Uno de los mejores conciertos de Blues
que he visto en mi vida fue el que ofreció Joe Louis Walker junto a
sus Bosstalkers en Luz de Gas...¡en 1995! Dios, qué rápido pasa el
tiempo. Aquella noche fui por curiosidad, sin conocer en absoluto a
este músico, y la verdad es que salí de la sala con la boca abierta
ante la exhibición que ofreció al lado de su banda. Unos años más
tarde repetía en Apolo, y ahora, mucho tiempo después, y ya sin los
Bosstalkers, lo teníamos bien cerca en el entrañable Jamboree por
dos noches consecutivas. Aquí comentaremos la primera de ellas.
A la llegada a la sala, nos encontramos
al guitarrista ya en el escenario preparándose, y la verdad es que
estaba muy serio y daba un poco de miedo. Nada más lejos de la
realidad. Durante toda la noche estuvo de lo más simpático, tanto
él como el resto de la banda, repartiendo sonrisas y comentarios
graciosos todo el tiempo. De hecho, se mostraron de lo más cariñosos
con una señora de avanzada edad (probablemente superaba los 80 de
largo) que disponía de una silla en primera fila. Imagen curiosa
para un concierto.
Unos minutos más tarde de la hora
prevista, ahí teníamos en escena a Joe Louis Walker, ataviado con
una camisa que le encantaría al personaje de Charlie Sheen en la
serie Dos hombres y medio, contrastando con la elegancia del teclista
Philip Young y el batería Byron Cage. El bajista Lenny Bradford iba
más informal, como su jefe. Tras cuarenta minutos de concierto, y
cuando ya estábamos metidos de lleno en faena, nos obsequiaron con
un larguísimo parón. No sé si se trata de una imposición por
parte de la sala para que la gente consuma, pero es algo que no
comparto en absoluto. En fin, a la vuelta tuvimos hora y cuarto más
de buen Blues para disfrutar. Temas como I'm not messin'around, Jack
of diamonds, Don't let go, In the morning when I rise o el tremendo
Soldier for Jesus no se olvidan. Como tampoco la maestría a la
guitarra del señor Walker, su simpático paseo entre el público
cantando y tocando la armónica sin micro, o el lucimiento estelar
del enorme Philip Young cuando cogió el saxo. Soberbio.
Varios recuerdos a B. B. King durante
la noche y emplazamiento para el día siguiente, que según dijo,
tocarían las mismas canciones en diferente clave. Un tipo cachondo,
y un excelente músico, pese a no encontrarse entre los más
reconocidos de su género. Pero ahí sigue, y que sea por muchos
años.
Mr. Wolf
Más info en la web del músico