SPIKE & TYLA'S HOT KNIVES. RAZZMATAZZ 3. 27/11/15

Menuda pareja la formada por los señores Spike & Tyla, líderes de Quireboys y Dogs D'Amour, dos bandas muy queridas por la gente que hacemos este blog, y de las que hemos hablado en más de una ocasión. Hace casi veinte años, se juntaron ambos como Spike & Tyla's Hot Knives para grabar Flagrantly yours, un disco de clásica tradición rockera, como no podía ser de otra manera tratándose de estos dos piratas. Casi una década atrás, se presentaron los dos en la misma sala, y en acústico, en lo que fue una delicia de noche, y ahora, con una banda detrás, nos regalaron otro concierto mayúsculo. Qué grandes.

Aún llegando a la mitad de la actuación de los teloneros Golden Grahams, tuve tiempo de quedarme impresionado, y eso que era mi segunda vez con ellos. Para quien no los conozca, estamos hablando de uno de los mejores grupos que hay actualmente en nuestro país, con un directo incendiario y un guitarrista, Brian Nonell, digno de verse sobre un escenario. Desde aquí les deseamos toda la suerte posible, que se la merecen.

Con Spike & Tyla y sus Hot Knives disfruté como un niño, pese al nefasto sonido de la guitarra de Guy Bailey (sí, el mítico ex Quireboys estaba allí). Simpatía, diversión, clase y sobre todo Rock'n'Roll con estos enormes músicos, que tuvieron un bonito recuerdo para Paul Hornby, batería que había tocado con ambos y que falleció el pasado verano. Tocaron casi entero el Flagrantly yours, disco cargado de temazos como Believe, Lost in a crowd of one, Villians price, Maybe tomorrow o el magistral Possessed, con el que acabaron. ¿Acabaron? No, quedaban los bises, que nos colmaron a todos de placer con canciones de sus bandas madre. A saber: Billy two rivers, 7 o'clock, How come it never rains (como adoro esta canción), una versión antológica de Honky tonk women, Heroin y la siempre emocionante I don't love you anymore, con la que, esta vez sí, daban por finalizada la noche. Gran noche.

Seguirán juntos, con sus Quireboys y sus Dogs D'Amour, o en solitario, pero sabemos que siempre los tenemos ahí, girando y grabando. Y el mundo es mejor estando ellos, no me cabe la mejor duda.

Mr. Wolf

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THE SHEEPDOGS. APOLO 2. 21/11/15

Después de ver en un bar cercano el clásico por antonomasia del fútbol español, resultaba ideal poder disfrutar también de una noche de Rock'n'Roll en nuestra querida sala Apolo 2. Eso sí, los seguidores de un equipo con mejor ánimo que los del otro, claro. Y los canadienses Sheepdogs, en su nueva visita, eran los encargados de tomar el relevo al fútbol, presentando en esta ocasión su reciente Future nostalgia. Con este disco quedan demostradas dos cosas. Por un lado, que Ewan Currie es un talentoso compositor; y por otro, que el gusto para las portadas de esta banda es, como mínimo, discutible.

Para empezar, hubo sesión de Rock'n'Roll del de toda la vida por parte de Justo y los Pecadores. Un set corto pero cargado de riffs stonianos que nos gustó mucho. Buena banda.

The Sheepdogs volvían a Barcelona dos años después de su concierto en Bikini, pocos meses después de haberlos descubierto en Azkena. En esta ocasión como quinteto y con nueva imagen por parte de Ewan, con el pelo más corto pero mejor ataviado que la otra vez para una noche rockera, que se inició igual que su nuevo trabajo, con I'm gonna be myself. Fue el principio de un repaso a su discografía, en el que no faltaron esas melodías vocales ni esos duelos guitarrísticos marca de la casa, con temas como The one you belong to, Southern dreaming, Downtown, The way it is, Learn & burn o el inevitable I don't know. Y un bis de categoría, con las versiones enlazadas de Almost cut my hair, de Crosby, Stills, Nash & Young, y Down by the river, de Neil Young. Excelente gusto y excelente final para la noche. Eso sí, también debemos decir que si bien la música es espléndida, el grupo en directo se mantiene algo frío y distante, sin apenas comunicación con el público. Es un detalle que no pretende deslucir el concierto, pero que sí me parece evidente.

Como epílogo, destacar que no estamos ante una promesa, sino ante una realidad ya plenamente establecida, con una discografía interesante muy bien llevada al directo.

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HOLLIS BROWN. ROCKSOUND. 13/11/15

Ponerle el nombre de Hollis Brown a una banda ya supone toda una declaración de intenciones. Que usen un título de Bob Dylan ya nos indica por donde va la música de estos neoyorkinos. Pero no sólo viven del maestro de Duluth, ya que en sus canciones encontramos también aromas que recuerdan a los Jayhawks, por ejemplo. Y encima, su segundo disco era una relectura del Loaded, de la Velvet Underground. Ahí es nada, el álbum que contiene clásicos imperecederos como Sweet Jane, Rock'n'Roll o ese mágico Oh! sweet nuthin'.

¿La verdad? Me encantó el directo del cantante Mike Montali y los suyos, si bien es cierto que se encontraban demasiado apretados en el escenario y que el carisma escénico no es el fuerte de alguno de los músicos. Pero la noche tuvo clase, fuerza, intensidad y ganas, aparte de una excelente colección de temas, como ese soberbio Wait for me Virginia; ese Train round the bend de la Velvet; ese trepidante Ride on the train o ese gran bis compuesto por John Wayne y Sweet Jane, éste último con unos cuantos espectadores sobre las tablas, a los que la banda hizo subir para los coros, en un momento para el recuerdo. Por cierto, un bis de los de verdad, reclamado encarecidamente por los asistentes, como debe ser.

Con su pinta de intelectual despistado, Montali me ganó completamente, tanto en escena, mientras prometía un próximo retorno, como fuera de ella, donde se mostró de lo más amable con todo aquel que se le acercara. También el guitarrista Jonathan Bonilla tuvo sus buenos momentos, así como Adam Bock y sus teclados omnipresentes, que sonaron de maravilla.

Con tres discos ya, contando el Loaded, los amantes del buen Rock'n'Roll americano esperamos muchas alegrías con esta banda, que si en estudio ya sabíamos lo bien que sonaba, en directo nos dejó a todos más que felices. Atentos a ellos.

No podemos olvidar que al mismo tiempo que nosotros vivíamos una fantástica noche de música con Hollis Brown, en París otras personas vivían un drama cuando sólo querían disfrutar de un concierto de nuestros queridos Eagles of Death Metal. Afortunadamente, Jesse Hughes y los suyos se encuentran bien, pero desde aquí debemos recordar tanto a los supervivientes como a los que no tuvieron esa suerte. Puto fanatismo.

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LEFT LANE CRUISER. ROCKSOUND. 30/10/15

Después de su arrasador paso de un año atrás por Apolo 2, algunos pensábamos que en su siguiente visita Left Lane Cruiser tocarían en un local de mayor aforo. Nos equivocamos completamente. Esta vez han venido a una sala más pequeña, como es Rocksound, y pese a lo especial que resulta verlos en las distancias cortas, no podemos dejar de sentir un poco de pena, porque esta banda merece algo más de suerte. Aunque ya sabemos que nunca conseguirán un éxito superlativo, y de hecho, creo que a ellos tampoco les importa demasiado y parecen encantados de tocar en sitios pequeños. Buena gente.

La sala estaba bastante llena, probablemente con muchos de los que el año anterior se habían quedado con la boca abierta ante la exhibición ofrecida por este grupo. El concierto fue parecido al de 2014, con los Tres borrachos (como reza el tema que abre su último disco, Dirty spliff Blues) machacándonos con su Blues acelerado. En esta ocasión no hubo versiones memorables, como la de Stranglehold de Ted Nugent; ni tampoco curiosidades como su relectura del Money for nothing de Dire Straits. Pero con cañonazos como Heavy honey o Skateboard Blues ya vamos más que servidos. Resulta todo un espectáculo ver a Freddie J IV sudando a chorro, pese a estar todo el concierto sentado, pero dándolo todo con su guitarra y su voz cazallosa. También ver al bajista Joe Bent tocando su instrumento especial, como es el skateboard slide guitar, que suena de maravilla. O ver al tatuadísimo Pete Dio a la batería, sin importarle su pierna lesionada, dando fin a la velada con su curioso Pete Dio Rap. Tres tipos dejándose el alma en cada canción durante toda la noche, y luego mezclándose tranquilamente entre la gente. Todo un ejemplo, en mi opinión.

Y que sigan, que sigan grabando música y girando para ofrecerla en directo. Con éxito o sin él.

Hasta la próxima, chicos.

Mr. Wolf

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