a unas ocho personas), y el hermoso, mágico e inolvidable cierre de la noche que significó Road song. Bonito final.
Tipos agradables y simpáticos (mención especial para este cantante con perenne gorra), sin problemas para charlar con cualquiera antes y después del concierto. Debo recomendar fervorosamente la escucha de sus discos, y si vuelven por aquí, la verdad es que se merecen una mayor afluencia de público. El que los vea por primera vez no se arrepentirá. Seguro.

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THE WILD FEATHERS. BIKINI. 02/10/14

Hace unos días comentábamos aquí el concierto de los Delta Saints en Barcelona. Después de unos años de intachable trayectoria y poseedores de una calidad fuera de duda, siguen tocando en salas de escaso aforo. En cambio, llegan The Wild Feathers con un único disco a sus espaldas y ya actúan en Bikini frente a un público entregado. Y con esto no digo que sean un mal grupo, pero sí parece que han tenido la suerte de recibir más apoyo que otros de sonido parecido. Su disco homónimo, del año pasado, es un buen disco, pero tampoco es ninguna maravilla. Y las comparaciones que reciben con The Band, bueno, qué vamos a decir. Los canadienses fueron una de las bandas más brillantes que han existido, y y esas comparaciones me parecen fuera de lugar. Y repito, con todo esto no estoy criticando a The Wild Feathers; su disco es recomendable y en directo me gustaron mucho, pero no dejan de ser simplemente una promesa.
El concierto, impecable. Sonó en casi su totalidad el disco, y lógicamente sus canciones ganaron en directo. ¿Momentos destacables? El que, en mi opinión, es su mejor tema, Hard times. También el coreado Left my woman. O el espléndido The ceiling. Y claro, las versiones, que marcaron nivelazo: Listen to her heart, de Tom Petty; Hey hey what can I do, de Led Zeppelin, y para terminar en el bis, una canción que a mí particularmente me vuelve loco, como es The weight (otra vez The Band). Bonitos juegos de voces a cargo de los guitarristas Ricky Young y Taylor Burns junto al simpático bajista Joel King. También destacables los punteos del tercer guitarra, Preston Wimberly, que lucía su brazo con unos tatuajes ciertamente horrorosos. Y en definitiva, un muy buen concierto de hora y cuarto que se pasó volando.
Esperemos que el exceso de éxito no les haga daño, que no serían los primeros en pasarles algo así. Que tengan suerte.

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OCTUBRE EN BCNENCONCIERTO

Octubre. Encaramos la recta final del año, y lo hacemos con música, claro. Por ejemplo, la que nos ofrecerán dos bandas surgidas de la América más profunda y sus sonidos clásicos. Una de ellas será The Wild Feathers, el día 2 en Bikini (entradas en red Ticketmaster); y la otra será Starroy, el 5 en Rocksound (ontheroadmusic.es). No está mal.
Rock'n'Roll.