domingo, 26 de diciembre de 2010

DELICATESSEN BCN. NINA SIMONE



Nina Simone

Eunice Kathleen Waymon nació en el año 1933 en una familia de ocho hermanos que había vivido relativamente bien hasta que el crack del 29 arruinó a su padre, un mestizo de negro e indio; la nueva situación hace que su madre empiece a trabajar como criada para una familia blanca. La pequeña Eunice se destapó como niña prodigio cuando a la tierna edad de dos años era capaz de tocar en un órgano los himnos religiosos favoritos de su madre, la especial habilidad de la niña hizo que su madre pidiera a la señora de la casa en que estaba empleada que la ayudara a costear sus clases de música y piano ; durante cinco años recibió clases de piano clásico y aprendió a amar la música de Bach o Debussy. A los diecisiete años ingresó en la prestigiosa academia musical Julliard, en esta misma academia había estudiado el gran Miles Davis; pero al no contar con dinero suficiente para costear las clases y no recibir ninguna beca tuvo que dejar la academia y con ello abandonar su sueño de convertirse en una estrella de piano clásico. Para poder sobrevivir empezó a tocar en locales donde el repertorio exigido iba del Jazz al blues pasando por el soul, y fue en estos locales donde tuvo que empezar a cantar para poder cobrar un sueldo de verdad. En esta etapa se forjó un carácter fuerte y combativo, tuvo que ser fuerte para tirar adelante después de su frustración por tener que abandonar la música clásica; pero su primera etapa musical sería muy importante para construir un estilo pianístico absolutamente personal en el que se mezclaban sus influencias clásicas con la devoción que sentía por músicos de Jazz como Duke Ellington. Hoy en día el gran público parece que sólo la recuerde por su andrógina voz en temas como My baby just cares for me, pero su habilidad como pianista era excepcional; quizás se deba al machismo que unido al racismo de la época parece que sólo aceptaba a las mujeres en el Jazz como vocalistas; esta situación hacía aflorar el fuerte carácter de Nina Simone cuando se la comparaba constantemente con cantantes negras como Billie Holiday y ella replicaba asegurando que tenía más cosas en común con grandes divas como Maria Callas o Edith Piaf; de hecho definía su música como música clásica negra huyendo de términos como Jazz a los que consideraba un estereotipo para encuadrar a la música negra.

En 1954 Eunice Kathleen Waymon pasó a ser Nina Simone uniendo el mote de niña por el que la llamaban con el nombre de la actriz francesa Simone Signoret. Sus primeras grabaciones fueron para los sellos Bethlehem y Colpix donde destacan los álbumes Jazz as played in an exclusive side street club (incluía su gran hit My baby just cares for me o I loves you Porgy), Nina simone sings Ellington o el directo At Carnegie Hall. Su etapa más prolífica en cuanto a grabaciones sería en la que grabó para Philips (1964-1967) con discos como Nina Simone in concert donde además de incluir sus grandes temas antiguos se atrevió a interpretar a Kurt Weill con Pirate Jenny o a tratar abiertamente el tema del racismo en la gran Mississippi Goddam, también se incluía aquí el tema Plain gold ring que versionaría años después Nick Cave; en el disco Broadway-blues-ballads hizo una versión magistral del tema de The Animals Don’t let me be misunderstood; después publicaría el exitoso I put a spell on you donde haría una gran versión del Ne me quitte pass y se incluiría su gran canción Feeling Good, una canción que ha sido versionada hasta por el grupo Muse; en Pastel blues podemos encontrar su relectura del tema de Billie Holiday Strange fruit; acabaría su periplo en Philips con los álbumes Let it all out, Wild is the wind y High priestess of soul, en el que su camaleónica capacidad para reinventarse la convirtió en toda una estrella del soul al estilo Aretha Franklin. Posteriormente grabó nueve discos con la compañía RCA (1967-1974) en la que el eclecticismo fue total y su acercamiento al Pop, al folk y al rock quedó patente en las versiones que hizo de gente como George Harrison (My sweet lord, Isn’t a pitty), Sinatra (My way), Leonard Cohen (Suzanne), Bee Gees (To love somebody), Pete Seeger (Turn turn turn) o Bob Dylan (The ballad of Hollis Brown, The times they are a changin’ y Just like a woman); en esta etapa obtuvo su máxima popularidad y también sus mayores críticas al acercarse a la música popular “blanca” teniendo un discurso político tan combativo con conexiones con gente como Malcolm X o las Panteras negras. Después del asesinato de Martin Luther King y debido a sus problemas legales con las compañías discográficas y con su decisión de dejar de pagar impuestos mientras durara la guerra de Vietnam, decidió abandonar los Estados unidos y se refugió en las islas Barbados, en Londres, Liberia, Suiza, Holanda para acabar echando raíces en Francia. De sus últimos años destaca sobretodo el disco Nina is back.

En 1992 publicó su autobiografía I put a spell on you y vivió sus últimos años ocupada en causas benéficas y dando conciertos ocasionales donde aún era capaz de ofrecer toda su magia. Murió en 2003 y ha sido versionada por gente como Jeff Buckley (Lilac wine), Sixteen horsepower (Sinnerman), y reconocida como una gran influencia por gente tan dispar como Alicia Keys, Lauryn Hill o Antony and the Johnsons. Su discografía está plagada de grandes canciones como Sinnerman, Four women, My baby just cares for me o Ain’t got no (I got life), pero si sólo pudiera escoger un tema de su discografía me quedaría con una maravilla incluida en su disco de 1967 Silk’n’Soul, Consummation; aunque su disco favorito siempre fue Nina Simone & piano (1969), donde no hay artificios ni ayudas de nadie sólo su voz y su gran amor por el piano.


Antonio Sánchez





lunes, 20 de diciembre de 2010

DELICATESSEN BCN. ROBERT JOHNSON







De vez en cuando y para desengrasar de la buena y no tan buena música de hoy, día repasaremos la historia de algunos de nuestros referentes musicales, algunos puede que resulten obvios a los que sigáis las críticas de conciertos de este blog, pero espero que os sorprendamos un poco, de tanto en tanto.

ROBERT JOHNSON


La primera vez que recuerdo haber recibido alguna información sobre Robert Johnson yo debía tener unos 14 o 15 años y despertaba a mi amor por la música en una época en que todo me sorprendía e intrigaba; evidentemente hablo de unos años en los que no existía internet y la información musical era bastante escasa en nuestro país. Recuerdo perfectamente estar escuchando una grabación en casette del disco de Cream Wheels of fire y flipar como un enano cuando escuché el tema Crossroads, en esa época yo devoraba todo el material que podía encontrar de Eric Clapton y me sorprendí el día en el que curioseando en una tienda de discos descubrí que ese tema no era suyo si no de un tal Robert Johnson del que nunca había oído hablar; poco tiempo después y decidiendo en casa de un amigo qué discos me podía llevar prestados empecé a descubrir a Robert Johnson por todas partes, sus canciones aparecían en discos de gente como Lynyrd Skynyrd (Crossroads en su disco en directo One more from the road de 1976), Steve Miller band (Come on in my kitchen del disco The Joker), ZZ Top (I believe I’ll dust my broom en su disco Degüello de 1979), también en la banda sonora de la película The blues brothers (Sweet home Chicago) y lo que más me sorprendió es que también el bluesman Elmore James tenía una versión del tema I believe I’ll dust my broom, y puesto que en el disco de James ponía que había muerto en 1963 había que deducir que el tal Robert Johnson debía de ser un compositor o un músico muy viejo.

En esa época sólo podía escuchar música en casa en un radiocasette por lo que les pedía a mis amigos que me grabaran sus discos y a veces hasta grababa directamente de la radio lo poco decente que pinchaban en esos años, a pesar de no tener donde escuchar discos empecé a pasar las horas muertas en las tiendas de música curioseando las carpetas de los vinilos y conversando sobre música con los dependientes, que en esa época sabían bastante de música, no como ahora; no fue fácil pero encontré por fin un disco de Robert Johnson llamado King of the Delta blues singers vol. 1, era un viejo vinilo muy antiguo y al verme con él el dependiente me comentó que también tenían el vol. 2 y que esos temas eran todos los que grabó Robert Johnson, las grabaciones eran de 1936 y 1937, entonces averigüé algunos pocos datos más como su muerte a los 27 años de edad y parte de la leyenda que se le asocia; sin haber oído ni una sola nota estaba convencido de que su música me iba a marcar y cuando por fin escuché en la tienda ese sonido primitivo, ese uso preciso del Bootleneck y esa voz fantasmal con unos falsetes increíbles quedé como hipnotizado. Desde entonces siempre que escucho su música me comporto como dominado por una liturgia que me hace contemplar sus carpetas y releer las letras de sus canciones mientras la aguja del plato se desliza sobre la superficie del vinilo, cuando le escucho quedo como en trance.

Con el tiempo y ya en posesión de un buen equipo de música adquirí la caja de Columbia records The complete recordings, que incluía en tres vinilos las 41 grabaciones que realizó Robert Johnson de sus 29 temas conocidos (algunas canciones fueron grabadas 2 veces). Los temas los grabó Don Law, un cazatalentos de la American records corporation durante 5 sesiones de grabación; las 3 primeras se grabaron en una habitación del hotel Gunter de San Antonio (Texas) los días 23, 26 y 27 de Noviembre de 1936 y las 2 últimas 7 meses después en la trastienda de un almacén en Dallas, los días 19 y 20 de Junio de 1937. De las primeras sesiones aparecieron cinco temas publicados en discos de 78 rpm, y sólo uno de estos discos tuvo un cierto reconocimiento, Terraplane blues. Su legado es ciertamente escaso 29 canciones, 41 grabaciones y sólo 2 fotografías, pero su importancia en la historia de la música es superlativa.

Robert Johnson fue un músico y compositor excepcional que tuvo la virtud de escribir blues abordando no sólo temas como el desamor y la dura vida de los negros, también escribió sobre los miedos irracionales que atenazan al hombre, la intervención de lo sobrenatural en nuestras vidas y por supuesto abordó el tema del sexo de una manera bastante avanzada para la época que le tocó vivir. Nació el 8 de Mayo de 1911 en Hazlehurst, en el estado de Mississipi, fue el hijo ilegítimo de Julia Dodds y de Noah Johnson y entre lo poco que se conoce de su vida se sabe que se casó en Febrero de 1929 con una chica de 16 años llamada Virginia Travis, que murió al dar a luz junto a su bebé en Abril de 1930. Robert Johnson volvió a casarse con Esther Lockwood, quien ya era madre de un niño llamado Robert Lockwood, al que ejerciendo de padrastro enseñó a tocar blues, debió hacerlo bien, ya que posee también una interesante carrera musical. Robert Johnson tuvo fama de mujeriego y se dice que probablemente su muerte se debió a un envenenamiento por parte de un marido celoso; también se atribuye su muerte a otras causas podríamos decir que más “naturales” como la Neumonía o la Sífilis. Murió en Greenwood (Mississipi) el 16 de Agosto de 1938 y como no hubo autopsia el terreno quedó abonado para elucubrar sobre su muerte, y aquí es donde surge la leyenda.

Comenzó en la música como armonicista y según se cuenta como un poco talentoso guitarrista, en esa época acompañó a leyendas del blues como Charlie Patton, Willie Brown o Son House cuando actuaban en la zona de Robinsonville, que era donde vivía Robert en esa época. Después de la muerte de su esposa su carácter se volvió hosco y empezó a abusar de la bebida, entonces desapareció durante un año y cuando regresó sus amigos y conocidos vieron con sorpresa como se había convertido en un virtuoso guitarrista que además cantaba con una rotundidad y personalidad que le colocaban inmediatamente entre los mejores músicos de blues.

Según dice la leyenda Robert Johnson vendió su alma al diablo a medianoche en el cruce de caminos entre la autopista 61 y la 49 en Clarksdale, Mississipi, recibió a cambio el don de componer e interpretar blues mejor que nadie.

Al crecer su fama la zona del Delta se le quedó pequeña y viajó a Chicago, St. Louis, Michigan y Nueva York tocando con grandes bluesmen como Johnny Shines, Sonny Boy Williamson o Roosevelt Sykes e incluso con su hijastro Robert Lockwood Jr.; pero la muerte le llegó cerca de casa en Greenwood, y a pesar de las dudas que hay también sobre el lugar de su tumba parece que sus restos se encuentran en el cementerio de la Zion church en la ciudad de Morgan.

La influencia de su música en las generaciones posteriores ha sido y es importantísima, cada nueva generación de músicos de blues se mira en sus temas, los músicos británicos de los años sesenta llevaron sus canciones a la fama aunque no siempre le atribuyeron el pertinente reconocimiento en los créditos de los discos, e incluso en la actualidad bandas como Red hot cilli peppers (They’re red hot en su disco Blood sugar sex magik) o The White stripes (Stop breaking down) le dan a conocer a un público joven. Posiblemente el músico que más temas haya versionado de Robert Johnson sea Eric Clapton, lleva toda su vida tocando temas como Crossroads o Rambling on my mind (fabulosa su versión en el disco en directo Just one night) y recientemente ha publicado un disco entero de versiones del músico de Hazlehurst (Me and Mr. Johnson, 2004); otros que adoran esos viejos blues son The Rolling stones que han versionado varios temas y publicado en sus mejores discos temas como Love in vain (Let it bleed o Stripped), Stop breaking down blues(Exile on Main street) o Walkin’ blues(Rock and roll circus); entre los grandes nombres de la historia del Rock Led zeppelin grabaron una incendiaria versión de Travelling Riverside blues y se inspiraron incluso en las letras de Johnson para construir temas como Lemon song, Bob Dylan no sólo ha interpretado temas como Kindhearted woman blues, Milkcow’s calf blues, Rambling on my mind o I’m a steady rollin’ man, también tituló uno de sus mejores discos con el nombre del lugar en el que supuestamente Johnson pactó con el diablo (Highway 61 revisited); el gran guitarrista albino Johnny Winter ha interpretado Kindhearted woman blues, Me and the devil blues o When you got a good friend; entre mis versiones favoritas de sus temas figuran la de The gun club (Preachin’ blues en el gran Fire of love), Lucinda Williams (Stop breaking down blues en su disco de debut Ramblin’), las soberbias versiones que realizan Gov’t mule de temas como 32/20 blues o If I had possession over judgment day, las que grabó el gran Warren Zevon con R.E.M. como banda de acompañamiento en el disco que publicó bajo el nombre de Hindu love gods(Walking blues y Travelling Riverside blues, 1990), John Mellencamp (Stones in my passway en su disco de versiones Trouble no more)y los grandes Allman brothers band con Drunken hearted man.

Se recomienda la escucha de su música acompañada de un buen whisky y por supuesto en vinilo, dejando que los crujidos de las grabaciones originales se mezclen con los del polvo en la aguja del plato, es la mejor manera de sentirte transportado a los polvorientes y calurosos cruces de caminos del sur de los Estados Unidos.

Antonio Sánchez


domingo, 12 de diciembre de 2010

WOVENHAND. APOLO 2. 10/12/10

¡Qué extraño concierto! El viernes el bueno de Dave Eugene Edwards nos visitó encabezando Wovenhand en la sala Apolo 2 para presentarnos su nuevo disco The Threshingfloor, el séptimo ya en su dilatada carrera.
Wovenhand es un proyecto que nace donde muere 16 Horsepower, la anterior banda de este curioso personaje, predicador en sus ratos libres. Comparte con el mismo la base folk, country, pero se adentra sin remilgos en territorios mucho más oscuros hasta componer un sonido propio e inconfundible, cosa de que muy pocas bandas pueden presumir. Unir a banjos o acordeones del profundo oeste americano unas originales bases rítmicas donde destaca el potentísimo bajo de Pascal Humbert, y todo ello con una intensidad y dramatismo extremo, resulta de lo más experimental dentro de un panorama musical bastante adocenado.
La primera sorpresa fue que para la ocasión Dave Eugene se rodeó de 4 músicos en el escenario (6 cuando en el bis se agregaron los teloneros Seven Seas Duet), algo que se nos antojó innecesario para desarrollar su música. En el Azkena 2009 por ejemplo bastó con bajo y batería para dejar anonadado al personal. E incluso en soledad es capaz de dejar pequeñas obras de arte como el video que os remitimos abajo.
Aquí el soporte de unos saturadores teclados y un eventual coro no parecieron aportar nada e incluso resultó molesto al combinarlo con la potencia de sonido desmesurada para tan pequeño local.
Tampoco ayudó el repertorio. Junto a los dos temas del nuevo album (Sinking hands y la que da título al último disco) se apelotonaron un puñado de canciones la mayoría en la misma línea: interminables introducciones con Dave Eugene hablando en trance y desarrollo de marcado dramatismo construido sobre una muralla de sonido que echaba para atrás. Individualmente trallazos, pero en conjunto...
Se echó en falta alguna pausa en el discurso, alguna canción acústica...Imposible seguir la intensidad del concierto, siempre "arriba" y con los oidos a rebentar hasta quedarnos anestesiados, desgraciadamente.
Esperamos en vano además que sacara el acordeón que tan bien adorna algunas de sus mejores canciones. Podía haber aprovechado incluso más a los teloneros con sus instrumentos arabizantes, una línea que por lo demás parece que se adapta muy bien a su místico estilo. En fin, alguna variedad sobre lo expuesto.
Así las cosas, el concierto fué decayendo a partir de la reiteración de la propuesta. Una lástima, porque hay que decir que Dave Eugene se vació, todo un espectáculo con sus trances sobre la silla, con esa magnifica voz que recuerda a Peter Murphy. Resulta tan excitante su propuesta que sin duda lo seguiremos a la espera de mejores días. Materia prima hay en abundancia, y con solo unos retoques de repertorio y sonido esta crítica sería otra.
Para acabar, decir que nos quedamos con las ganas de una de las piezas que nos enamora "The beautiful Axe".
¡¡¡Hasta pronto David Eugene!!!

Mr.Bull



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viernes, 3 de diciembre de 2010

ISOBEL CAMPBELL & MARK LANEGAN. APOLO. 30/11/10



Extraña pareja la formada por la dulce Isobel y el duro Mark. Mientras que ella proviene de los escasamente rockeros (y para mí escasamente interesantes) Belle & Sebastian, él tiene a sus espaldas un bagaje de gran brillantez. Su etapa con los imprescindibles Screaming Trees, sus trabajos en solitario o sus colaboraciones con Josh Homme o Greg Dulli le han convertido ya en una figura capital de la música de nuestros días. Lo curioso es que en esta aventura parece ser ella el motor principal de la banda, produciendo los discos y componiendo la mayoría de los temas. Y desde luego no podemos quejarnos, teniendo en cuenta que sus tres trabajos editados son altamente recomendables y difíciles de etiquetar en cuanto a estilo musical.
Harper Simon, con el único acompañamiento de su guitarra, fue el encargado de cumplir con la siempre difícil tarea del telonero. Evidentemente no estamos hablando del nuevo Dylan, pero sí nos entretuvo durante media hora con canciones agradables y algún comentario sobre el Barça-Madrid del día anterior. Minutos más tarde la pareja y su banda de cuatro competentes músicos tomaron el escenario y empezaron de un modo casi minimalista con We die and see beauty reign, para acelerar luego con You won't let me down again, en lo que fue la tónica de la noche: la combinación entre temas sosegados y otros más fogosos. Sus tres discos tuvieron parecida relevancia, con la bella Time of the season o la rockera Get behind me de su reciente Hawk. Who built the road, Salvation o la atmosférica Back burner de Sunday at Devil dirt. Y del primero, Ballad of the broken seas, tocaron entre otras (Do you wanna) come walk with me?, Revolver, Ramblin' man o esas dos joyas que son Honey child what can I do? y The circus is leaving town. Arrebatos guitarreros, momentos de Campbell al cello y el contraste entre su voz y la arenosa de Lanegan destacaron también en la casi hora y media de concierto.
Si en su visita de hace dos años vimos al serio Lanegan sufrir un ataque de risa (?), en esta ocasión constatamos que parece ser feliz con esta banda. Algún guiño y alguna que otra sonrisa a sus acompañantes sobre el escenario lo demostraron; además de dedicarse más tarde a alegrarnos a sus seguidores obsequiándonos con firmas y fotos, mostrándose abierto y cercano.
El proyecto Campbell-Lanegan parecía ocasional, pero parece ser que va para largo. Ningún problema, ¿no?.

Mr. Wolf

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miércoles, 24 de noviembre de 2010

DRIVE BY TRUCKERS.RAZZMATAZZ 2. 23/11/10



Tenía muchas ganas de ver a los de Athens en un concierto en una sala pequeña para poder apreciar de verdad su música intensa, épica incluso, que combinan con maestría con esos otros temas más bluesys y con algunas joyas con melodías más poperas, aunque la verdad es que de éstas últimas pocas pudimos disfrutar. El concierto vino precedido por una interesante y enérgica actuación del grupo telonero, The Whybirds, que cuajaron un buen concierto y se ganaron al público con sus temas con sabor auténticamente americano, a pesar de ser ingleses.

Drive by truckers nos ofrecieron un intenso concierto de dos horas que aunque con algunos altibajos podríamos calificar de muy bueno; el aspecto negativo del concierto fue el sonido que en general fue bastante malo, pero Patterson Hood y sus compañeros supieron sobreponerse a este problema a base de intensidad y entrega en un concierto que empezó a medio gas para ir remontando poco a poco hasta cuajar una excelente actuación que se vino un poco abajo en los bises, no creo que escogieran bien en esta parte final, aunque se lo podemos perdonar ya que hubieron grandes momentos. En el set list predominaron los temas de su último disco The big to do, del que tocaron seis temas: The fourth night of my drinking, This fucking job,Get downtown, (It’s gonna be) I told you so, Birthday boy y el excelente Drag the lake Charlie; también tocaron algunos de sus grandes clásicos como Where the devil don’t stay, Tornadoes, A ghost to the most, My sweet Annette, Love like this, esa preciosa canción llamada Feb 14, Marry me, Lookout mountain, 3 dimes down, Hell no, I ain’t happy y el mejor momento del concierto con Gravity’s gone y la emocionante Let there be rock, una canción que debería ser de escucha obligada para cualquier aspirante a músico de Rock; después de llevarnos al cielo nos dejaron con ganas de más, pero nos defraudaron a medias con los bises, interpretando temas como Uncle Frank, The thanksgiving filter, Zip city y una versión fuera de lugar del tema People who died de Jim Carroll.

El concierto fue muy bueno, pero si hubieran escogido mejor los bises y hubieran interpretado alguno de los grandes temas que compuso Jason Isbell antes de dejarles hubiera sido perfecto. Patterson Hood fue todo actitud, entrega y simpatía y no paró de beber vino y bourbon en todo el concierto, Mike Cooley fue ese genio un poco hosco que manteniendo un poco las distancias da la sensación de ser el jefe en la sombra, John Neff estuvo magnífico con la guitarra y el pedal steel, Brad Morgan mantuvo el ritmo y se mostró muy sólido a los parches y Shona Tucker envolvió bien los temas con su bajo aunque estuvo un tanto timorata a las voces.

Una buena noche de Rock n’ roll, esperamos verles pronto.

Mr. Sheep

lunes, 15 de noviembre de 2010

NOS VAMOS A AZKENA 2011

Haz clic en la imagen para entrar en su web

Un año más, la redacción al completo de Bcn en Concierto acudiremos a esa cita ineludible, paraiso y parque temático del rock, que se llama Azkena Rock Festival. Y están a la venta las entradas (con la posibilidad de hacerte un "pasaporte" rockero) de esta edición tan especial, la del 10º aniversario que promete emociones bien fuertes.

La redacción al completo: Mr.Wolf, Mr.Bull y Mr.Sheep

Para calentar el ambiente mientras llega junio, nos dejan pedir a la carta (otra cosa es que luego consigan traer a todos los que pedimos).






























¿Os imaginais?

!!Nos vemos en junio en Vitoria¡¡

viernes, 29 de octubre de 2010

JOHN HIATT AND THE COMBO. BIKINI. 28/10/10




John Hiatt es uno de los mejores compositores actuales de música de raíces americana que, a raíz de la edición de su imprescindible Bring the family (1987) ha ido forjando una discografía realmente impecable, en la que no ha flojeado ni uno solo de sus trabajos, incluyendo su reciente The open road. Pero si con su música nos ha hecho felices todos estos años, no podemos decir lo mismo de sus giras, teniendo en cuenta que su anterior concierto en esta ciudad data de veintitrés años atrás. Tiempo en el que sólo nos ha visitado una vez, como miembro de aquel supergrupo de vida efímera llamado Little Village, junto a sus viejos compinches Ry Cooder, Nick Lowe y Jim Keltner (menuda banda). Pero eso fue en el verano olímpico, así que ya nos tocaba una alegría como la que ha significado esta visita, después de tan larga espera.
No tenía referencias sobre esta gira, y al entrar en Bikini me sorprendió la ausencia de piano sobre el escenario. Lo primero que me vino a la cabeza fue: "¿No tocará Have a little faith in me? No, no puede ser, que algunos llevamos más de dos décadas deseando ver a este hombre tocando esa canción en directo, por favor." La respuesta a mi pregunta-ruego, más adelante.
Con una puntualidad inaudita, a las 21.00 horas apareció sobre las tablas el señor Hiatt con su más que competente banda. Imagen nada rockera ni glamurosa, pero..... ¿qué más da?, ¡¡vamos a ver a John Hiatt por fin!! De inicio dos clásicos: Drive south y Perfectly good guitar, para seguir con dos nuevos temas, como son el hermoso Carry you back home y el que titula su último trabajo, The open road. De ahí al cielo, con Crossing Muddy Waters, Master of disaster, el potente Paper thin; otras dos novedades, Like a freight train (un nuevo clásico) y My baby; y una parte final de impacto, con Cry love, Your dad did, Feels like rain, Slow turning, Thing called love, Real fine love, Tennessee plates y Memphis in the meantime, ahí es nada. El público extasiado, con un setlist de campeonato, una banda que suena perfecta y Hiatt, divertido en sus gestos y comentarios. Pero aún falta algo, y en el bis aparece él solo con su guitarra acústica atacando Through your hands, para unírsele luego el resto de músicos y tocar......Have a little faith in me (¡¡gracias, John!!), momento en el que, como era de esperar aunque no hubiera piano, se nos puso la piel de gallina con esta bellísima canción. Y ya como fin de fiesta, un Riding with the king que sonó como un trueno, finalizando dos horas mágicas de una noche que no olvidaremos los afortunados que llenábamos la sala.
Como se escuchaba en los comentarios a la salida, exhibición y uno de los conciertos del año.

Mr. Wolf

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domingo, 24 de octubre de 2010

GUNS N' ROSES.PAVELLÓ OLÍMPIC DE BADALONA.23/10/10




Esta es una crónica dura de escribir, ya que la música de Guns n’ roses lleva acompañándome media vida y durante unos pocos años fueron la banda número uno del mundo. En la actualidad la situación es muy diferente y Axl Rose se acompaña de unos solventes mercenarios para sacar adelante más mal que bien unos aburridos, pretenciosos e incomprensibles shows en los que hemos de aguantar el extraño comportamiento de un Axl cada vez más cercano a las folclóricas patrias, abandonando el escenario continuamente para cambiarse de ropa y de sombreritos e interrumpiendo el concierto con continuos solos instrumentales que no consiguen convencer a nadie y que rompen el ritmo de un espectáculo que cae en el peor de los pecados en los que puede incurrir un concierto de Rock, el aburrimiento. Pero vayamos por partes, en primer lugar hay que felicitar a un Sebastian Bach que cumplió sobradamente en su papel de telonero con una enérgica actuación en la que presentaba su excelente disco Angel down, un tipo fiel a sí mismo y a sus fans a los que no decepciona y regala en cada actuación un auténtico derroche de electricidad y compromiso.

Sobre las diez y cuarto de la noche y afortunadamente sin hacernos sufrir demasiado con sus habituales y largos retrasos aparece un Axl Rose en un muy buen estado de forma con una americana plateada y un gran sombrero negro atacando el tema que da título al incomprensible último disco de Guns n’ roses, Chinese democracy; la banda aparece sólida y muy enérgica y la base rítmica formada por Frank Ferrer a la batería y el gran Tommy Stinson al bajo atrona y lleva en volandas a los tres guitarristas, DJ Ashba, Richard Fortus y Ron Thal, más conocido como Bumblefoot; a los teclados y coros Chris Pitman y el viejo amigo de Axl, Dizzy Reed. El público deseaba disfrutar de la música de Guns n’ roses y en el inicio del concierto todo el mundo fue feliz cuando enlazaron tres de los trallazos de su disco de debut, Welcome to the jungle,It´s so easy y Mr. Brownstone; pero hay algo raro en el ambiente y no es normal el ver abandonar el escenario continuamente al señor Rose y verle cambiar de ropa y sombreros tan a menudo, ya que más que un concierto parece una pasarela de moda porque alguno de los músicos también se cambiaron de ropa varias veces, como DJ Ashba. En este momento el concierto se vino abajo y ya sólo remontaría el vuelo ocasionalmente; Sorry y Shackler’s revenge dejaron helado al personal porque la primera es simplemente una canción vulgar y aburrida, pero es que la segunda es posiblemente la PEOR canción que ha grabado Axl Rose en su vida; después comenzaron los lamentables tics que conllevan a veces los shows de grandes estadios, grandes y aburridos solos instrumentales que no hacen sino que nos fijemos en que los solventes músicos que acompañan a Axl Rose son aunque voluntariosos, muy malos actores, es imposible que se retuerzan de placer de una forma tan exagerada interpretando lo que interpretan; Richard Fortus realizó un larguísimo solo con la melodía principal de las películas de James Bond que sirvió como introducción para la versión del Live and let die de Paul Maccartney, después más temas mediocres de Chinese democracy, This I love y Better; con Rocket queen volvió el Rock de verdad y los espectadores se despertaron un poco, pero volvieron a adormilarse con el pesado solo de piano de Dizzy Reed; Street of dreams nos demostró que también hay algunos buenos momentos en el último disco y que Axl Rose es capaz de cantar muy bien si se lo propone, You could be mine sonó a gloria y después del solo de rigor de DJ Ashba Sweet child o’ mine sonó un tanto rutinaria, sin chispa. La banda acometió una curiosa versión del tema de Pink Floyd Another brick in the wall part 2 y entonces el concierto se hundió ya sin remisión con un solo de piano de Axl en el que tocó parte del Goodbye yellow brick road de Elton John y lo enlazó con la baladita November rain en una interpretación larga y pesada; faltaba el solo de Bumblefoot y se empeñó en demostrarnos que no siempre es divertido escuchar la música de la Pantera rosa; I.R.S. es otro vulgar tema de relleno que sirve para hacer tiempo hasta llegar a la versión del tema de Dylan Knockin’ on heaven’s door, que sonó también demasiado larga y aburrida; Nightrain nos recordó brevemente que estábamos presenciando supuestamente un concierto de Rock; pero ya en los bises nos volvimos a quedar helados ante la vulgaridad de Don’t cry y de Madagascar; la enérgica versión del Whole lotta Rosie de AC/DC volvió a demostrar que los temas de los australianos son capaces de resucitar al más muerto de los conciertos y a la postre se convirtió en el tema más coreado por el público, el concierto acabó con todo un himno de los Guns, un Paradise city que tristemente me hizo pensar en que el tiempo de los verdes pastos y las chicas guapas posiblemente nunca volverá para Axl.

Es muy triste ver que lo que antes era Rock sucio, urgente, rabioso y auténtico se ha convertido en algo previsible y aburrido; aún así espero de todo corazón que algún día Axl recapacite y recuerde los viejos tiempos en que sólo necesitaba una camiseta rota de Thin Lizzy, su potente garganta y su actitud desafiante para ganarse al personal; y sobre todo que recupere a los Guns n’ roses de verdad, porque Slash por ejemplo sigue conservando su clase y hace pocos meses nos ofreció en el Azkena de Vitoria un concierto mucho más rockero y auténtico que el de los actuales Guns n’ roses.

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Mr. Sheep and Mr. Wolf

domingo, 17 de octubre de 2010

EILEN JEWELL. ROCKSOUND. 13/10/10

Concierto previsto a las 21.30. ¿A qué hora se levanta la persiana de Rocksound? Pasadas las 21.45. ¡Toma ya! ¿A qué hora empieza el concierto? A las 22.30. ¡Sí, señor! Una vez más, enhorabuena a los responsables. Gracias por el detalle de dejarnos todo ese tiempo en la calle.
En fin, vamos a lo que interesa. Tenía muchas ganas de ver a esta mujer y su banda en directo. Se hablaron maravillas de los conciertos del año pasado en los que presentaron el exitoso Sea of tears; y ahora, tras publicar Butcher holler, su disco tributo a Loretta Lynn, volvían a nuestro país en una gira que no había que perderse. Buena entrada para ver a la encantadora Eilen con su poderosa banda: su marido Jason Beek a la batería, el veterano Jerry Miller a la guitarra y John Sciascia al contrabajo.
Hora y media (aunque se hablaba de tres horas en los conciertos del año anterior) con su particular mezcla de Rockabilly, Country y Rhythm & Blues. La bella Rain roll in (con claro sabor a Lucinda Williams) ya sonó entre las primeras canciones; y así fueron cayendo sus temas, como Sea of tears, Sweet rose o Rich man's world, donde la armónica de Eilen sonó fantástica. Los de Loretta Lynn, caso de I am a honky tonk girl, o la que nos confesó que era su favorita, Fist city. Más versiones, como el Shakin' all over de Johnny Kidd, que ya grabaran en estudio, o el Walkin' down the line de Dylan. Simpatía, sonrisas cómplices entre la banda, lucimiento instrumental, sobre todo en el caso de Miller con su Gretsch, interacción con el público, con Eilen pidiendo en un más que correcto castellano qué canciones queríamos escuchar, y promesas de retorno para el próximo año. Perfecto.
Sólo faltó que en el puesto de merchandising los precios de los discos hubieran estado más baratos. Junto a la falta de puntualidad, únicos peros a un gran concierto.

Mr. Wolf

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lunes, 4 de octubre de 2010

NINE POUND HAMMER. ROCKSOUND. 03/10/10

Último concierto de la gira para el combo de Kentucky, y según parece, último concierto de su carrera, por lo menos en Europa, ya que los reyes del Cowpunk se despiden después de 25 años como banda. Una lástima.
Se presentaron sin su cantante Scott Luallen, pero con Blaine Cartwright (que lleva años como miembro de este grupo y también de Nashville Pussy) a la voz y guitarra; el enorme (en varios sentidos) Earl Crim a la otra guitarra; Mark Hendricks al bajo y Rob Hulsman a la batería. Afortunadamente hubo una buena entrada, con gente en algunos casos muy fanática, y sobre todo muchas ganas de disfrutar de la que sería una espléndida noche de Rock'N'Roll.
Con su currada camiseta de Judas Priest, que ya le hemos visto en otras ocasiones, Blaine cantó, gritó, sudó y bromeó, como en sus comentarios acerca de la próxima visita del Papa; y la banda al completo se vació en su última noche. El atronador Everybody's drunk; el momento cómico de Run fat boy run, en el que Blaine estuvo leyendo la letra al no sabérsela; su potente versión de un clásico stoniano como es Dead flowers; Drinkin' my baby goodbye, que abre su reciente y delicioso Country classics....Todos ellos fueron algunos de los mejores instantes de una noche que no dejó a nadie indiferente. Y es que en su último concierto europeo Nine Pound Hammer triunfaron, sin duda. Y verdaderamente impactante fue la imagen final de Blaine agachado y cogiendo aire, cuando sus compañeros ya estaban fuera del escenario. A eso se le llama vaciarse sobre las tablas.
Esperemos que se lo piensen y sigan adelante como banda. Que se retire el petardo de Michael Bolton, pero ellos no, por favor.

Mr. Wolf

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lunes, 27 de septiembre de 2010

SONNY VINCENT. ROCKSOUND. 26/09/10

Hablar de Sonny Vincent es hablar de un auténtico superviviente, de un personaje icónico del Punk norteamericano más underground, de una figura de culto que, con su banda Testors, se quedó uno o dos pasos por detrás de los nombres más reconocidos de la época; para seguir luego en solitario moviéndose siempre en el lado contrario del éxito. Prueba de ello fue la escasa audiencia congregada en Rocksound para este concierto, incluso en algunos casos con una actitud de indiferencia total ante lo que ocurría sobre el escenario, dedicándose a charlar en la barra sin mostrar ningún interés por los músicos. Incomprensible.
Hace poco más de un año Sonny Vincent ya actuó en la misma sala, en una noche en la que hubo que elegir entre su concierto y el de Social Distortion, opción que muchos tomamos y, que visto lo visto con Mike Ness en aquella ocasión, fue un grave error, como ya comentamos aquí. Esta vez no estábamos dispuestos a perdernos su directo, y tras una espera amenizada por los altavoces con el gran Johnny Thunders, Sonny y su banda se lanzaron sobre las tablas a ritmo de Bad attitude. Le seguiría una potente hora con temas de toda su carrera, tocando entre otros Let's get zooed out, 1 2 3 Boum, Good stuff, Primitive, Urban shock, Phantom (en la que nos divirtió hablándonos del fantasma que le sigue desde niño) o Don't tell me. Luego bebió cerveza, charló y firmó autógrafos a quien se lo pidió. Gran tipo.
A sus casi 60 años, ya nunca conseguirá éxito ni reconocimiento, pero es de agradecer que siga girando y grabando discos. Hasta la próxima, Sonny.

Mr. Wolf

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domingo, 19 de septiembre de 2010

SUPER 400. ROCKSOUND. 18/09/10

Tras el descanso estival, nuevamente el Rock'N'Roll vuelve a nuestras vidas (aunque de hecho siempre se mantiene en ellas), y lo hace con el concierto de los norteamericanos Super 400, trío rockero con toques Soul con una carrera que llega ya a los quince años.
Después de una interminable espera, hecho lamentablemente habitual en Rocksound, tomaron el escenario el guitarrista Kenny Hohman, la bajista Lori Friday y el batería Joe Daley, que a lo largo de una hora y media desgranaron su trabajo repartido en cinco discos. El contraste entre las voces de Kenny (cantante en la mayoría de temas) y Lori es una de las bazas del directo de esta banda, que gana en matices respecto al estudio. Sonaron bastantes canciones de su último trabajo, Sweet fist, caso de Ffmn, Wave o el single Flashlight, que tiene la suficiente comercialidad para hacerles llegar un poco lejos en las listas, aunque dudo que este grupo llegue a sonar algún día en Los 40 Criminales. Hubo también canciones más antiguas, como Push back now o la bonita Green grass end; y versiones de clásicos: The Yardbirds (I ain't got you) y Carole King (I feel the earth move, que ya versionan en su último disco). Como curiosidad destacaremos que el set-list lo tenían escrito............¡en el brazo! Extraño.
Concierto que fue de menos a más, con una actitud un poco sosa por parte de unos músicos que, por otro lado, saben lo que se hacen, con lo que no les quitaremos ahora méritos. Agradable noche de sábado.

Mr. Wolf

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martes, 6 de julio de 2010

ALICE IN CHAINS. RAZZMATAZZ. 06/07/10






Tras un largo paréntesis en su carrera, los de Seattle presentan su disco Black gives way to blue en una sala Razzmatazz que registra una buena entrada, aunque sin llenar. Un precio más que competitivo, visto lo visto hoy día, no ha sido suficiente para reventar. Mejor para nosotros, que no sufriremos los habituales atropellos y empujones de la sala. El público, más bien talludito, antiguos grunges ahora papás con camiseta negra y algún valiente con camisa de franela y greñas hasta las nalgas.
Nos acercamos movidos por el recuerdo de un grupo que nos marcó en su momento y cuyo nuevo disco nos parece más que digno. No obstante, la incognita de saber en qué estado se encuentran y cómo se desenvolveran en directo con el nuevo cantante William DuVall nos inquieta.
Las dudas quedan despejadas después de una larga espera (¿no había teloneros?). Sobre un sobrio escenario apenas destacado por una tenue iluminación el grupo ataca las primeras notas de All secrets know, el primer corte del último disco, de manera compacta y contundente. El sonido no es todo lo nítido que requieren sus coros marca de la casa, pero se irá aclarando sobre la marcha. Y sí: el nuevo cantante da la talla. Tiene voz, es atractivo, con movimientos muy rockanroleros y sabe dirigir al público. Un complemento perfecto para Jerry Cantrell que, la verdad sea dicha, no es precisamente la alegría de la huerta y que cada vez tiene más pinta de Johnny Winter. Aunque, ¡qué demonios! con esas canciones quien necesita ser simpático para ganarse al público.
Se van sucediendo los temas nuevos (Check my brain, Your decision, la excelente Lesson learned...) mezclados con bombazos de su escueta aunque perfecta discografía. Them bones, No excuses, Down in a hole, Man i a box...canciones con las que crecimos y supimos qué era el Grunge y donde estaba Seattle, suenan a gloria. Más duros de lo esperado, eso sí. Cargando las guitarras en piezas que en disco suenan más suaves.
Cierran con Rooster, otra pieza que el público coreó de pe a pa, ya con un sonido cristalino. Unos bises para redondear las 2 horas de generoso concierto y un final donde los 4 componentes son largamente ovacionados mientras reparten puas, muñequeras, etc hacen que salgamos más que satisfechos. En la calle, todavía podemos ver al bueno de William DuVall, saliendo a saludar a los fans. Pedazo de profesional.
Pedazo de grupo.

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Mr.Bull

viernes, 2 de julio de 2010

AZKENA ROCK FESTIVAL. VITORIA. 24, 25, 26/06/10



El Jueves día 24 de Junio con la mente todavía abotargada por los excesos de la verbena de San Juan, la redacción en pleno de Bcnenconcierto se lanzaba a la aventura del Azkena rock festival en Vitoria, es una cita a la que llevamos acudiendo desde hace años, no sólo porque nos gusten las bandas que tocan, que por supuesto también, si no por ser un festival con un cartel coherente y honesto, por celebrarse en una ciudad tan bonita y acogedora como Vitoria y por tener un precio más que competitivo, sobre todo si lo comparamos con los festivales tan “chic” y tan caros que tenemos en Barcelona.
Entramos al recinto sobre las seis de la tarde con el Sol cayendo a plomo y con muchas ganas de buena música; nos reciben Baskery, tres hermanas suecas muy monas que facturan una interesante mezcla de Country, Rockabilly y Punk, sonido fresco para comenzar bien la tarde y que nos ayuda a situarnos en el recinto y curiosear por el mercadillo. The Legendary shack shakers nos vomitan una rabiosa tanda de temas Punk con toques rockeros y sureños que nos sirven para comenzar a acelerarnos, aunque su propuesta a la larga se hace un tanto repetitiva ; la siguiente actuación eleva el listón con unos frenéticos y soberbios Jim Jones Revue, una mezcla entre Jon Spencer, Nick Cave y Little Richard que nos descargan un repertorio muy interesante y que derrochan actitud, tablas y chulería, sin lugar a dudas una de las grandes sorpresas del festival; las cosas se calman con el Rockabilly, el Swing, el Country y el Blues que nos ofrecen Kitty, Daisy & Lewis, tres hermanos ingleses casi adolescentes que parecen sacados de una película musical de los años 40 y que tocan acompañados de sus padres, con un look muy retro y variando de instrumentos y de cantantes constantemente, a ratos resultaron interesantes, pero a ratos también un tanto aburridos. Cambio de registro radical para ver a una interesante banda que está dando mucho que hablar y que nos ofrecieron un gran concierto de genuino Rock americano con toques entre Springsteen, Elvis Costello o The Replacements, ellos son The Hold Steady y poseen muy buenas canciones, aunque sus pintas dejan bastante que desear, vamos que mucho glamour y presencia escénica no tienen. Recibimos a Gov’t Mule con muchas ganas, su gran virtuosismo y su mezcla en clave Jam band de Blues, Jazz, Hard Rock y psicodelia te deja con la boca abierta cuando tienen una gran noche, y la noche del Jueves en Vitoria tuvieron una de las mejores noches que les hemos visto; teníamos todavía muy presente el gran concierto que ofrecieron en Barcelona hace unos meses, pero también recordábamos el flojo concierto que habían ofrecido en este mismo festival hace unos años aunque lastrado por un mal sonido; sonaron perfectos, nítidos, poderosos , derrocharon carisma y temas como Soulshine, Thorazine shuffle o Broke down on The Brazos estuvieron entre lo mejor escuchado en el recinto de Mendizabala. Con bastante cansancio recibimos a los australianos Airbourne, quienes parece que han progresado mucho a nivel de popularidad y medios, pero que para el que escribe no deja de ser un grupo de versiones de AC/DC con poco talento y sobrados de ganas, y que colocados en otra franja horaria hubieran resultado más soportables. Bastante cansados y con ganas de pasear por Vitoria a la mañana siguiente nos retiramos a nuestro hostal mientras el público más joven empezaba a disfrutar con la descarga Punk de The Black lips.


A la mañana siguiente nos presentamos en Vitoria con muchas ganas de disfrutar de una mañana radiante, de un paseo por el centro y de un aperitivo tanto musical como gastronómico, y es que uno de los encantos de este festival es que a mediodía en plena plaza de la Virgen Blanca uno puede disfrutar de un concierto cercano y cálido y de unos pinchos y montaditos regados con una cerveza fresca o un buen vino; Imelda May tomó el escenario y con su encanto, su belleza y sobre todo con esa voz tan personal nos ofreció esos temas de sabor añejo a Soul, Jazz y Rhythm and blues que conforman su disco Love tattoo, Johnny got a boom boom, Big bad handsome man, Feel me o Watcha gonna do, un concierto que nos dejó a todos una gran sonrisa en la cara. A media tarde volvemos a entrar al recinto de Mendizabala para presenciar el concierto de un viejo amigo, Dan Baird, y es que a pesar de haberle visto varias veces en directo siempre es un placer ver a un músico que disfruta tanto con lo que hace, nada más saltar al escenario se descalza y dibuja en su cara una sonrisa que le acompañará durante todo su concierto, Rock n’ roll honesto, directo, divertido y sudoroso y temas como Younger face, Sheila, Keep your hands to yourself o I love you period, que se han convertido en pequeños grandes clásicos del Rock; cambiamos de escenario para ver al que a la postre se convertiría en el gran triunfador de esta edición: El Vez, the mexican Elvis. Mezclar las canciones de Elvis, las de Kiss e incluso un divertido Eres tú de Mocedades a ritmo trepidante de Punk Rock, con un lenguaje imposible entre el inglés, el castellano y un spanglish absolutamente marciano tiene mucho mérito. Hace unos 15 años lo vi tocar en la sala Savannah del Clot y ya me pareció divertido, pero sin lugar a dudas su espectáculo ha ganado con los años y sus temas Caliente amor, En el barrio o Huarachas azules sonaron a gloria, y además nos fue preparando para el plato fuerte del día, el concierto de Kiss, con un divertido y frenético medley con los mejores temas de los de Gene Simmons y Paul Stanley. Imelda May prácticamente repitió su repertorio matinal en su concierto vespertino, aunque con un escenario mayor que desdibujó un poco su propuesta, más apta para escenarios pequeños y clubes, aún así ofreció otro derroche de buena música y presencia escénica. Nos saltamos las actuaciones de Teddy Thompson, The Saints y casi toda la de The Damned para recobrar fuerzas cenando y bebiendo mientras veíamos el partido España-Chile rodeados de heavies, camisetas negras, greñas y demás parafernalia rockera y de los abuelos que más deben de saber de fútbol del mundo. La vuelta al recinto del festival nos ofreció una extraña sensación de nervios, ansiedad y diversión, se mascaba en el ambiente que algo grande iba a pasar y ver a centenares de personas de todas las edades maquilladas como su personaje de Kiss favorito nos ofrecía una imagen extraña del público; pero antes de Kiss apareció en escena el último de los grandes guitar heros , un tímido Slash acompañado por la banda Savage animal y con un sorprendente Myles Kennedy como vocalista; a pesar de haber publicado un último disco bastante recomendable el público no sabía exactamente si iba a presenciar un auténtico concierto de Rock o un repaso en plan karaoke masivo al repertorio de Guns n’ roses, y bueno nos ofrecieron algo intermedio, pero a pesar de que los puntos álgidos del concierto coincidieron con los clásicos de Guns n’ roses tampoco sonaron nada mal los nuevos temas entre ellos un magnífico By the sword, el vocalista desplegó un gran abanico de matices en su voz y fue capaz de emular a Axl Rose sin caer en la copia barata, ojalá el bueno de Slash vuelva a poner en marcha un proyecto sólido de banda porque el Rock n’ roll le necesita; y bueno se nos pusieron los pelos de punta al escuchar Nightrain, Rocket queen, Sweet child o’ mine o Paradise city.


El concierto de Kiss fue algo absolutamente balsámico, creo poder decir sin temor a equivocarme que TODOS los asistentes, fuesen o no fans de la banda, acabaron con la boca abierta, y no sólo por el abrumador montaje escénico lleno de fuegos artificiales, pirotecnia, pantallas de video espectaculares, pasarelas móviles, números circenses con Paul Stanley volando sobre el público o con Gene Simmons elevándose a lo más alto del escenario; además de todo eso la música sonó poderosamente bien; puede que las canciones de Kiss no sean las más elaboradas de la historia de la música, evidentemente sus canciones son rockeras, con estribillos pegadizos y algunos toques Pop, repito, puede que no sean las mejores canciones de la historia, pero, qué endemoniadamente bien sonaron arropadas por todo el universo de fantasía de la banda, una imaginería visual y sonora que nos hizo regresar a la adolescencia y olvidarnos de todos los problemas que ha conllevado la llamada madurez, volvimos a ser niños y nos encontramos abrazados y emocionados con personas que puede que no hubieran escuchado esas canciones en más de veinte años, pero que en ese momento no hubieran deseado escuchar ninguna otra cosa. Vimos a hombres adultos llorar como niños y a miles de personas coreando hasta la extenuación los estribillos de esas canciones que puede que no vuelvan a escuchar en años, esa noche valió la pena el largo viaje a Vitoria y todo el sacrificio que para los rockeros veteranos supone escapar de familias y trabajos, esa noche fuimos felices y siempre les estaremos agradecidos a Kiss por ello. Todos los temas fueron coreados hasta la extenuación por el público como Firehouse, Lick it up, I was made for lovin’ you, Rock n’ roll all night , etc.
Después de semejante tour de force el pobre Nicke “Royale” Andersson tomó el escenario pequeño con su nuevo proyecto, Imperial state electric, mientras los fuegos artificiales de Kiss iluminaban el cielo, y su propuesta es perfecta para un festival como el Azkena, su Rock n’ roll potente y directo es heredero de los mejores Hellacopters, aunque quizás un poco más clásico y no tan acelerado; una parte del público se entregó, pero la mayoría estábamos todavía en estado de shock y no disfrutamos del concierto en su justa medida. Retirada al hostal para encarar el último día de festival en el que el Rock americano más clásico sería el protagonista.
Por la mañana y tras los pinchos de rigor asistimos nuevamente a la entrega de Robert López, El Vez, en un concierto más largo y con más registros que el del día anterior; y es que en el pequeño escenario de la plaza de la Virgen Blanca volvió la diversión, la fiesta y la buena música con este impersonator de Elvis que volvió a dejar a la gente más que satisfecha.
Entramos al recinto del festival por la tarde mientras acababan su concierto los cacereños Maggot brain, y por lo poco que escuchamos debieron estar muy bien con ese Rock poderoso con múltiples influencias de la música norteamericana; tras ellos apareció un trío de músicos australianos llamado The Russian roulettes, que descargó su Rock directo con influencias garageras, bluesys e incluso Punks en un buen directo que debe ganar enteros en un local pequeño. Cambio de escenario para aburrirnos bastante con The Cubical, una banda con influencias de las bandas británicas de los sesenta que faltos de carisma y sobrados de tics pretendidamente simpáticos lograron hacerse con las simpatías de los menos exigentes. La lluvia apareció para deslucir el concierto de unos auténticos supervivientes de la escena rockabilly británica, Robert Gordon & The gang that couldn’t hang, o lo que es lo mismo, un veteranísimo Robert Gordon acompañado por greasy Carlisi al bajo, el gran Chris Spedding a la guitarra y el batería de los Stray cats, Slim Jim phantom; buen concierto con un gran sonido y potentes versiones como Fire de Springsteen o Beside you de Iggy Pop, además de temas de la trayectoria en solitario de Chris Spedding y de Stray cats.


Otro de los grandes momentos del festival llegó con la actuación del veteranísimo Bob Dylan, es evidente que a sus 69 años sigue componiendo muy buen material, pero su costumbre de disfrazar sus canciones con arreglos que las hacen prácticamente irreconocibles en directo, junto a su merecida fama de gruñón y a su nula interacción con el público hacen de sus conciertos algo impredecible, afortunadamente en Vitoria vimos al mejor Dylan en un concierto vibrante, austero y sobrio, donde su banda rayó a gran altura y él mismo estuvo magistral, tanto a la guitarra, como a la harmónica, los teclados y con esa voz nasal que con el paso de los años se ha convertido casi en un gruñido gutural cercano a los registros de Tom Waits; un concierto soberbio con un repertorio de ensueño para cualquier fan: Rainy day women # 12 & 35, Don’t think twice, it’s all right, Stuck inside of mobile with the Memphis blues again, la preciosa Just like a woman, Honest with me, Simple twist of fate, High water (for Charlie Patton), Blind Willie Mctell, Highway 61 revisited, Shelter from the storm, Thunder on the mountain, Ballad of a thin man y como guinda al pastel ya en el bis un Like a rolling Stone con un precioso arreglo que ni el voluntarioso intento del respetable de hacer un karaoke masivo desvió a Dylan del bonito disfraz que le había colocado al tema; como es su costumbre Dylan no se dirigió al respetable en ningún momento, pero se le vio relajado y yo diría que satisfecho del trabajo realizado, un grande de los de verdad.

Aprovechamos el concierto de los glammys neoyorkinos Toilet boys para cenar y repasar los acontecimientos del día, nos volvimos a situar para el último gran concierto del día justo en el momento en el que la lluvia reapareció, Chris Isaak apareció en escena el día de su 54 cumpleaños con una elegancia, una simpatía y una sencillez que desarbolaron a los más heavies dispuestos a silbar al cantante blando y guaperas, el californiano dio toda una lección sobre el escenario del Azkena y ganó para su causa a todos los presentes que se calaron hasta los huesos con una sonrisa en la cara mientras Chris explicaba anécdotas divertidas y desgranaba un magnífico repertorio con temas como Lonely with a broken heart, Somebody’s crying, Speak of the devil, Wicked game, Baby did a bad bad things, San Francisco days, Dancin’ o Blue hotel; magnífico colofón para un gran festival, aunque mientras abandonábamos el recinto The Hives descargaban su repertorio frente a sus fans, nosotros ya no podíamos más y nos retirábamos con la firme convicción de que asistir a este festival año tras año nos carga las pilas para una buena temporada.

Mr. Sheep, Mr. Wolf y Mr. Bull

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viernes, 18 de junio de 2010

GARCIA PLAYS KYUSS. MEPHISTO. 16/06/10



He de empezar esta crónica avisando de que Kyuss es una de mis bandas favoritas, por lo que la sola idea de presenciar en vivo algunos de los temas de su gran discografía era algo muy especial para mi; es cierto que el hecho de que John García haya escogido a tres mercenarios como banda de acompañamiento ensombrecía un poco el concierto, pero es lo que hay, está claro que Josh Homme juega en otra liga y parece poco probable que se decida a juntarse con sus viejos camaradas para deleitar a sus fans, por lo que hay que aprovechar esta oportunidad para saborear en directo los temas clásicos de Kyuss en la voz del gran John García. Hace unos años pude presenciar un concierto de John García con Hermano en el festival Azkena, y a las seis de la tarde y después de un buen concierto decidieron hacer una versión del Green machine de Kyuss y el festival se vino abajo, fue brutal y sorprendente y me demostró que el potencial de Kyuss está esperando a que las nuevas generaciones lo descubran. El concierto se celebró en una sala a priori problemática en lo que a buen sonido se refiere, pero sorprendente y agradablemente el concierto sonó realmente muy bien y pudimos disfrutar de la gran voz que posee John. La banda era bastante sosa a nivel de carisma e imagen pero solvente musicalmente hablando y John García estuvo pletórico de voz y derrochó simpatía, ha ganado peso y puede que sonría mucho más que antes pero está claro que es un gran frontman y que está disfrutando mucho en esta gira. El concierto comenzó con media hora de retraso y se abrió instrumentalmente con Molten universe, entonces apareció John García en el escenario y nos apabullaron con temas como Thumb, Hurricane un gran One inch man, Freedom run, Asteroid, Supa scoopa and mighty scoop, Size queen, Spaceship landing y Allen's wrench, con todo el público ganado para la causa el rush final del concierto fue apoteósico con Whitwater, 100º, esa maravilla hecha canción que se llama Gardenia, Green machine, Demon cleaner, El Rodeo y una versión del tema de Slo burn Pilot the dune. Después de hora y media la satisfacción era general y el público quedó absolutamente convencido, Gran concierto. Esperemos ver pronto al bueno de John con cualquiera de sus múltiples proyectos: Unida, Hermano o su proyecto en solitario Garcia Vs Garcia.

Mr. Sheep

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sábado, 5 de junio de 2010

BILL WYMAN'S RHYTHM KINGS. BIKINI. 03/06/10




Nueve años atrás, Bill Wyman y sus Rhythm Kings dieron una lección de historia musical en un Razzmatazz casi vacío. En esta ocasión, buena entrada en Bikini para ver al combo que montó el hierático bajista tras su marcha de los Stones. En 2001 estaban en la banda Gary Brooker o Albert Lee, en una formación por la que han pasado en momentos puntuales músicos como Peter Frampton, JJ Cale o Eric Clapton. Sí está el gran Georgie Fame, junto a Geraint Watkins o la cantante Beverley Skeete, entre otros. Con tantas canas sobre el escenario como entre el público, empezó puntualmente una noche de buena música y diversión.
Y, como en Razzmatazz, nueva lección con clásicos y no tan clásicos de Blues, Soul, Rhythm & Blues y Rock'N'Roll: I got a woman, All night long, It's a man's man's man's world, Hit the road Jack, I just want to make love to you, Johnny B. Goode en una particularísima versión, You never can tell..... Y luego el bis, con I put a spell on you y un apoteósico Honky tonk women con las luces encendidas. Después, un simpático Wyman se dedicó a saludar a las primeras filas poniendo el punto final a una noche para recordar, como también ocurriera con su anterior visita. Y es que cuando hay unos músicos que son felices sobre las tablas, esa felicidad se transmite a los que nos encontramos abajo. La experiencia es un grado.

Mr. Wolf

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domingo, 30 de mayo de 2010

BARÓN ROJO. RAZZMATAZZ. 29/05/10




¿Cómo, Barón Rojo en este blog? ¿Pero no están ya mayores? ¿No quedan lejos sus días de gloria? No negaremos ninguna de estas cuestiones, pero si hay una cosa clara es que son la mejor banda nacional que hemos tenido nunca, consiguiendo un éxito y un reconocimiento jamás vistos por estas tierras. Ahora, y después de veinte años, su formación clásica y original se ha vuelto a reunir en una gira nostálgica, que si funciona toda como en Barcelona les va a reportar unos suculentos dividendos. Y es que nos encontramos un Razzmatazz absolutamente abarrotado, con un ambiente asfixiante. ¿Había un exceso de aforo? Por supuesto, como en tantas otras ocasiones. Estas cosas seguirán repitiéndose mientras no se les ponga freno. Que pena.
El público, veterano en su mayoría, se encontraba deseoso de disfrutar de todos esos temas que marcaron a muchos en su momento. Y, como no podía ser de otra manera, la lista de clásicos que cayeron fue espectacular: Hermano del Rock'N'Roll, Satánico plan (volumen brutal), Hiroshima, Tierra de nadie, El pobre, Hijos de Caín, Se escapa el tiempo, Campo de concentración, Con botas sucias, Barón Rojo, Anda suelto Satanás, Son como hormigas, Las flores del mal, Resistiré..... Instrumentales marca de la casa, como Buenos Aires o El Barón vuela sobre Inglaterra, y los momentos más apoteósicos, que fueron (cómo no) Los rockeros van al infierno y Siempre estás allí. Total, casi tres horas en una noche extenuante y calurosa que nos hizo felices a todos los sufridos asistentes.
Armando, Carlos, Sherpa y Hermes, sólo os podemos decir: gracias y larga vida al Barón.

Mr. Wolf

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