martes, 25 de diciembre de 2018

ROSENDO. SANT JORDI CLUB. 23/12/18

La verdad es que tenía una deuda histórica pendiente con Rosendo Mercado al no haberlo visto nunca en directo. Oportunidades no han faltado, desde luego, e incluso una vez estuve a punto, pero no llegó a ocurrir, aunque también es cierto que soy más seguidor de su etapa en Leño que de su carrera en solitario. Ahora, en la que es su gira de jubilación (aunque ya sabemos que este tipo de despedidas no acostumbran a ser demasiado reales) me apatecía saldar mi deuda con uno de los músicos más honestos que ha dado este país. Su segunda noche consecutiva en el Sant Jordi Club, y última de la gira, sería la noche.
Rosendo se presentaba en formato trío, junto a Rafa J. Vegas al bajo y Mariano Montero a la batería, en un escenario sobrio con una gran pantalla detrás cuyo mejor momento resultó cuando fueron apareciendo uno a uno todos los discos grabados por el guitarrista de Carabanchel.
El repertorio sin sorpresas, repasando prácticamente toda su carrera, aunque los leñeros habríamos agradecido más temas de su banda madre. Pero es evidente que se siente orgulloso de todo lo que ha hecho en solitario, así que no hay nada que recriminarle. Y me parece que el público que llenó el recinto (creo que las dos noches agotó entradas) no opuso queja alguna con la multitud de himnos desplegados a lo largo de casi dos horas. Cosita, Flojos de pantalón, Pan de higo, Navegando, Agradecido o Loco por incordiar fueron algunos. De Leño tres temas: El tren, Maneras de vivir y ¡Qué desilusión!. ¿Cómo lo llaman? ¿Rock urbano? Pues eso.
Como decíamos antes, Rosendo siempre ha sido un tipo honesto y coherente que se merece todo el éxito cosechado y al que le deseamos lo mejor en esta nueva etapa de su vida. Mucha suerte, amigo.

Y con Rosendo finaliza el año en lo que a conciertos se refiere para la gente que hacemos este blog, así que aprovechamos para desearos un feliz y rockero 2019.

Mr. Wolf

Más info en la web del músico
Escucha aquí el setlist

domingo, 18 de noviembre de 2018

THE MAGPIE SALUTE. RAZZMATAZZ 2. 13/11/18


Siempre he sentido una especial debilidad por The Black Crowes. Son una de las bandas más importantes de los últimos 30 años y su fiabilidad tanto en disco como en directo ha sido total. Cuando los caminos de los hermanos Robinson se volvieron a separar, la decepción inicial dio paso a la esperanza de que sus proyectos en solitario estuvieran a la altura de su leyenda. Pasados ya unos años creo se han quedado a medias. Es cierto que Chris Robinson se ha arriesgado en un proyecto alejado de su banda madre. La Chris Robinson Brotherhood practica una suerte de Rock lisérgico que bebe principalmente de la psicodelia y de The Grateful Dead, y aunque tienen discos buenos y en directo por momentos están tocados por la varita de la inspiración, te dejan con la sensación de que estaría bien que encontraran un equilibrio entre las JAMS y las CANCIONES. Por su parte Rich Robinson ha publicado algún disco interesante en solitario como Paper, pero su intento de emular el sonido Black Crowes ha quedado un tanto desangelado. The Magpie Salute es una banda formada por extraordinarios músicos, Rich Robinson y Marc Ford están soberbios a las guitarras, Sven Pipien es un valor seguro al bajo y a los coros, Matt Slocum cumple discretamente a los teclados y Joe Magistro a la batería lo hace francamente bien, por su parte John Hogg es un buen vocalista, pero tiene una evidente falta de carisma, y es que al buscar un sonido tan Crowes, las comparaciones con Chris Robinson son odiosas.

El concierto en una sala Razzmatazz 2 abarrotada fue de menos a más. Comenzaron con temas de su álbum en estudio High water I como High water, take it all, for the wind y open up. Fríos y con evidentes problemas de sonido para escuchar a John Hogg, levantaron el vuelo con las acertadas versiones de Blind Faith, Had to cry today, y la sorprendente The killing moon de Echo & the Bunnymen. La verdad es que los temas que cantaron Marc Ford y Rich nos hicieron pensar en la necesidad de contar con otro vocalista. Marc bordó Smoke signals y Rich estuvo pletórico en Yesterday i saw you. Momento para una parte acústica que quedó deslucida por el sonido pobre del micro de John Hogg. Sister moon y Hand in hand sonaron bien en versión desnuda y la temperatura de la sala empezó a subir con Welcome to the goodtimes de los Crowes. A partir de aquí todo fluyó mucho mejor, Walk on water dio paso a ese temazo de Marc Ford llamado The Vulture, y una acertada revisión del What goes on de la Velvet Underground. Can you see y un poker de ases de The Black Crowes como Ballad in urgency, Wiser time, Thorn in my pride y Jealous again, el final para el mejor tema de los Magpie, Send me an Omen.


Lo mejor del concierto fue el poder disfrutar de unos grandes músicos, ver recuperado a un Marc Ford al que vimos muy mal hace unos años cuando vino con la Steepwater band, y el poder disfrutar de algunos temas clásicos en la historia del Rock, pero por otro lado creo que si no consiguen alejarse un poco de los parámetros de los temas de los Crowes las comparaciones harán que pierdan fuelle e interés.

Habrá que confiar en que Chris y su hermano hagan las paces y reformen a los Black Crowes clásicos, creo que se necesitan mutuamente para brillar y conseguir la excelencia, mientras tanto estaremos atentos a sus siguientes pasos.

Mr. Sheep

Más info en la web del grupo
Más info en el Facebook del grupo

lunes, 12 de noviembre de 2018

NIÑOS MUTANTES. SALAMANDRA. 10/11/18


Niños Mutantes es una banda granadina formada en los 90 que habitualmente se ha movido en el indefinido mundo del Pop-rock. También forman parte de la vieja guardia de lo que se ha llamado indie-rock patrio. Algunas bandas actuales han reconocido sus influencias,  hasta tal punto de reflejarlas en el disco de versiones Mutanciones donde aparece lo más florido del género (Havalina, Russian Red, Nada Surf, Lori Meyers...).
Pero en este caso lo que se celebra es el fin de gira de su disco 10 y medio, un recopilatorio que repasa su trayectoria y agrega algunas canciones nuevas.
Para la ocasión, citaron a sus fans en la sala Salamandra de L'Hospitalet. Un interesante plan para un sábado por la noche en una espacio que personalmente me gusta por dimensiones y acústica. Una buena entrada sin llegar a estar apretados. Me sorprende la homogeneidad del target: modern@s viejun@s de 35 a 45 años. El resto, si no tienen esa edad, lo parecen. Así pues, un grupo generacional a todas luces.
Para el concierto escogen un repertorio plagado de canciones que en su momento han tenido cierta volada en el mundillo alternativo nacional. Ninguna con un éxito atronador pero todas de calidad incuestionable. Así, suenan canciones muy pop como NM, Errante, La Voz, Todo Va a Cambiar, Hundir la Flota, Las Noches de Insomnio, Sin Pensar... pero también hermosas composiciones rockeras como Jovencita, Pura Vida o las enormes El Menú del Día y Glaciares y Volcanes. Mención especial para la emocionante versión de A Galopar, ese poema de Alberti musicado inicialmente por Paco Ibáñez, un himno indispensable en estos momentos de zozobra política.
La mayoría del público, muy fan, coreó todas y cada una de ellas. Y Juan Alberto Martínez, cantante y letrista de la banda, ejerció de frontman con ese gracejo andaluz típico. Así que se vivió una comunión bastante lograda hasta los bises.
De la parte técnica, destacar el excelente sonido y un sobrio pero efectivo juego de luces. Para qué más.
Buen concierto, en definitiva. Personalmente pienso que lucen bastante mejor en las composiciones rockeras y especialmente en las concisas (lo bueno en rock, si breve, tres veces bueno). Ahí es donde tienen un sonido bastante reconocible. Respeto sus canciones más poperas (alguna incluso me gusta mucho), pero hacer una canción pegadiza de calidad y, sobretodo, original, me parece muy difícil. Y el pop... lo reconozco, me resulta un tanto cansino.

Mr.Bull

Más info en la web del grupo

domingo, 14 de octubre de 2018

CALELLA ROCKFEST 2018. FÀBRICA LLOBET (CALELLA). 12,13/10/18

De nuevo en el Calella Rockfest, un festival al que en esta ocasión volvíamos a acudir después de habernos perdido la edición anterior. Este año con un cartel correcto en el que destacaba con luz propia el señor Mike Farris, y también con una alarmante ausencia de público, presentando el recinto de la Fàbrica Llobet una pobre entrada en las dos noches. Esperemos que para la séptima edición las cosas mejoren.

El viernes se abría el festival con los castellonenses Dry River. Me merecen todo el respeto del mundo, pero su Progresivo a mí personalmente me resulta bastante aburrido, así que preferí desplazarme hasta el bar para cenar y coger fuerzas. Eso sí, había más de un seguidor ataviado con camiseta del grupo.


Después tocaba el turno de una banda que a mí me tiene enamorado desde mi primera vez con ellos en 2013. Ya hemos hablado varias veces en este blog de Hellsingland Underground, y nuevamente no decepcionaron. Siempre con las dobles guitarras, el carisma de su cantante Charlie Granberg y las canciones, sobre todo las canciones: Lost river band, Northern country boy o Evil will prevail, auténticas joyas de una banda sueca (aunque parezca netamente americana) a la que considero de las mejores que hay en la actualidad. Gran imagen final del guitarrista Mats Olsson bajando a abrazarnos a los que estábamos en primera fila, y gran ejemplo para otras bandas al estar todos un buen rato en el puesto de merchandising charlando y haciéndose fotos con la gente. Buenos tipos.

Los siguientes en aparecer sobre el escenario eran los finlandeses Lordi, famosos tras ganar años atrás el festival de Eurovisión, algo que tampoco me parece un bagaje como para sentirse orgullosos, desde luego. A mí me hacen gracia un rato con todos sus disfraces, pero me acaban cansando al fallarles lo más importante: la música. Canción por canción no están mal, pero me acaban resultando aburridos. Y sí, tocaron su éxito eurovisivo, Hard Rock hallelujah, con el que pusieron punto final a su actuación. Aunque una cosa hay que reconocerles, y es que tiene mérito aguantar hora y veinte con esos trajes, máscaras y maquillaje bajo los focos. Debe ser algo infernal.

Recta final de la noche, cansancio acumulado y espera interminable por problemas con el sonido de los siguientes protagonistas, nuestros queridos Nashville Pussy. Y como colofón de la primera jornada no estuvieron nada mal, saliendo a matar y sin dar respiro en toda su actuación. ¡Qué importa si siguen los problemas de sonido! Son los Pussy y van a lo que van. Con la cantidad de veces que los he visto en directo y me siguen noqueando con sus ritmos acelerados deudores de AC/DC y Motörhead; y con esa fiera llamada Ruyter a la guitarra desbordando pasión y entrega. Presentaban su reciente Pleased to eat you y aprovecharon también para soltarnos sus cañonazos de siempre, como First I look at the purse, I'm so high, Why why why o ese imprescindible Go motherfucker go final. Una vez más llegaron y vencieron. Lástima que en su puesto de merchandising tuvieran esos precios desorbitados (???).
Fin de fiesta y momento de irse a dormir, que al día siguiente se avecinaba tormenta. Y de la buena.

Mr. Wolf

Un día gris y lluvioso nos recibió en Calella para el día grande del festival. El cartel del Sábado era variado y a priori más que interesante. Aunque el aliciente máximo de ésta edición del Calella Rockfest era contemplar la vuelta al Rock de una de las gargantas más privilegiadas de su generación, el gran Mike Farris.

Pero vayamos por partes, abrieron Rocking horse, una banda formada por músicos veteranos curtidos en mil batallas, y la verdad es que aunque no sonaban mal, tenían un sonido bastante impersonal, que no te hacía entregarte del todo a su propuesta. Algunas buenas versiones que sirvieron para caldear el ambiente y prepararnos para contemplar el concierto de los suecos Electric boys, unos veteranos que ofrecen un Hard Rock con toques sleazys que logró conectar con un público muy receptivo. Conny Bloom a la voz y guitarra, Franco Santunione a la guitarra, Andy Christell al bajo y Jolle Atlagic a la batería ofrecieron un enérgico concierto que sólo se vio lastrado por un exceso de decibelios que saturaban su sonido. Buenos temas como Suffer, Rags to reaches, una sorprendente Electrified con la intro de Tom Sawyer de Rush, y el fin de fiesta con Charlie Granberg de Hellsingland underground uniéndose para una festiva All lips n' hips. Buen concierto.



La espera para el concierto de Mike Farris se nos hizo eterna. Es uno de nuestros artistas de cabecera, sus discos al frente de Screamin' Cheetah Wheelies son clásicos que en su momento no tuvieron toda la suerte y recorrido que merecían, y aunque en su etapa en solitario ha sacado buenos discos, a su Gospel le faltaba el carisma de su época rockera. Su nuevo disco, el excelente Silver & Stone, ha supuesto su regreso al Rock y la verdad es que después de verle en directo no ha podido estar más acertado. En el año 2004 al frente de los Wheelies ofreció un mítico concierto en el Azkena Rock Festival, que para muchos puede que haya sido el mejor que se haya visto en Vitoria. Muchos recordamos aquel mágico momento en el que se fue la luz y Mike Farris se puso a cantar a capella y silenció a todo el público del festival. Después ha venido de gira con su grupo de Gospel Soul, pero esta gira de retorno a sonidos más roqueros ha sido una auténtica delicia. Su nuevo grupo The Fortunate Few está formado por el enorme, en todos los sentidos, Jordan Hymon, El bajista con pinta de empollón Justin Ferwerda y el super hero de la guitarra Bart Walker. Una banda más que solvente que se compenetra a las mil maravillas con un Mike Farris que está pletórico de voz y de actitud. El concierto fue una auténtica pasada, una maravilla cósmica que los que estuvimos allí recordaremos para siempre como uno de los conciertos de nuestra vida. Comenzó con algún tema del nuevo álbum como When Mavis sings, Snap your fingers, Are you lonely for me baby?, versiones llevadas a su terreno como Folsom prison blues de Johnny Cash, los primeros acercamientos al repertorio de Screamin' Cheetah Wheelies con la mágica Magnolia o Boogie King, y cuando ya estábamos rendidos a sus pies llegó su particular homenaje a Tom Petty con un Swingin' brutal, una festiva American girl y una emocionante Room at the top. Para los bises dos joyas como Father speaks y Hello from Venus. Brutal concierto, intensidad, simpatía, carisma, buen sonido. Mágico. Después del concierto se produjo un momento muy especial cuando la banda abandonaba la sala, con un Mike Farris simpático atendiendo al público, la gente comenzó a aplaudir en plena calle hasta que la furgoneta abandonó el lugar con un Farris visiblemente emocionado.






Después del huracán Farris, los Bellrays no lo tenían nada fácil. Cuando empezaron la gente aún comentaba el bolo anterior, y además fueron perdiendo público a medida que avanzaba el concierto, y puede que fuera por eso, pero no acabé de verles a gusto en toda la actuación, especialmente a Lisa Kekaula. Salieron a matar, eso sí, al más puro estilo ramoniano enlazaron un tema con otro durante el poco más de una hora que duró su actuación. Aún así hubo momentos muy disfrutables, con ese estilo tan personal de mezclar el Soul con el Punk Rock. Bad reaction, Mine all mine, Love and hard times o Black lightning hicieron disfrutar al personal. Bob Vennum a la guitarra, Justin Andres al bajo y un espectacular Stefan Litrownik a la batería cumplieron con su papel y nos devolvieron cansados pero contentos a la realidad de una noche lluviosa, pero inolvidable.



Un saludo desde aquí para la gente que monta y trabaja en un festival modesto, sí, pero modélico en su forma de gestión. Esperemos poder volver el año que viene.

Mr. Sheep
















Más info en la web del festival
Más info en el Facebook del festival

lunes, 24 de septiembre de 2018

WALKING PAPERS. RAZZMATAZZ 3. 21/09/18




The Bolshoi fueron una banda británica de los 80 cuya falta de éxito en nuestro país resultaba inexplicable al equipo de Bncenconcierto. Buenas canciones, actitud, estilo personal y reconocible. Sin embargo en su única visita a Barcelona había casi más gente encima del escenario que delante. Sentimos una gran vergüenza al ver pinchar a nuestra banda de culto, pero, lejos de amedrentarse, los chicos nos ofrecieron un concierto que quedó grabado en nuestra memoria. No sólo fueron unos grandes profesionales: es que parecieron pasárselo tan bien como nosotros. Puro rock.

Traigo a colación esta historia porque algo similar fue lo que vivimos el pasado viernes en la más vacía que llena Razzmatazz 3. Vale: no soy tan fan de Walking Papers como lo era de The Bolshoi pero aún así me gustan muuucho y objetivamente son una muy buena banda de rock...¿por qué demonios no reventaron la sala teniendo unos temazos así, un estilo bastante personal, unos músicos tan solventes, un frontman tan electrizante y con tal vozarrón? ¿La coincidencia con la Mercè? ¿Una mala difusión? ¿Por qué grupos como Queens of the Stone Age llenan estadios y éstos no? Esa fue la idea más comentada a lo largo de todo el show que nos ofreció la banda. No supimos contestar, más teniendo en cuenta que existía la posibilidad de adquirir la entrada en un pack conjunto con The Magpie Salute a un precio muy ventajoso.
Pero vayamos con el concierto...
La cosa comenzó descolocándonos; suave primero con The Butcher y luego con el aire algo jazzístico de How it feels. Bien. Pero ésto no era el mazazo que tuvimos oportunidad de escuchar en el festival de Azkena de hace unos años donde tan gratamente nos sorprendieron (y eso, a pesar de sustituir, ejem, el bajo del fundador , el mismísimo Duff McKagan de Guns'n'Roses, por unas vergonzantes bases pregrabadas).
Pero tras Hard to look away quedó claro que iba a ser una noche de aúpa. Jeff Angell, pletórico de voz (más agresivo  que en los discos) y ejerciendo de frontman como Dios manda con unos buenos movimientos y un constante interactuar con el público, nos llevó en volandas durante la casi hora y tres cuartos que duró la experiencia. Con los 6 miembros de la banda muy metidos (da gusto ver lo bien que se lo pasa el teclista Benjamin Anderson, el único de los miembros originales que queda junto con el cantante), fuimos recibiendo trallazos como Somebody else, Your secret safe's with me, King Hooker, Capital T, Two Tickets and a room, The whole world watching...O esos medios tiempos que tan bien dominan como Death on the lips o Already dead. Hubo tiempo incluso para la risa cuando el micrófono voló hasta la cabeza de una chica de las primeras filas, algo que ya se veía venir viendo los malabarismos que el cantante se gastaba. Tirando de oficio sacó un billete de 50 y se lo ofreció de broma a la baqueteada fan. Buen rollito. Aunque a esas alturas ya tenían al público en el bolsillo. Mucha calidad y contundencia.

Tras 18 temas (no olvidemos que venían a presentar su tan solo segundo disco WP2) y con la vena del cuello a punto de reventar, Mr.Angell dió por concluido el concierto agradeciéndonos la asistencia. El agradecimiento fue recíproco y sincero. Nada de bises. A cambio la banda se bajó del escenario departiendo y haciéndose fotos con todo aquel que quiso. Muy grandes. 
Esperemos que el mundo del rock les haga justicia en próximas visitas a Barcelona.
Nosotros les seguiremos y ahí estaremos.  

Mr.Bull.




Más info en la web del grupo 

jueves, 23 de agosto de 2018

THE DEVON ALLMAN PROJECT WITH DUANE BETTS. RAZZMATAZZ 3. 20/08/18

Allman y Betts. Viendo semejantes apellidos ya podemos imaginarnos de quienes son descendientes los protagonistas de este concierto. De los que fueran principales baluartes durante muchos años de una de las mejores bandas de la historia (con desavenencias incluidas) y que nos dejaron un legado mayúsculo. No hace mucho nos abandonó Gregg Allman, en una de esas pérdidas tan tristes que estamos sufriendo actualmente. Por suerte, Dickey Betts sigue entre nosotros, y que sea por muchos años. De hecho, nos ha alegrado la vida con un par de visitas durante la última década. Ahora, sus vástagos se han unido para una gira conjunta que, realmente, a su paso por Barcelona ha dejado un gran sabor de boca. Y con bastante afluencia de público, algo por lo que no apostaba dadas las fechas en las que nos encontramos.
Junto a los mismos músicos que seguirían luego junto a Devon Allman, el turno de abrir la noche fue para Duane Betts. Las anteriores ocasiones en las que le hemos visto acompañando a su padre ya hemos dicho que no es precisamente un músico espectacular en directo. Toca bien, y parece un buen tipo, pero le falta enganchar a la gente en escena. De todas maneras, canciones correctas de su EP Sketches for american music y espléndido final con In memory of Elizabeth Reed, clásico de... Allman Brothers Band, claro.
Más tarde, apareció Devon sobre el escenario, con una imagen que me recordó instantáneamente a su tío Duane. También hay que decir que cuenta con más bagaje sobre sus espaldas, en solitario o con los Royal Southern Brotherhood. Abrió con la  poderosa instrumental Mahalo intimidando a la gente de la primera fila con el mástil de su guitarra (yo mismo debo reconocer que temí por mi integridad craneal). Siguió con Ten million slaves, de Otis Taylor, I'll be around, de The Spinners, y Left my heart in Memphis, de los citados Brotherhood. Ya estaba Duane otra vez con la banda para volver a los Allman y atacar su Blue sky. Luego, más versiones, como Friend of the Devil, de Grateful Dead, o Multi-colored lady, del primer trabajo en solitario de Gregg Allman, y de la que Devon nos contó que la escribió su padre para su madre. Estas dos últimas canciones las tocaron todos los músicos sentados en sillas, en el momemto más relajado de la noche. Como invitado especial, Javier Vargas puso su guitarra en Lean on me, de Bill Withers, cantada por el peculiar teclista Nicholas David. Dos nuevos temas Allman nos llevaron al cielo, como Dreams y el final Midnight rider. Colosales, no se puede decir otra cosa.
No veremos nunca más sobre un escenario a aquella maravillosa banda, pero aunque no sea lo mismo, la llama se mantiene encendida, con noches de Southern Rock como ésta. Eso sí, ¿los CD's a 20 euros? ¿Nos hemos vuelto locos?

Mr. Wolf



Más info en la web de Devon Allman Project
Más info en el Facebook de Devon Allman
Más info en el Facebook de Duane Betts




lunes, 13 de agosto de 2018

BARCELONA BIG BLUES BAND & MYRIAM SWANSON. JAMBOREE. 12/08/18

Una verdadera delicia pasar una noche de verano de esta manera, en el entrañable Jamboree, con la gran Barcelona Big Blues Band acompañada de esa fuerza de la naturaleza llamada Myriam Swanson, sin duda una de las mejores y más interesantes cantantes que tenemos por estas tierras. Además, homenajeando a toda una Ruth Brown, una mujer hoy quizá un poco olvidada, pero que es uno de los grandes nombres del Rhythm & Blues del pasado siglo.
Al mando de la Big Band se encuentra el contrabajista Ivan Kovacevic, que se dio a conocer en su día como miembro de los Nu Niles, junto a Mario Cobo. También es componente de los Mambo Jambo, y con éstos y la orquesta da la sensación de que no le falta el trabajo. ¿Y Myriam? Pues se la puede ver habitualmente enfrascada en mil proyectos: The Rhythm Treasures, Flamingo Tours o Magnolia, entre otros, siempre derrochando clase y simpatía.
Resultó curioso ver el pequeño escenario del Jamboree atiborrado con tanto músico, y encima junto a sus atriles. Una sección de vientos compuesta por nueve personas, más un escondido batería, un pianista y un guitarrista, además de Ivan y de Myriam. Catorce músicos en total, llenando un espacio realmente aprovechado en el que no cabía mucho más.
Como decíamos, la noche fue un bonito y merecido homenaje a Ruth Brown, la apodada Miss Rhythm, con sus temas más importantes, como Mama he treats your daughter mean, Teardrops from my eyes, Lucky lips o Mambo baby. Fantásticos temas. Y todo ello con la calidad y el lucimiento de los miembros de la orquesta y la explosiva voz de Myriam, además de sus siempre divertidos comentarios entre canción y canción, algo que los que la hayáis visto alguna vez en directo ya sabréis de lo que hablo.
Un verdadero viaje en el tiempo, a aquella época en la que las orquestas reinaban cada noche. Y una pena que el concierto se acabara, porque algunos podíamos haber seguido allí durante horas. Ya lo decíamos al principio, una delicia.

Mr. Wolf



Más info en la web de la orquesta
Más info en el Facebook de la orquesta

sábado, 14 de julio de 2018

THE WHITE BUFFALO. APOLO. 12/07/18


Muchas veces me resulta curioso ver el éxito del que gozan algunas bandas. Si hace poco decíamos que Ronnie Spector no tuvo precisamente un llenazo en Apolo, ahora llega The White Buffalo y agota las entradas con bastante antelación en la misma sala. Perfecto, es un hecho que me alegra, pero no deja de sorprenderme, más viendo el grado de fanatismo de gran parte del público, que se sabía letras enteras de sus canciones. Está bien, su música ha calado en mucha gente y eso es positivo, y además estamos hablando de calidad, sin ninguna duda.
The White Buffalo no es una banda propiamente dicha, sino el alter ego de Jake Smith, cantante de poderosa voz (bastante parecida a la de Eddie Vedder) y guitarra, actualmente acompañado de los espléndidos Matt Lynott a la batería y Christopher Hoffee al bajo y coros. Juntos conforman un potente trío para una música que bebe de distintas fuentes: Rock, Folk o Blues. La verdad es que resulta difícil etiquetarla.
Para calentar la noche, el telonero Xavier Calvet nos ofreció junto a otro guitarrista sus bellas canciones, que lamentablemente pasaron desapercibidas para gran parte del público congregado en la sala. Más suerte para la próxima, Xavi.
Y después, con los tres músicos al frente del escenario, alineados de forma poco habitual, dio inicio el concierto de The White Buffalo con Hide and seek, tema de Darkest darks, lightest lights, último trabajo de una ya abundante discografía. Y fue una verdadera fiesta, como se demostró en el coreado Oh darlin' what have I done; en los intensos This year y The Whistler; en el precioso Wish it was true; o en ese divertido How the west was won, que supuso el perfecto final de la noche. Un Jake sudoroso desde la segunda canción acabó exhausto y feliz, y sus compañeros le secundaron magistralmente en todo momento. De hecho, Christopher Hoffee no se mostró en absoluto como el típico bajista estático, sino que fue un espectáculo verlo durante todo el concierto. Un verdadero personaje, y sus coros, destacables también.
En una noche que compartía protagonismo con la primera jornada del festival Cruïlla, los que acudimos al Apolo salimos pletóricos. Grande The White Buffalo, grande Jake Smith.

Mr. Wolf




Más info en la web del grupo
Más info en el Facebook del grupo
Escucha aquí el setlist

sábado, 30 de junio de 2018

RINGO STARR & HIS ALL STARR BAND. PALAU SANT JORDI. 26/06/18

Nunca había tenido oportunidad de ver en directo a un Beatle. A John por motivos obvios y a George porque nunca se dio la ocasión. A Paul sí podría haberlo hecho, pero siempre he tenido un problema con su carrera en solitario, pese a que ahora mismo debo reconocer mi arrepentimiento (con no haberlo visto en concierto, con su carrera pienso igual). Y ahora aparece Ringo, que será el menos brillante de los Fab Four, pero que queréis que os diga, me hizo una ilusión enorme verlo con su banda. La lista de músicos que han pasado por su All Starr Band es ciertamente espectacular, con Jack Bruce, Peter Frampton, Dave Edmunds, Billy Squier, miembros de The Band, de los Eagles, de la E Street Band y un largo etcétera. Actualmente son los guitarristas Steve Lukather (Toto) y Colin Hay (Men At Work); el teclista Gregg Rolie (Santana, Journey); el bajista Graham Gouldman (10cc); el batería Gregg Bissonette (¡el de los mejores discos de David Lee Roth!) y el multinstrumentista Warren Ham (Kansas).Todos ellos también ocupándose de las voces. Les esperaba un Palau Sant Jordi acondicionado para la ocasión a modo de teatro y unas gradas semivacías. Una pena, aunque quizá tenga que ver con ello el precio desorbitado de las entradas.
El repertorio, una mezcla de temas de los Beatles, de Ringo en solitario y de las respectivas carreras de sus músicos, como ha sido siempre con la All Starr Band, aunque en alguna emisora de radio no tuviesen ni idea de ello y estuvieran esperando que tocaran únicamente canciones de los de Liverpool. Así, entre otras sonaron Rosanna y Hold the line, de Toto, banda de la que nunca fui seguidor, pero la verdad es que estuvieron muy bien, Who can it be now?, de Men At Work, I'm not in love, de 10cc, o Black magic woman, enlazada con Gypsy queen, de Santana. Y a mí, como fan de Journey, también me habría gustado que el señor Rolie nos obsequiase con algo de ellos, pero no ocurrió. De la carrera en solitario de Ringo tuvimos su mayor éxito, It don't come easy, además de Anthem y Photograph. Y de los Beatles, pues Don't pass me by, Yellow submarine, I wanna be your man, y claro, la canción más reconocida del batería dentro del grupo, With a little help from my friends, que supuso el fin de fiesta antes del Give peace a chance de Lennon.
Un público feliz, pese a salir del recinto casi a las 12 de la noche (y eso siendo martes, lo del tema de los horarios en este país es inconcebible) y un Ringo que no paró de desearnos Peace & love, y que demostró estar en gran forma, teniendo en cuenta que en unos días cumplirá 78 años.
Bonita noche, en la que pudimos ver a una leyenda. Nada más y nada menos que a un Beatle.

Mr. Wolf

Más info en la web del músico
Más info en el Facebook del músico
Escucha aquí el setlist

jueves, 28 de junio de 2018

AZKENA ROCK FESTIVAL. VITORIA. 22-23/06/18




Un año más el equipo de bcnenconcierto se desplazó a Vitoria para asistir al festival rockero por excelencia en España. Al Azkena se va, da igual si el cartel es un poco más o menos potente que el año anterior. La experiencia azkenera va más allá del cartel, engloba la comunión con la ciudad partiendo de los conciertos en la plaza de la Virgen Blanca, y callejeando por Cuchillería y aledaños. Además el grado de camaradería rockera que se consigue es algo único.

La llegada a Vitoria no pudo ser más triunfal, con la primera cervecita avistamos y abordamos a los canadienses The Sheepdogs, que amablemente nos atendieron y se prestaron a fotografiarse y a departir antes de su espectacular concierto en la plaza. Simpatía, tablas, un sonido perfecto y un repertorio matador con temas como Bad liutenant, Up in Canada, I'm gonna be myself, Help us all, Nobody, I don't know o Downtown; y como guinda el Ramblin' man de los Allman Brothers.




Por la tarde los Sheepdogs casi calcaron el repertorio en el escenario principal, pero volvieron a estar maravillosos. Me supo mal no llegar a tiempo de ver a los gallegos The Soul Jacket, sus dos estupendos discos prometen un buen directo, otra vez será. Los Rival sons pincharon, lastrados por un sonido regulero y una actitud incomprensible. En un festival hay que salir a matar en el tiempo que te dan, y una banda con sus canciones debería haber enganchado más al personal.


Lo de Van Morrison es un misterio insondable, capaz de conmover como nadie o de hacer conciertos fríos a piñón fijo. Todo parecía presagiar que no sería una gran actuación. El irlandés tosía mucho en los primeros temas y no paraba de sonarse los mocos, además sus últimos discos son un tanto fríos, con estándares jazzísticos un poco planos, por lo que al principio no se presagiaba nada bueno. Pero el gruñón irlandés nos dejó anonadados con una actuación maravillosa. Sonido impecable, banda solvente, un buen repertorio más centrado en el Rhythm and Blues que en el Jazz y con unas gloriosas pinceladas de Celtic Soul. Conciertazo en toda regla que a la postre resultó de lo mejor del festival junto a la exhibición de The Dream Syndicate. Del repertorio joyas como Magic time, Bye bye blackbird, Jackie Wilson said, Whenever god shines his light, Wild night, Days like this, Broken record, Night time is the right time, Moondance, el medley entre Baby please don't go y Got my mojo working, una jazzística Brown eyed girl, Gloria y una maravillosa Real gone.



Cansados y satisfechos después del concierto del irlandés nos lanzamos a por comida y no pudimos disfrutar ni del Hardcore de Dead cross ni del sonido garagero de Jim Jones y sus Thee Hypnotics. No se puede llegar a todo.


El concierto de Chris Robinson brotherhood fue un tanto apático y muy lineal. Está claro que en la banda hay grandes músicos que tocan como los ángeles, pero en un festival y en horario de cabeza de cartel se echó de menos un poco de garra que nos sacudiera el tono monótono del concierto. Neal Casal estuvo brillante a la guitarra, mucho más que el pesado de Adam MacDougall a las teclas, mientras que Tony Leone a la batería y Sven Pipien al bajo cumplieron sobradamente. Encontrar el equilibrio entre las partes de Jam y las canciones es todavía tarea pendiente para Chris. Los que lo habíamos visto al frente de los Black Crowes en sus dos conciertos azkeneros, no hicimos más que echar de menos tiempos mejores.

La banda que ha reunido Wayne Kramer para celebrar el 50 aniversario del Kick out the jams de MC5 es un supergrupo en toda regla, pero creo que les faltan ensayos para cohesionar un set que con semejante repertorio debería de ser matador. Marcus Durant de Zen Guerrilla estuvo plano y falto de carisma en las voces, Kim Thayil simplemente cumplió acompañando a Kramer a la guitarra, Doug Pinnick ofreció más imagen que música y posiblemente fue Brendan Canty de Fugazi el que más destacó detrás de su batería. De todas formas siempre es un placer reencontrarse con un Wayne Kramer en buena forma y con un repertorio legendario en la historia del Rock.


Nebula sonaron compactos, densos, oscuros, poderosos, intensos y muy guitarreros. Salieron a matar desde el principio y nos engancharon a base de Stoner Rock de calidad. Temazos como Sun creature, Aphrodite, Atomic ritual, Rocket o Strange human sonaron a gloria y pusieron para nosotros el punto final a un primer día un tanto desigual, pero intenso y disfrutable como siempre.



El Sábado nos recibió con un tiempo espléndido en la plaza de la Virgen Blanca para asistir al concierto del James Taylor quartet, y aunque en principio no estábamos muy receptivos con esa música más propia de unos buenos ascensores de hotel que de un festival rockero, la verdad es que ofrecieron un buen concierto cargado de Funky y con una gran interacción con el público. Bien.



Nada más aparecer por Mendizabala nos recibe el Rock n' Roll sucio y garagero de Lords of Altamont. Hacía muchos años que no les veía en directo, y la verdad es que han mejorado mucho. Buen sonido, entrega, actitud y todo un detallazo con un fan del grupo al que invitaron al escenario e incluso a tocar un poco de teclado. Nos dejaron con ganas de más.



Cuando uno ve que un grupo vasco que canta en Euskera no para de tocar por todo el país, y se meten en todos los festivales potentes, debe de haber una buena razón. Berri Txarrak triunfaron por todo lo alto. Casi dos décadas de buena música que les han convertido en todo un referente. Era la segunda vez que les veía en Azkena y han crecido como grupo. Tocan muy seguros, tienen grandes temas y el público ganado de antemano. Si además ofrecen un muy buen sonido y actitud a raudales, pues el concierto resulta todo un éxito. Temazos como Spoiler, Zuri, Infrasoinuak, Harra. Tiene que ser muy grande verles en una sala.



Mott the Hoople en el escenario principal, casi nada. El señor Ian Hunter con casi ochenta años es capaz de noquear al más atrevido de los jovenzuelos encima de un escenario. Su actuación llenó de clase y de Rock n' Roll clásico el recinto de Mendizabala. El repertorio fue de ensueño, comenzaron con la intro de American pie y Golden age of Rock n' Roll, Lounge lizard, I wish i was your mother, Pearl n' Roy, un medley entre Roll away the stone y el Sweet Jane de la Velvet, Honaloochie boogie, Rest in peace, Walking with a mountain, la teatral Marionette, ese temazo que es All the way from Memphis, Jerkin' crocus, One of the boys, y para acabar el medley de Rock n' Roll queen, Crash street kids, Whole lotta shakin' on y Violence. Para cerrar por supuesto ese mega clásico que les regaló David Bowie, All the young dudes. Ian Hunter anda muy bien de voz, ágil con las guitarras y muy bien respaldado por una gran banda en la que destacaron, también por su simpatía, Ariel Bender y Morgan Fisher.



Hacía mucho tiempo que no seguía las andanzas de Turbonegro, desde que cambiaron de vocalista, pero hace poco que me reconcilié con ellos debido a que su último disco Rock n' Roll machine me sorprendió agradablemente. En Azkena su público era mayoritario, sin duda había más gente con camisetas o chaquetas tejanas del grupo, que de ningún otro artista del festival. Con el público muy receptivo, un muy buen sonido y ese Shock Rock tan teatral triunfaron por todo lo alto y Get it on fue uno de los momentazos del festival.





Tenía el presentimiento de que los Dream Syndicate de Steve Wynn iban a ofrecernos un buen concierto, su disco de retorno del año pasado How did I find myself here? estaba a la altura de su legado, y la solvencia de Jason Victor a la guitarra, la contundencia de Dennis Duck a la batería, el ritmo de Mark Walton al bajo y las teclas de Chris Cacavas eran una plena garantía. Pero la hora de concierto que nos ofrecieron superó con creces mis expectativas y se convirtió en la mejor actuación del festival. Salieron a matar y defendieron su último álbum del que tocaron 6 temas. Hay que tener mucha seguridad en tu trabajo para hacer primar tus canciones por encima de lo que espera tu público. Todos queríamos escuchar mucho material de sus discos clásicos, pero al final a nadie le importó. Comenzaron con The side I'll never show, siguieron con The circle, 80 west, y una soberbia Out of my head, Filter me through you, Armed with an empty gun y How did I find myself here? nos dejaron levitando y remataron la faena con las clásicas That's what you always says y una chirriante The days of wine and roses. Para entonces las caras de los músicos rebosaban felicidad y las del público una mezcla de éxtasis y sorpresa. Acabaron con Glide y Tell me when it's over. Brutal.



Casi a la carrera llegamos al escenario principal a tiempo para el concierto de Joan Jett. A sus casi sesenta años está espléndida, quizás se haya pasado un poco con el bisturí, pero da igual. Mantiene su aura rockera intacta y supo sobreponerse a un titubeante inicio en el que tuvo algún contratiempo técnico a fuerza de oficio. Teníamos muchas ganas de verla, no se prodiga mucho en Europa y la ocasión era única. Al final un repertorio equilibrado entre sus temas más conocidos y su último disco Unvarnished, más los temas legendarios de las Runaways y unas buenas versiones. Victims of circumstance abrió el fuego, Cherry bomb nos llevó a sus años juveniles, siguió con la versión de Gary Glitter Do you wanna touch me. Bad reputation, TMI, Soulmates to strangers, otra de las Runaways You drive me wild, Fake friends, la versión del Light of day de Springsteen, Make it back, Love is pain, A hundred feet away, Fragile, Fetish, Fresh start, la versión de Sonny Curtis Love is all around y la explosión final con I love Rock n' Roll, Crimson and clover más I hate myself for loving you. Fiestorro total y caras de felicidad entre los que creíamos que nunca berrearíamos estos clásicos en vivo. El gran Kenny Laguna nos animó a pedir más y Joan acabó con Hard to grow up, Real wild child (wild one) y la versión de Sly and the family Stone Everyday people. Deuda saldada.



La propuesta festiva y rockera de Joan contrastó con el pantanoso, bluesero y lineal concierto de los australianos The Beasts of Bourbon, una pena porque son una gran banda que ya nos noqueó hace unos años en el Azkena, con un concierto adrenalínico, más garagero y brioso. Pero en esta ocasión optaron por una opción más intimista que teniendo en cuenta la hora nocturna en la que tocaban provocó una deserción masiva del público hacia el Trashville y el concierto de Carlos Vudú y su homenaje, un tanto desangelado, hacia la figura del eterno Tom Petty. Nada que reprochar a los músicos que casi sin tiempo suplieron la baja de Urge Overkill lo mejor que pudieron. Pero faltó algo, no sé, creo que el legado de Petty pedía otro tipo de homenaje.



Con el cansancio acumulado durante todo el festival afrontamos el concierto de retorno de los noruegos Gluecifer con pocas expectativas, pero rápidamente su energía, el buen sonido y una actitud matadora nos ganaron para la causa. Muy bien, una manera perfecta para acabar un festival. Además tuvieron el detalle de dedicarle a Kike Túrmix su temazo The year of manly living. Biff Malibú mantiene en plena forma sus cuerdas vocales y Captain Poon brilló mucho más de lo que lo hace con los correctos Bloodlights.



Un año más de sueño rockero condensado en un par de días de amor por la música, de encuentros con amigos melómanos y de exaltación de la amistad, porque esto sin amigos no sería lo mismo. El año que viene más.

Mr. Sheep

Más info en la web del festival
Más info en el Facebook del festival 



jueves, 21 de junio de 2018

AZKENA ROCK FESTIVAL 2018

Pues sí, otra vez. Mañana nos toca carretera y manta un año más para ir a Vitoria a disfrutar de nuestro festival de referencia. En esta ocasión, con nuestra amada Joan Jett como principal reclamo, junto a Van Morrison, Mott The Hoople o Chris Robinson Brotherhood. No es el mejor cartel de la historia, pero sí que queda bastante apañado, con la pena de la baja final de Urge Overkill.
A ver como sale y en unos días os lo contamos todo.


miércoles, 20 de junio de 2018

RONNIE SPECTOR & THE RONETTES. APOLO. 18/06/18

Quien nos iba a decir que en 2018 podríamos disfrutar de la oportunidad de ver en directo a Ronnie Spector, una mujer a la que se puede catalogar como historia viva de la música. Con casi 75 años a sus espaldas y una carrera que abarca desde principios de los 60 hasta hoy. Mucho tiempo.
Lamentablemente, la sala Apolo no llegó ni de lejos al lleno, y eso que el precio de la entrada era bastante asequible. Entre el público asistente, mucho seguidor veterano, como era previsible, y también una nutrida representación de la comunidad homosexual. Disculpad mi ignorancia, pero es que no tenía ni idea de que Ronnie Spector fuera un icono gay (!!!). Ahora ya lo sé.
Después de veinte minutos de retraso (¿típicos caprichos de diva, quizás?) dio inicio la velada, en la que Ronnie hizo un repaso de la música Pop y Soul del último medio siglo. Con una numerosa banda, en la que destacaron la sección de viento y, sobre todo, las dos coristas, fantásticas en todo un What I'd say, por ejemplo. Y además de Ray Charles, también hubo tiempo para, entre otros, los Beach Boys y Don't worry baby; los Bee Gees y How can you mend a broken heart?, o The Dave Clark Five con su Because. Y claro, mención especial para una canción que a mí personalmente me fascina, como es esa You can't put your arms around a memory, del gran Johnny Thunders. Menudo momento.
Por supuesto, no faltaron los grandes clásicos de The Ronettes, como son Baby I love you, Walking in the rain, o ese imprescindible Be my baby. ¡Qué canciones! Y todo ello con una Ronnie que se mantiene perfectamente, aunque quizá su voz ya no sea la misma y su movilidad también se resienta por la edad, pero esos detalles no tienen importancia cuando estás frente a alguien con su historial y su carisma, que además nos amenizó la velada con sus historias vividas, que son muchas y variadas, lógicamente.
Lo que decíamos al principio: historia viva de la música...y una noche en el cielo.

Mr. Wolf



Más info en la web de la cantante
Más info en el Facebook de la cantante

domingo, 10 de junio de 2018

GERMÁN SALTO + GOSPELBEACH. ROCKSOUND.07/06/18

¿Podemos catalogar a GospelbeacH como un supergrupo? Evidentemente, sus componentes no son excesivamente conocidos, pero su bagaje la verdad es que no tiene desperdicio, siendo miembros de Beachwood Sparks, Chris Robinson Brotherhood o los Cardinals de Ryan Adams, así que no está nada mal, aunque también es cierto que su músico más conocido, Neal Casal, ya no forma parte del combo. Tras debutar discográficamente en 2015 con Pacific surf line, ahora cuentan ya con un segundo trabajo, Another summer of love, menos psicodélico que el anterior y con más melodías folkies.
En directo, la verdad es que me parecieron un grupo curioso. Su cantante y guitarrista Brent Rademaker parecía ir un poco por libre y no sé yo si no iba un poco puesto. También parecía pasarlo muy bien su bajista Ben Reddell, aunque éste no daba la impresión de estar perjudicado, sino de ser un tipo simpático. El resto, Jason Soda a la guitarra, Jon Niemann a los teclados y Derek Brown a la batería mantuvieron un poco más la compostura. En cuanto a la música, claramente había aires a lo Byrds o Tom Petty, como en la preciosa In the desert, donde Brent recordó al inmortal Gram Parsons. También destacaron la muy Wilco Out of my mind (on cope and reed), Kathleen o esa California fantasy, rebautizada para la ocasión como Catalonia fantasy. Lo tenían fácil en este caso. Momentos más dispersos de la noche fueron sus semiversiones de Elvis, Bill Haley o del propio Petty, que parecían más bien improvisaciones de su cantante que hicieron que el concierto quedara algo deslavazado.
También es de justicia mencionar al telonero Germán Salto, uno de los músicos más interesantes de este país y que ya ha aparecido alguna vez por este blog. Le tocó la (ingrata) labor de defender su música él solo con su guitarra frente a un público tremendamente irrespetuoso en gran parte. Le deseamos más suerte en su siguiente visita.

Mr. Wolf





Más info en el Facebook de Salto
Más info en el Facebook de GospelbeacH

jueves, 17 de mayo de 2018

FANTASTIC NEGRITO. APOLO 2. 15/05/18

Fantastic Negrito, curioso nombre artístico para un no menos curioso personaje. Aunque claro, cualquier cosa es mejor si tu propio nombre es Xavier Dphrepaulezz, ahí es nada.
El californiano debutó en Barcelona dos años atrás actuando en Jamboree y ahora llena la remozada sala Apolo 2 de un público fiel y conocedor de su obra. Y es que su disco The last days of Oakland le ha llevado al éxito internacional prácticamente a los cincuenta años, ganando incluso un Grammy (premio que a mí personalmente no me dice nada, por cierto). Su música es una verdadera batidora de estilos: Rock, Blues, Rhythm & Blues, Soul, Funk... de todo. A mí, incluso por momentos me recuerda a Fishbone por ese eclecticismo musical, aunque los locos de Angelo Moore sean un mundo aparte, claro.
Junto a su competente banda, en la que destaca el chileno Tomás Salcedo a la guitarra, Fantastic Negrito nos ofreció una soberbia actuación que duró casi dos horas, demostrando unas tablas espectaculares, interactuando con el público, mostrándose muy simpático en todo momento y divirtiéndonos con sus historias. No con todas, claro, porque también nos habló de la violencia existente en las calles de su país, que a él le ha tocado de manera evidente, con muertes violentas de personas cercanas. Momento duro en el que aprovechó para atacar a la clase política.
¿Y las canciones? Pues qué se puede decir cuando te sueltan en la cara un cañonazo como Scary woman o una redonda versión del In the pines de Leadbelly. O ese nuevo Plastic hamburguers que sonó brutal. Es algo para vivirlo en directo, sin duda.
Cuando, además de sus buenas canciones, ves un músico que lo da todo en escena y acaba empapado en sudor el precio de la entrada queda automáticamente amortizado. Y eso es lo que ocurrió en esta ocasión con un personaje que, de momento, está subiendo y logrando ese éxito tan esquivo habitualmente. Que siga y tenga suerte.

Por cierto, no puedo dejar de hablar de la nueva Apolo 2 tras mi primera visita después de que la hayan remozado. Y es que les ha quedado una preciosidad de sala, y desde aquí quiero felicitar a la gente de Apolo. ¡Por muchos años!

Mr. Wolf



Más info en la web del músico

martes, 15 de mayo de 2018

WILLIE NILE. BÓVEDA. 12/05/18



Tenía muchas ganas de volver a disfrutar de un concierto de Willie Nile, sus últimas giras habían pasado de largo por Barcelona y saber que iba a estar arropado por una banda me hacía pensar en un concierto con brío, rockero. En fin, tenía muchas ganas de disfrutar con su Rock romántico y cercano, y de corear a voz en grito sus magníficos estribillos. En un mundo más justo sus canciones deberían formar parte de la cultura popular, pero está claro que el mundo no es justo, y además tampoco ha sido fácil para Willie sacar una carrera musical adelante. Ya hace muchos años que las grandes compañías de discos dejaron de prestarle atención, y aunque siempre ha contado con el respeto de la escena rockera, ha tenido que currárselo de forma autónoma para tener el abanico de grandes discos que tiene.

Aunque la excusa de la gira era presentar su último disco Positively Bob: Willie Nile sings Bob Dylan, sólo cayeron dos temas, una ramoniana versión de Blowin' in the wind y una estupenda Rainy day women #12&35. El concierto comenzó como un tiro con la versión de Runnin' down a dream de Tom Petty, This is our time, después una de mis favoritas Black magic and white lies, Forever wild cantada a voz en grito por todo el público, American ride, Hell yeah, If i ever see the light, Heaven help the lonely y Give me tomorrow. Con el público totalmente entregado llegó el momento íntimo del concierto con Willie al piano, Streets of New York nos atrapó con toda su épica springstiniana y la preciosa Across the river nos dejó rendidos a sus pies, y a los de un Jorge Otero especialmente inspirado a la guitarra. El tono rockero subió otra vez con Magdalena, House of a thousand guitars y esa gran canción que es One guitar. Para el bis un último trallazo You gotta be a Buddha (in a place like this).

Willie estuvo arropado por los Stormy mondays Juanjo Zamorano al bajo, Danny Montgomery a la batería y Jorge Otero a la guitarra, que cumplieron a la perfección. A ver cuando podremos disfrutar en Barcelona de un concierto suyo en condiciones.

La sala Bóveda registró una gran entrada entre la que fue positivo ver a algunos niños y gente muy joven, y es que hay que irse currando un relevo generacional para los aficionados al Rock. Al final del concierto Willie Nile estuvo muy atento y simpático charlando y haciéndose fotos con todo aquel que se lo propuso. Es un tipo agradecido a su público y que disfruta de verdad del contacto con la gente, si no fuera así no se embarcaría a sus casi setenta años en una modesta gira por España.

Vuelve pronto, aquí te queremos.

Mr. Sheep

Más info en la web y en el Facebook de Willie Nile
Más info en la web y en el Facebook de Stormy Mondays

 



viernes, 27 de abril de 2018

JETBONE. ROCKSOUND. 26/04/18

Hace poco más de un año ya recibimos la visita de esta joven banda procedente de Suecia. Como dijimos en su momento nos encandiló con su Rock'n'Roll festivo de aires Soul, y ahora ha vuelto de nuevo presentando su disco Come out and play, recién editado hace tan solo unos días.
Si hablamos maravillas de su anterior visita, ahora se nos agotan los comentarios elogiosos. La maquinaria luce bien engrasdada, y la comunión banda-audiencia así lo demostró en Rocksound en un concierto mayúsculo. ¿Alguien puede estarse quieto ante un tema como C'mon? ¿O ante ese himno que es ya Everybody needs somebody to love? El propio Come out and play diría que ya se va a convertir también en un fijo para el directo. Y qué decir de Woman. Lynyrd Skynyrd tienen Free bird, Blackfoot tienen Highway song y Jetbone tienen Woman. Y que nadie se eche las manos a la cabeza, no estoy comparando bandas ni canciones; hay que salvar las distancias, obviamente.
Menuda noche, viendo a un grupo lanzado sobre el escenario, al público desatado, recuerdos a AC/DC o Status Quo e imágenes para el recuerdo, como la del bajista Gustav Sjödin llevado en volandas en las primeras filas, o el mismo Gustav, junto al dúo de guitarristas Alin Riabouchkin y Sebastian Bisse Engberg acabando de rodillas tocando sus instrumentos. De locura, y candidato desde ya a concierto del 2018.
Tras acabar su actuación se les veía exhaustos pero felices, y el propio Alin me sorprendió al alabar el festival de Azkena cuando vio mi camiseta azkenita. Lo que no se me ocurrió decirle fue lo caros que tenían los discos en el puesto de merchandising. ¿20 euros? ¡¡Que esto no es Suecia, chicos!!

Mr. Wolf



Más info en la web del grupo
Más info en el Facebook del grupo

lunes, 23 de abril de 2018

LIBROS: PASIÓN NO ES PALABRA CUALQUIERA




Pasión no es palabra cualquiera es el sugerente título de una canción de Graham Parker, y también el título de un libro milagroso. Joserra Rodrigo vuelca en sus casi trescientas páginas buena parte de los artículos que durante años fue publicando en su blog Rockandrodri Land y en el Exile Magazine, entre ellos intercala unos preciosos versos dedicados a algunos de los mejores músicos que nos han abandonado en los últimos tiempos. Y para darle color y hacernos soñar con nuestros héroes musicales, Cayetana Álvarez nos regala unas ilustraciones preciosas.

Tengo el honor de haber formado parte de un nutrido grupo de amantes de la música y lectores de los textos de Joserra, que hemos colaborado en forma de crowdfunding para ver publicado el libro. Después de unos meses desde su publicación, ya podemos decir que el libro es todo un éxito, con casi la totalidad de la primera edición vendida. Las magníficas presentaciones que se han ido haciendo por toda España han contribuido a ello, pero creo que el factor fundamental es el de haber creado una sensación de pertenencia a un grupo de amigos enamorados de la música. Y con la música como nexo de unión a través del blog, las redes sociales, los conciertos mágicos en Frías y como colofón el libro, nos sentimos de alguna forma vinculados. Nos reconocemos en las sensaciones comunes que nos ofrece la música, y el sentimiento de camaradería es tan fuerte que somos muchos los que hemos vivido la publicación del libro no sólo como un acontecimiento extraordinario y feliz, sino casi como algo personal.

Para que el libro esté resultando todo un éxito el factor principal es su calidad, sin eso todo lo expuesto anteriormente no tendría sentido. Pero creo que su magia y lo que hace que funcione tan bien en su lectura, es que no es un sesudo e impersonal tratado sobre los músicos que le gustan a su autor, su mayor virtud reside en la mezcla entre la música y la vida. Partiendo de una anécdota musical como un concierto o la publicación de un disco, Joserra nos lleva de paseo por Bilbao, nos describe a sus vecinos, nos presenta a sus amigos, a su familia, y lo llena todo de una pasión muy contagiosa que te hace penetrar y reconocerte en muchas de las historias que cuenta. Asistimos a nacimientos y pérdidas de seres queridos, a reencuentros, a paseos y ensoñaciones. Y todo ello acompañado además de la música que Joserra ha seleccionado y nos regala para la ocasión.

Aretha Franklin, Van Morrison, Joni Mitchell, The Beatles, The Waterboys, Vainica doble, Nacha Pop, Tom Waits, Lucinda Williams, por supuesto Dylan y muchos más aparecen en las páginas de Pasión no es palabra cualquiera. Entre mis capítulos favoritos estarían la llegada a Madrid de unos Fakeband en estado de gracia, la crítica rebosante de cariño hacia el disco Welcome to desert town de los Bantastic Fand, el que dedica a Randy Newman, la brillante simbiosis entre el Darkness on the edge of town y el Bilbao obrero de la época, el del nacimiento de su hijo a través de los acordes del Blue de los Jayhawks, o ese precioso capítulo en el que de niño se enamora del disco más caro de la tienda de discos y lo consigue el día de reyes, nada menos que el Decade de Neil Young. En fin, este libro es un disfrute total, y os hago una recomendación, si antes y durante la lectura de cada capítulo os sumergís en la música de la que se trata, la satisfacción será doble.

Como Joserra me dijo una vez, algunos vivimos la vida con banda sonora, yo añadiría que con este libro podemos escuchar música con los ojos.

Me alegra profundamente publicar esta reseña el día de una de las fiestas más bonitas que existen. El día de Sant Jordi, la fiesta de las rosas y los libros. Si alguien me pide consejo este año la recomendación literaria va para el libro de mi compañero Joserra Rodrigo. Esperamos ya la segunda edición.


Más info en la web del libro

Mr. Sheep