Acaba el año y como es habitual, el equipo de BCNENCONCIERTO hace balance de lo mejor y lo peor del año. Aquí va nuestro análisis:
Desde la
subjetividad que todo análisis musical supone, me atrevo a decir que para mi, lo mejor del 2016 ha sido la
recuperación de nuestro festival favorito, el
Azkena, que nos tenía enormemente preocupados según la deriva que llevaba. Parece que se ha vuelto a inyectar dinero y, sobretodo, respeto a los
azkenitas. Simplemente con una política de comunicación más cuidadosa y transparente las sensaciones han cambiado. Si a eso le sumamos un cartel algo más
digno del historial (sin llegar a las ediciones más exitosas) podemos decir que nos están volviendo a ganar para la causa. A ver cómo se desenvuelve el del 2017, que de momento apunta bien.
Si nos vamos a lo concreto, mi concierto favorito de este 2016 ha sido el que realizó
Robert Plant en el
Cruïlla. Bien es cierto que todo lo que huele a
Led Zeppelin me tiene ganado de antemano pero hay que decir que me sorprendió para bien el set que se marcó mi querido
Rob. Excelentes canciones de su dilatada carrera en solitario y alguna perla del muestrario
zeppeliano (que me hicieron soltar la
lagrimilla) configuraron el
momento top del 2016 para este que escribe.
Hay que decir no obstante lo que todos conocemos: un año
nefasto por la muerte de algunos nuestros ídolos. Y con la sensación de que en años venideros no va a mejorar la cosa. Si amigos...el rock envejece. De todos ellos el que más me ha dolido sin duda ha sido mi amado
Bowie, ese en el que me gustaría reencarnarme si eso existe. Por suerte nos dejó un último disco a la altura de su leyenda. Sorprendiendo, y para bien, hasta el último aliento.
Como concierto
decepcionante el que depararon unos hasta ese momento imparables
Vetusta Morla, en el Cruïlla. Lastrados por un sonido infame y por la poca química con el público. En las antípodas del que realizaron un año antes en el
Sant Jordi Club, perfecto y sublime.
Y hasta aquí mi análisis. A ver este 2017 que nos depara.
Mr.Bull.
Un año lleno de
contrapuntos en lo que a la música en vivo se refiere, la sangría de talentos
musicales ha sido muy dolorosa, así Bowie, Prince, Leonard Cohen, Glenn Frey,
Emerson, Lake, Sharon Jones y tantos otros nos hacen palpable una realidad
dolorosa que hay que afrontar, no hay un relevo generacional en el mundo del
Rock a la altura de éstas leyendas y además la situación de la industria
discográfica y el monopolio sobre las grandes giras trae unos negros nubarrones
hacia el formato de los grandes espectáculos. Los abusivos precios de los
grandes conciertos no hacen más que alejar a los más jóvenes de una cultura que
envejece al ritmo de sus veteranos seguidores.
Pero no todo van a ser
malas noticias, los formatos reducidos para los directos van tomando cada vez
más protagonismo y acercan así la música en vivo a todo tipo de público y de
bolsillos. Así hay que celebrar que cada vez más bares y pequeños locales
apuesten por los directos. En este cómodo y cercano formato he disfrutado mucho con gente como PelogrueSoul, De la Carmela o el gran Jose Luis Lozano. En lo que se refiere a los directos nacionales sigue
creciendo un cáncer que tapona el acceso de las bandas o artistas con material
propio a los escenarios; las, en general, mal llamadas bandas tributo, que copan
escenarios y hasta festivales y son un sucedáneo, un “quiero y no puedo” que ha
dejado de ser una simpática muestra de respeto hacia el artista copiado. Por
supuesto no todas las bandas tributo son iguales y grupos como los burgaleses
Zimmerband ofrecen otra visión y sobretodo originalidad hacia su referente,
pero son honrosas excepciones.
El mejor momento
musicalmente del año para mí fue esa maravillosa anomalía, ese milagro musical
que supuso El último vals en Frías. Dos días mágicos llenos de buena música,
respeto para unos referentes musicales, descubrimientos de grandes talentos y cercanía,
buen rollo y camaradería entre todos los presentes. No todo está perdido cuando
gente como Joserra Rodrigo se involucra para llevar a cabo una maravilla
semejante. Ojalá el enorme talento de bandas como Frank, The Fakeband, y
sobretodo Bantastic Fand vaya recibiendo el reconocimiento que merece y puedan
darse a conocer al gran público.
Los mejores directos que
he disfrutado éste año han sido los de los Pixies, Radio Birdman, The Who,
Alabama Shakes, Robert Plant, Chris Robinson Brotherhood, Greg Dulli y el
excelente retorno de 091.
Entre mis grandes decepciones en directo estarían el triste concierto de Danzig en el Azkena, el excelente concierto que estropeó el muy poco respetuoso público de Damien Rice y la sensación de que hay artistas a los que es prácticamente impensable ver fuera del limitado contexto de los festivales, como a PJ Harvey. Por último constatar tristemente que ha pasado otro año y sigo sin haber visto en directo a Tom Petty.
Mr. Sheep.
Poco más a añadir, y encima negativo. ¿Cuántas giras por España han pasado de largo de Barcelona este año? Unas cuantas: Long Ryders, Brother Hawk y un largo etcétera. Hemos creado una ciudad para ricos dedicada al culto al guiri y hemos perdido muchas cosas por el camino que no tienen visos de recuperarse. Una lástima.
Lo mejor del año vivido en directo, en mi opinión, han sido los conciertos de The Steepwater Band, Wilko Johnson, Hellsingland Underground, Robert Plant y The Who.
A ver como se porta el 2017.
Mr. Wolf