Radioactivas son un grupo muy especial. Les tengo mucho cariño desde que las vi tocar en el concierto del 30 aniversario de los Motosierras, en 2019. Entonces se llamaban de otra forma, Las Pésimas. Un apelativo simpático que fuera de la broma obvia no podía ser más erróneo. Ya entonces sonaban como un cañón, con esa mezcla tan personal de bandas como los Stooges, los Cramps, los Ramones, las Babes in Toyland o L7. En esa época la cantante era Lola, y transmitía una fuerza y una energía muy contagiosa. En el festival Sintonizza de Santa Coloma en 2021, volvieron a hacer un concierto cañero y divertido, allí me enteré de que Lola dejaba el grupo y pensé que les iba a costar seguir adelante. Me equivoqué. Apareció Eri en escena y siendo una vocalista y frontwoman muy diferente, enseguida vi que se adaptaba perfectamente a la maquinaria radioactiva. También se incorporó Tali a la guitarra y con esa nueva formación he podido disfrutar de su directo varias veces, entre ellas en una explosiva gira con los imprescindibles Cápsula. Hace poco Tali también ha tenido que dejar el grupo, y desde entonces les acompaña a la guitarra un viejo amigo, Morton. Con la alegría de disfrutar una vez más de su directo me acerqué, rodeado de amigos, un Sábado por la noche a la sala Freedonia. Una sala pequeña y muy bonita en la que Radioactivas volvieron a darnos una lección de Rock garagero, sucio y divertido.
Saltaron al escenario a mil por hora, espoleadas por la base rítmica que conforman Annabel Lee a la batería y Mohnny Cash al bajo. Annabel es todo un espectáculo por sí misma, toca con una pasión y una alegría contagiosas. Mohnny parece la que lo controla todo con el ritmo de su bajo y sus miradas inquisitivas al resto de la banda. La guitarra ramoniana de Morton empasta perfectamente con la guitarra sucia y stooge de Mary Thunders, que parece el cerebro en la sombra desde su discreción escénica. La simpatía y las sonrisas de Eri parecen contradecir su contundencia como vocalista. Fue una noche de Rock n' Roll imperfectamente perfecta, en la que el público disfrutó de lo lindo y se entregó a la banda.
Tocaron algún tema de su primer disco, La Resistance, como I only wanna dance with my friends, casi todo su último trabajo, Pesimea o revienta, con auténticos himnos como La Iguana, cantanda por Mohnny, o La Choni garagera, también sonaron You make me hot y Me pones enferma. Sonaron temas que no tienen publicados, y que por lo escuchado lo merecerían, y algunas versiones atómicas de Shitlist de L7, el Nene de Barna de los Motosierras, cantado, como no, por Morton, un bailadísimo Psycho de los imprescindibles Sonics, y un fin de fiesta espectacular con Monkey Monggah Blues de los Deadyard, con Carlos Santolobo a la guitarra y Marc Morell a la batería, todo un lujo. Ver a Annabel aporrear sus tambores al lado de Marc golpeando la batería como si no hubiera un mañana, fue espectacular.
Si no habéis disfrutado de su directo haceos un favor y no os las perdáis. Se avecina gira teloneando a Deniz Tek. Avisados estáis.
Mr. Sheep