Toda una sorpresa esta banda. Según dicen ellos mismos hacen Rock'n'Roll, Blues y Soul, pero la verdad es que a mí
personalmente me resultan bastante inclasificables. Sí, de
Rock'n'Roll acelerado hay bastante. También gotas de Blues
pantanoso. Incluso por momentos, viendo su directo me parecieron
bastante cercanos al universo Tom Waits, algo a lo que ayuda bastante
la voz rota de JohnRandall, claro. Otros que me vinieron a la cabeza fueron Left Lane Cruiser, tanto por el tipo de banda como por la música y la fuerza con que la defienden sobre las tablas.
En escena resultan ser todo un
espectáculo. Prácticamente todo el tiempo a dos voces, con Randall como guitarrista, más la saxofonista Kellie Everett y Andy Rehm,
un batería que toca siempre de pie, lo cual debe resultar bastante
agotador, la verdad. Entrega de principio a fin, con chorros de sudor
ya desde el primer tema, un Missouri boy que es todo un puñetazo en
nuestros morros. Bonita manera de dar inicio a una noche que no tuvo
freno. Aunque el final no se quedó atrás, con los tres cantando a
capella, sin instrumentos, haciéndonos cantar también a la
treintena escasa de personas que allí estábamos. Highway sound, Old
baby Blues, Monkeyhead, Leave me alone......sin descanso, un tema tras otro, un cañonazo
tras otro. Así durante casi dos horas, que aún podían haber sido
más, porque si nosotros lo pasábamos bien, al trío protagonista se le
veía disfrutando, en su salsa.
Gente cercana, que hace la música que
le place, y que le importa lo mismo tocar ante treinta personas que
ante dos mil. Como debe ser, por supuesto.
Y Kiss volvieron a nuestra ciudad. Una de las bandas más icónicas de la historia, amada y odiada al mismo tiempo. Por mi parte, el amor hacia los neoyorkinos es absoluto, interesándome muy poco las habituales críticas de los de siempre, hecho que me convierte en una persona más feliz. Porque sí, si hay un grupo capaz de hacer felices a sus seguidores, ése es Kiss. Nos sabemos de memoria los números habituales de su directo, con Gene cantando a varios metros de altura; con Paul paseándose en tirolina sobre el público; con la guitarra de Tommy Thayer echando chispas; con el confetti....¡pero todo eso nos encanta! Y que sea por muchos años. Personalmente, pienso que cualquier persona mínimamente interesada en espectáculos en vivo debería ver, por lo menos una vez en la vida, a Kiss, a los Stones, a Springsteen y a AC/DC. Pese a que los conciertos en estadios y pabellones no son lo que prefiero, los considero a todos ellos imbatibles sobre un escenario y dignos de verse. Es mi opinión personal. Sí es cierto que el Sant Jordi no llegaba al lleno ni de lejos, aunque probablemente el precio de las entradas también colaborase en ello. Parece ser que seguimos pensando en que estos espectáculos son sólo para ricos. Lástima. Teloneros de lujo para una banda de lujo. The Dead Daisies abrían la velada con su potente HardRock. Se trata de un supergrupo que según tengo entendido va cambiando habitualmente de formación. En esta ocasión venían con el gran John Corabi a la voz, Marco Mendoza al bajo, Richard Fortus y David Lowy a las guitarras, Dizzy Reed a los teclados y Brian Tichy a la batería. Seguro que más de uno de estos nombres os suena. Y sí, ya sabemos de la dificultad de salir como teloneros en un recinto grande, pero la verdad es que cumplieron a la perfección y nos dejaron para el recuerdo una salvaje versión del más salvaje tema de los Beatles, que obviamente es Helter Skelter. Bravo por ellos. Aproximadamente quince minutos antes de la hora anunciada (???) Kiss aparecían en escena tras las clásicas palabras de introducción y la caída del telón. Saliendo a matar, con la batería de Eric Singer elevada, tocando Detroit Rock city con abundante pirotecnia y continuando con otro himno inmortal, como es Deuce. Rápidamente pudimos comprobar que el estado vocal de Paul Stanley se encuentra lejos de su mejor momento, algo que también vimos con Billy Gibbons en Azkena dos días antes. El tiempo no perdona. Psycho circus y Hell or hallelujah fueron los únicos temas que tocaron de sus trabajos más recientes, basando el set en su etapa de los 70 y los primeros 80. Y menudo set: I love it loud, Do you love me, Calling dr. love, Lick it up, Cold gin, Love gun o Black diamond, entre otras. En las dos últimas con Paul cantando en una plataforma en mitad del público. Y menudo bis: mi adorada Shout it out loud, Iwas made for lovin' you y el clásico final de Rock'n'Roll all nite y sus millones de papelitos de confetti. Maravilloso. Con las notas de God gave Rock'n'Roll to you II sonando de fondo, abandonábamos el Palau con una sonrisa en los labios y el olor a pólvora envolviéndonos. Y pensando: que esto no se acabe nunca. Kiss forever.
Tras el paréntesis del año pasado, los que formamos parte de
la familia de bcnenconcierto volvemos a reencontrarnos con nuestro festival
favorito. Es cierto que ya no dura tres días, que la calidad de los nombres que
lo componen no es la de hace unos años, pero también es verdad que el cartel
era más atractivo que el del año pasado y que echábamos de menos la
hospitalidad y los encantos de VitoriaGasteiz.
Este año se han retomado los conciertos en la plaza de la
virgen Blanca, algo que es todo un acierto al acercar el festival a la ciudad y
establecer una comunión que crea ambientes únicos. El Viernes al mediodía el
francés Nico Duportal & his Rhythm Dudes llenaron la plaza de Rhythm and
Blues y Swing en un mediodía lluvioso pero acogedor; afortunadamente la lluvia
no volvió a hacer acto de presencia en todo el fin de semana; estuvieron
correctos, voluntariosos y simpáticos pero la lluvia les resto público y calor. Bien para empezar el día.
Entramos al recinto de Mendizabala bajo los acordes
Rockabilly de los gallegos Mad Martin trío, pero nuestro primer concierto de
verdad correspondió a los holandeses Sven Hammond, tienen grandes canciones, su
último disco es muy bueno, pero por la razón que fuera no acabaron de ofrecer
un gran concierto, estuvieron correctos sin más, algo que arreglarían de sobras
al día siguiente cuando arrasaron la plaza de la virgen Blanca.
Una cosa que ha acabado por resultar bastante frustrante han
sido los solapes entre conciertos, es doloroso tener que escoger entre dos
conciertos que te interesan; el primero de ellos hacía que el Rock y Power Pop
de los australianos The Dubrovniks compitiera con el Rock de nuevo cuño que
facturan los neoyorkinos The Last Internationale. Escogimos a la banda del
guitarrista Edgey Pires y la bajista y vocalista Delila Paz, y nos ofrecieron
un intenso concierto donde interpretaron los temas más rockeros que componen su
primer álbum We will reign, como Wanted man, 1968, o Life, liberty,and the
pursuit of indian blood; además de una personalísima versión de la stoniana
Sympathy for the devil; gran concierto de un grupo con ganas de comerse el
mundo y de ganarse con su entrega a un público que mayoritariamente no les
conocía, Delila además de simpatía y belleza nos ganó con una voz espectacular,
gran banda, habrá que seguirles la pista. A continuación nos dirigimos al
escenario principal para ver a JD McPherson acompañado de una muy buena banda
en un concierto de Rock n’Roll clásico con aires blueseros y Rockabillys, gran
concierto y buena actitud que tuvieron que luchar con el mal sonido inicial
para ganarse al público, lo del sonido de ésta edición es algo que debería
mejorar en las próximas ediciones. El corazón y la nostalgia nos llevó a ver a
D-Generation en detrimento de los también interesantes The White Buffalo, y la
banda de Jesse Malin, Danny Sage, Howie Pyro y compañía no nos defraudó,
salieron a matar, enérgicos y cercanos a
un público que les quiere y que añoraba su presencia. Punk Rock de primera y
auténticos trallazos como No way out, Capital offender, Scorch o Degenerated;
anuncian nuevo disco y continuidad para la banda, a ver si es verdad.
Del concierto de Television salimos con sensaciones
agridulces, por un lado un auténtico grupazo ofreciendo una obra maestra como
Marquee Moon, buen sonido y ejecución sobria, aunque algo fría y distante por
parte de Tom Verlaine y los suyos; por otro lado la sensación de que una
propuesta como ésta sería mucho más disfrutable en una sala, fuera del marco de
un festival. De todos modos fue un
auténtico placer disfrutar de la guitarra marciana del señor Verlaine y de unos
temas capitales para entender todo el Rock que surgió después.
En la coincidencia de los conciertos de los canadienses
Black Mountain y Lee Bains III & and The GloryFires, nos decantamos por los
primeros, y la verdad es que no pudimos haber escogido peor, BlackMountain
venían por primera vez a España, poseen un sonido personal dentro del Rock con
ramalazos progresivos y muy buenos temas, entonces no entiendo que escogieran
un repertorio tan aburrido y que no se entregaran en sus interpretaciones para
ganarse a un público que les esperaba con muchas ganas y que salió claramente
decepcionado. Por el contrario en los
escasos veinte minutos en los que estuve presente en el concierto de Lee Bains me encontré con
una banda rockera dándolo todo para ganarse a un público que cayó rendido a sus
pies, insultantemente jóvenes y descarados se vaciaron en una gran actuación,
lástima no haber podido disfrutar de su concierto entero.
ZZ Top ofrecieron un concierto disfrutable pero
decepcionante, con un repertorio como el que tienen deberían arrasar en
directo, pero ya hace tiempo que ofrecen actuaciones correctas, sin más; además
un sonido bajo restó contundencia a unos temas que forman parte de la historia
del Rock, pero que han vivido días mejores; Billy Gibbons estuvo simpático,
pero lleva abusando de las mismas gracias desde hace muchos años. El repertorio
fue el esperado con La Grange, Sharp dressed man, Legs, Gimme all your lovin’ o
Tush como temas más destacados. Hay que exigirles más.
El colofón para la primera jornada de festival no pudo ser
mejor, L7 volvían después de muchos años y la verdad es que no sabíamos muy
bien lo que nos íbamos a encontrar, pero nuestras dudas se disiparon
rápidamente en cuanto Donita Sparks, Suzi Gardner, Jennifer Finch y Demetra
Plakas saltaron al escenario alegres, risueñas y con una energía, unas ganas y
un repertorio que hicieron palidecer al resto de actuaciones del día. Arrancaron con Deathwish, Andres y
Everglade en un arranque sensacional, continuaron con temas como Monster,
Scrap, Fuel my fire, Diet pill, (Right on)Thru, Freak magnet, One more thing,
I need, Slide, Shove, Mr. Integrity y Shitlist; brutales, para el bis dejaron
la versión de Eddie & The Subtitles American society, el clásico Pretend
we’re dead y Fast and frightening. El primer día no podia acabar mejor.
Un Sábado espléndido nos acogió en la plaza de la virgen
Blanca, y allí Sven Hammond triunfaron por todo lo alto en uno de los mejores
conciertos de ésta edición del Azkena, mucho más cercanos, concisos y certeros
que el día anterior pusieron a toda la plaza a bailar con un Soul garajero que
nos contagió su buen rollo a todos, el final del concierto con el escenario
repleto de público bailando y cantando con ellos es una de esas imágenes
imborrables de ésta edición de Azkena. Sven Figee, TimEijmaal, Gaddum Glenn
jr., Joost Kroom y el vocalista Ivan Perotti dieron una lección no sólo de
buena música, demostraron cómo hay que ganarse a un público que en su mayoría no te conoce. The Usual suspect, Empire o Happy people nos dejaron con ganas de
más. Deseando verles en una sala.
El Psychobilly de los daneses Powersolo nos recibió en
Mendizabala, pero el primer concierto del día para nosotros fue el de la banda
de Jesse Hugues Eagles of death metal, que bajo un sol de justicia y peleando
con un sonido infame derrocharon simpatía con su Hard Rock simple y divertido,
tuvieron como invitado en un tema al guitarrista de Mastodon Brent Hinds, pero
sólo consiguieron sonar decentemente en los últimos temas, una pena. Todo lo
contrario que Cracker, que nos dejaron encandilados con un sonido limpísimo y
unos temas Country Rock que supieron a gloria en un día marcadamente metálico,
la única pega para el concierto estaría en el horario tan tempranero para una
banda clásica como ellos. David Lowery y Johnny Hickman pasan del Country al
Rock, y del Rock al Pop con una facilidad pasmosa y nos dejaron joyas como Low,
Sweet potato, California country boy, This is Cracker soul o Teen angst (what
the world needs now), muy grandes, en el horario de Ocean colour scene hubieran
brillado más.
El cansancio, el hambre, y un poco de mala planificación nos
privó de los conciertos de Red Fang y de Reigning Sound, de los que sólo
pudimos entrever que son una gran banda y que necesitamos verles en una sala
ya. Puntuales como un reloj aparecieron Mastodon en el escenario principal para
dar una lección de metal progresivo que dejó con la boca abierta al personal;
han llegado a la primera división del Rock y viendo su entrega y su dominio
técnico entendemos el por qué, BrannDailor, Brent Hinds, Bill Kelliher y Troy
Sanders conjugan contundencia , harmonias vocales, juegan con el progresivo y
todo ello con un dominio del escenario y del público sorprendente; tocaron
muchos temas de su último disco como Tread lightly, Once more ‘round the Sun,
High road, Embercity o The Motherload, y temas de sus trabajos anteriores como
The Czar, Oblivion o Crystal Skull, gran concierto con un espectacular Brann
Dailor a las baquetas. Después de la contundencia de Mastodon nos decantamos
por el Rock clásico con aires de los 50 del señor John Paul Keith en el
escenario pequeño y disfrutamos mucho con sus canciones luminosas, su simpatía
y el arte de hilvanar melodías pegadizas, estribillos y simples pero efectivos
solos de guitarra, con traje negro, gafas de pasta y pelo repeinado parece un
descendiente de Buddy Holly, incluso su música puede recordarle también, gran
concierto. Una de las grandes decepciones del festival vino de la mano de los
británicos Ocean colour scene, que salieron desganados con un repertorio
lastrado de temas lentos en el inicio que ya no consiguió remontar cuando
aceleraron un poco su propuesta, la banda sonó mal conjuntada y en mi modesta
opinión en una franja horaria equivocada, una pena, recuerdo haberles visto en
muy buena forma en el pasado.
Las últimas actuaciones del festival compartían la
intensidad de la propuesta, los noruegos Kvelertak en forma de Hard Rock, Black
metal y Hardcore, sonando como una apisonadora y comandados por la gutural
garganta de Erlend Hjelvik, guitarras dobladas y buena música que ganaría
enteros si tuvieran un cantante de verdad. Después de haber visto en varias
ocasiones a David Eugene Edwards al frente de Wovenhand creo que la reiteración
de su propuesta les hace perder enteros, es innegable que se entrega en cada
concierto, pero creo sinceramente que su música se ha estancado en un círculo
vicioso cada vez menos atrayente.
Cansados pero contentos esperamos volver el año que viene al
Azkena.
Dentro de unos días dará comienzo el Azkena Rock Festival 2015. Tras el paréntesis del año pasado, la gente de Bcnenconcierto volveremos a viajar a Vitoria para vivir esta nueva edición de su reconocido festival. ZZ Top, L7, Mastodon, Cracker o D-Generation serán algunas de las bandas que podremos ver, y de las que os informaremos vía Twitter mientras estemos allí. Y a nuestro retorno, os contaremos en profundidad lo que ha dado de sí el fin de semana.
¡¡Azkena nos espera!!