Quizás debimos publicar una reseña sobre ésta película hace
mucho tiempo, porque muchos ya la habréis visto, y los que no, ya habrán
recibido ecos más o menos explícitos sobre ella; y es que no es lo mismo
enfrentarse a ésta gran película desde el desconocimiento de la historia que
sabiendo a grandes rasgos su argumento. La película siendo un documental está
estructurada de manera que parece un thriller, una película de intriga que a
medida que avanza crea la sensación de que podemos estar viendo un falso documental;
y eso se consigue porque la historia que se explica es increíble, sobretodo
vista desde nuestra perspectiva actual con acceso a toneladas de información en
un mundo dominado por Internet.
La película está dirigida por el debutante Malik Bendjelloul
con brío y maestría, combinando imagen real con animaciones y material de
archivo (poco), y no es una biografía más o menos al uso sobre Sixto Rodríguez,
sino la historia de una búsqueda sobre su vida y su obra llevada a cabo por dos
fans sudafricanos que adorando su música pero teniendo muy pocos datos sobre la
persona, descubren un día que uno de los artistas más conocidos en su país es
un perfecto desconocido fuera de él, incluso en los EEUU que es de donde
proviene el personaje y se grabaron sus discos.
La película nos va mostrando a una serie de personajes que
han tenido algo que ver con el señor Rodriguez, tanto a nivel personal como
vital, y es entonces cuando vamos tomando conciencia acerca de quién es la
persona de quien nos hablan, es especialmente emotivo escuchar a compañeros de
trabajo que poco o nada saben de su faceta como músico pero que admiran a la
persona, y escuchar a los músicos y productores que colaboraron en la grabación
de los dos únicos discos grabados por el artista a comienzos de la década de los setenta, nos hablan con emoción sobre
la excitación que tenían cuando se grabaron esos discos porque estaban
convencidos de que con la calidad que tenían debían ser muy exitosos, y de la
tristeza y decepción que tuvieron al ver que no sólo no tuvieron éxito, sino que
prácticamente cayeron en un olvido permanente e inexplicable. Mi parte
preferida de éstas entrevistas es cuando entrevistan al productor del segundo
disco Coming from reality, Steve Rowland; y éste visiblemente emocionado les va
poniendo fragmentos de la canción Cause y se alegra y se sorprende por el
interés mostrado por el director acerca de la figura de Rodriguez.
Conforme avanza la película llega un punto en el que la
fusión entre lo que se explica en la pantalla y la música que se va escuchando
hacen que te rindas al personaje, y así cuando por fin aparece en pantalla y
habla tímidamente sobre su vida pasada como músico y su precaria situación
actual se produce una catarsis que te desarma por completo y hace que a partir
de ése momento en el que se explica la toma de conciencia que tiene Rodriguez
de su éxito en Sudáfrica, la historia parezca un cuento de hadas que ha
culminado con el enorme éxito que ha cosechado la película y que ha vuelto a
colocar musicalmente en el mapa al personaje.
Sólo le pondría un par de pegas a la película, la primera es
que siendo una historia que parece un cuento de hadas, no se nos acaba de
mostrar bien al villano, el dueño de la discográfica que publicó los discos de
Rodriguez y que parece que es el que se ha estado lucrando con el dinero de los
derechos de autor que han proporcionado sus millonarias ventas en Sudáfrica, la
entrevista con el dueño de Sussex records Clarence Avant es confusa y se corta
abruptamente cuando se le pregunta por el dinero, y por otro lado se nos cuenta
muy poco sobre el periodo que transcurre entre su visita a Sudáfrica y la
actualidad. Aunque éstas dos pegas no ensombrecen los méritos de una gran película que gustará
evidentemente a los que conocieran la música del personaje y a los que la
descubran a través de ella, y que puede gustar a cualquier amante del cine de
forma independiente de su excelente banda sonora.
Muy recomendable.
Mr. Sheep