martes, 6 de julio de 2010

ALICE IN CHAINS. RAZZMATAZZ. 06/07/10






Tras un largo paréntesis en su carrera, los de Seattle presentan su disco Black gives way to blue en una sala Razzmatazz que registra una buena entrada, aunque sin llenar. Un precio más que competitivo, visto lo visto hoy día, no ha sido suficiente para reventar. Mejor para nosotros, que no sufriremos los habituales atropellos y empujones de la sala. El público, más bien talludito, antiguos grunges ahora papás con camiseta negra y algún valiente con camisa de franela y greñas hasta las nalgas.
Nos acercamos movidos por el recuerdo de un grupo que nos marcó en su momento y cuyo nuevo disco nos parece más que digno. No obstante, la incognita de saber en qué estado se encuentran y cómo se desenvolveran en directo con el nuevo cantante William DuVall nos inquieta.
Las dudas quedan despejadas después de una larga espera (¿no había teloneros?). Sobre un sobrio escenario apenas destacado por una tenue iluminación el grupo ataca las primeras notas de All secrets know, el primer corte del último disco, de manera compacta y contundente. El sonido no es todo lo nítido que requieren sus coros marca de la casa, pero se irá aclarando sobre la marcha. Y sí: el nuevo cantante da la talla. Tiene voz, es atractivo, con movimientos muy rockanroleros y sabe dirigir al público. Un complemento perfecto para Jerry Cantrell que, la verdad sea dicha, no es precisamente la alegría de la huerta y que cada vez tiene más pinta de Johnny Winter. Aunque, ¡qué demonios! con esas canciones quien necesita ser simpático para ganarse al público.
Se van sucediendo los temas nuevos (Check my brain, Your decision, la excelente Lesson learned...) mezclados con bombazos de su escueta aunque perfecta discografía. Them bones, No excuses, Down in a hole, Man i a box...canciones con las que crecimos y supimos qué era el Grunge y donde estaba Seattle, suenan a gloria. Más duros de lo esperado, eso sí. Cargando las guitarras en piezas que en disco suenan más suaves.
Cierran con Rooster, otra pieza que el público coreó de pe a pa, ya con un sonido cristalino. Unos bises para redondear las 2 horas de generoso concierto y un final donde los 4 componentes son largamente ovacionados mientras reparten puas, muñequeras, etc hacen que salgamos más que satisfechos. En la calle, todavía podemos ver al bueno de William DuVall, saliendo a saludar a los fans. Pedazo de profesional.
Pedazo de grupo.

Más info en la web de la banda

Mr.Bull

viernes, 2 de julio de 2010

AZKENA ROCK FESTIVAL. VITORIA. 24, 25, 26/06/10



El Jueves día 24 de Junio con la mente todavía abotargada por los excesos de la verbena de San Juan, la redacción en pleno de Bcnenconcierto se lanzaba a la aventura del Azkena rock festival en Vitoria, es una cita a la que llevamos acudiendo desde hace años, no sólo porque nos gusten las bandas que tocan, que por supuesto también, si no por ser un festival con un cartel coherente y honesto, por celebrarse en una ciudad tan bonita y acogedora como Vitoria y por tener un precio más que competitivo, sobre todo si lo comparamos con los festivales tan “chic” y tan caros que tenemos en Barcelona.
Entramos al recinto sobre las seis de la tarde con el Sol cayendo a plomo y con muchas ganas de buena música; nos reciben Baskery, tres hermanas suecas muy monas que facturan una interesante mezcla de Country, Rockabilly y Punk, sonido fresco para comenzar bien la tarde y que nos ayuda a situarnos en el recinto y curiosear por el mercadillo. The Legendary shack shakers nos vomitan una rabiosa tanda de temas Punk con toques rockeros y sureños que nos sirven para comenzar a acelerarnos, aunque su propuesta a la larga se hace un tanto repetitiva ; la siguiente actuación eleva el listón con unos frenéticos y soberbios Jim Jones Revue, una mezcla entre Jon Spencer, Nick Cave y Little Richard que nos descargan un repertorio muy interesante y que derrochan actitud, tablas y chulería, sin lugar a dudas una de las grandes sorpresas del festival; las cosas se calman con el Rockabilly, el Swing, el Country y el Blues que nos ofrecen Kitty, Daisy & Lewis, tres hermanos ingleses casi adolescentes que parecen sacados de una película musical de los años 40 y que tocan acompañados de sus padres, con un look muy retro y variando de instrumentos y de cantantes constantemente, a ratos resultaron interesantes, pero a ratos también un tanto aburridos. Cambio de registro radical para ver a una interesante banda que está dando mucho que hablar y que nos ofrecieron un gran concierto de genuino Rock americano con toques entre Springsteen, Elvis Costello o The Replacements, ellos son The Hold Steady y poseen muy buenas canciones, aunque sus pintas dejan bastante que desear, vamos que mucho glamour y presencia escénica no tienen. Recibimos a Gov’t Mule con muchas ganas, su gran virtuosismo y su mezcla en clave Jam band de Blues, Jazz, Hard Rock y psicodelia te deja con la boca abierta cuando tienen una gran noche, y la noche del Jueves en Vitoria tuvieron una de las mejores noches que les hemos visto; teníamos todavía muy presente el gran concierto que ofrecieron en Barcelona hace unos meses, pero también recordábamos el flojo concierto que habían ofrecido en este mismo festival hace unos años aunque lastrado por un mal sonido; sonaron perfectos, nítidos, poderosos , derrocharon carisma y temas como Soulshine, Thorazine shuffle o Broke down on The Brazos estuvieron entre lo mejor escuchado en el recinto de Mendizabala. Con bastante cansancio recibimos a los australianos Airbourne, quienes parece que han progresado mucho a nivel de popularidad y medios, pero que para el que escribe no deja de ser un grupo de versiones de AC/DC con poco talento y sobrados de ganas, y que colocados en otra franja horaria hubieran resultado más soportables. Bastante cansados y con ganas de pasear por Vitoria a la mañana siguiente nos retiramos a nuestro hostal mientras el público más joven empezaba a disfrutar con la descarga Punk de The Black lips.


A la mañana siguiente nos presentamos en Vitoria con muchas ganas de disfrutar de una mañana radiante, de un paseo por el centro y de un aperitivo tanto musical como gastronómico, y es que uno de los encantos de este festival es que a mediodía en plena plaza de la Virgen Blanca uno puede disfrutar de un concierto cercano y cálido y de unos pinchos y montaditos regados con una cerveza fresca o un buen vino; Imelda May tomó el escenario y con su encanto, su belleza y sobre todo con esa voz tan personal nos ofreció esos temas de sabor añejo a Soul, Jazz y Rhythm and blues que conforman su disco Love tattoo, Johnny got a boom boom, Big bad handsome man, Feel me o Watcha gonna do, un concierto que nos dejó a todos una gran sonrisa en la cara. A media tarde volvemos a entrar al recinto de Mendizabala para presenciar el concierto de un viejo amigo, Dan Baird, y es que a pesar de haberle visto varias veces en directo siempre es un placer ver a un músico que disfruta tanto con lo que hace, nada más saltar al escenario se descalza y dibuja en su cara una sonrisa que le acompañará durante todo su concierto, Rock n’ roll honesto, directo, divertido y sudoroso y temas como Younger face, Sheila, Keep your hands to yourself o I love you period, que se han convertido en pequeños grandes clásicos del Rock; cambiamos de escenario para ver al que a la postre se convertiría en el gran triunfador de esta edición: El Vez, the mexican Elvis. Mezclar las canciones de Elvis, las de Kiss e incluso un divertido Eres tú de Mocedades a ritmo trepidante de Punk Rock, con un lenguaje imposible entre el inglés, el castellano y un spanglish absolutamente marciano tiene mucho mérito. Hace unos 15 años lo vi tocar en la sala Savannah del Clot y ya me pareció divertido, pero sin lugar a dudas su espectáculo ha ganado con los años y sus temas Caliente amor, En el barrio o Huarachas azules sonaron a gloria, y además nos fue preparando para el plato fuerte del día, el concierto de Kiss, con un divertido y frenético medley con los mejores temas de los de Gene Simmons y Paul Stanley. Imelda May prácticamente repitió su repertorio matinal en su concierto vespertino, aunque con un escenario mayor que desdibujó un poco su propuesta, más apta para escenarios pequeños y clubes, aún así ofreció otro derroche de buena música y presencia escénica. Nos saltamos las actuaciones de Teddy Thompson, The Saints y casi toda la de The Damned para recobrar fuerzas cenando y bebiendo mientras veíamos el partido España-Chile rodeados de heavies, camisetas negras, greñas y demás parafernalia rockera y de los abuelos que más deben de saber de fútbol del mundo. La vuelta al recinto del festival nos ofreció una extraña sensación de nervios, ansiedad y diversión, se mascaba en el ambiente que algo grande iba a pasar y ver a centenares de personas de todas las edades maquilladas como su personaje de Kiss favorito nos ofrecía una imagen extraña del público; pero antes de Kiss apareció en escena el último de los grandes guitar heros , un tímido Slash acompañado por la banda Savage animal y con un sorprendente Myles Kennedy como vocalista; a pesar de haber publicado un último disco bastante recomendable el público no sabía exactamente si iba a presenciar un auténtico concierto de Rock o un repaso en plan karaoke masivo al repertorio de Guns n’ roses, y bueno nos ofrecieron algo intermedio, pero a pesar de que los puntos álgidos del concierto coincidieron con los clásicos de Guns n’ roses tampoco sonaron nada mal los nuevos temas entre ellos un magnífico By the sword, el vocalista desplegó un gran abanico de matices en su voz y fue capaz de emular a Axl Rose sin caer en la copia barata, ojalá el bueno de Slash vuelva a poner en marcha un proyecto sólido de banda porque el Rock n’ roll le necesita; y bueno se nos pusieron los pelos de punta al escuchar Nightrain, Rocket queen, Sweet child o’ mine o Paradise city.


El concierto de Kiss fue algo absolutamente balsámico, creo poder decir sin temor a equivocarme que TODOS los asistentes, fuesen o no fans de la banda, acabaron con la boca abierta, y no sólo por el abrumador montaje escénico lleno de fuegos artificiales, pirotecnia, pantallas de video espectaculares, pasarelas móviles, números circenses con Paul Stanley volando sobre el público o con Gene Simmons elevándose a lo más alto del escenario; además de todo eso la música sonó poderosamente bien; puede que las canciones de Kiss no sean las más elaboradas de la historia de la música, evidentemente sus canciones son rockeras, con estribillos pegadizos y algunos toques Pop, repito, puede que no sean las mejores canciones de la historia, pero, qué endemoniadamente bien sonaron arropadas por todo el universo de fantasía de la banda, una imaginería visual y sonora que nos hizo regresar a la adolescencia y olvidarnos de todos los problemas que ha conllevado la llamada madurez, volvimos a ser niños y nos encontramos abrazados y emocionados con personas que puede que no hubieran escuchado esas canciones en más de veinte años, pero que en ese momento no hubieran deseado escuchar ninguna otra cosa. Vimos a hombres adultos llorar como niños y a miles de personas coreando hasta la extenuación los estribillos de esas canciones que puede que no vuelvan a escuchar en años, esa noche valió la pena el largo viaje a Vitoria y todo el sacrificio que para los rockeros veteranos supone escapar de familias y trabajos, esa noche fuimos felices y siempre les estaremos agradecidos a Kiss por ello. Todos los temas fueron coreados hasta la extenuación por el público como Firehouse, Lick it up, I was made for lovin’ you, Rock n’ roll all night , etc.
Después de semejante tour de force el pobre Nicke “Royale” Andersson tomó el escenario pequeño con su nuevo proyecto, Imperial state electric, mientras los fuegos artificiales de Kiss iluminaban el cielo, y su propuesta es perfecta para un festival como el Azkena, su Rock n’ roll potente y directo es heredero de los mejores Hellacopters, aunque quizás un poco más clásico y no tan acelerado; una parte del público se entregó, pero la mayoría estábamos todavía en estado de shock y no disfrutamos del concierto en su justa medida. Retirada al hostal para encarar el último día de festival en el que el Rock americano más clásico sería el protagonista.
Por la mañana y tras los pinchos de rigor asistimos nuevamente a la entrega de Robert López, El Vez, en un concierto más largo y con más registros que el del día anterior; y es que en el pequeño escenario de la plaza de la Virgen Blanca volvió la diversión, la fiesta y la buena música con este impersonator de Elvis que volvió a dejar a la gente más que satisfecha.
Entramos al recinto del festival por la tarde mientras acababan su concierto los cacereños Maggot brain, y por lo poco que escuchamos debieron estar muy bien con ese Rock poderoso con múltiples influencias de la música norteamericana; tras ellos apareció un trío de músicos australianos llamado The Russian roulettes, que descargó su Rock directo con influencias garageras, bluesys e incluso Punks en un buen directo que debe ganar enteros en un local pequeño. Cambio de escenario para aburrirnos bastante con The Cubical, una banda con influencias de las bandas británicas de los sesenta que faltos de carisma y sobrados de tics pretendidamente simpáticos lograron hacerse con las simpatías de los menos exigentes. La lluvia apareció para deslucir el concierto de unos auténticos supervivientes de la escena rockabilly británica, Robert Gordon & The gang that couldn’t hang, o lo que es lo mismo, un veteranísimo Robert Gordon acompañado por greasy Carlisi al bajo, el gran Chris Spedding a la guitarra y el batería de los Stray cats, Slim Jim phantom; buen concierto con un gran sonido y potentes versiones como Fire de Springsteen o Beside you de Iggy Pop, además de temas de la trayectoria en solitario de Chris Spedding y de Stray cats.


Otro de los grandes momentos del festival llegó con la actuación del veteranísimo Bob Dylan, es evidente que a sus 69 años sigue componiendo muy buen material, pero su costumbre de disfrazar sus canciones con arreglos que las hacen prácticamente irreconocibles en directo, junto a su merecida fama de gruñón y a su nula interacción con el público hacen de sus conciertos algo impredecible, afortunadamente en Vitoria vimos al mejor Dylan en un concierto vibrante, austero y sobrio, donde su banda rayó a gran altura y él mismo estuvo magistral, tanto a la guitarra, como a la harmónica, los teclados y con esa voz nasal que con el paso de los años se ha convertido casi en un gruñido gutural cercano a los registros de Tom Waits; un concierto soberbio con un repertorio de ensueño para cualquier fan: Rainy day women # 12 & 35, Don’t think twice, it’s all right, Stuck inside of mobile with the Memphis blues again, la preciosa Just like a woman, Honest with me, Simple twist of fate, High water (for Charlie Patton), Blind Willie Mctell, Highway 61 revisited, Shelter from the storm, Thunder on the mountain, Ballad of a thin man y como guinda al pastel ya en el bis un Like a rolling Stone con un precioso arreglo que ni el voluntarioso intento del respetable de hacer un karaoke masivo desvió a Dylan del bonito disfraz que le había colocado al tema; como es su costumbre Dylan no se dirigió al respetable en ningún momento, pero se le vio relajado y yo diría que satisfecho del trabajo realizado, un grande de los de verdad.

Aprovechamos el concierto de los glammys neoyorkinos Toilet boys para cenar y repasar los acontecimientos del día, nos volvimos a situar para el último gran concierto del día justo en el momento en el que la lluvia reapareció, Chris Isaak apareció en escena el día de su 54 cumpleaños con una elegancia, una simpatía y una sencillez que desarbolaron a los más heavies dispuestos a silbar al cantante blando y guaperas, el californiano dio toda una lección sobre el escenario del Azkena y ganó para su causa a todos los presentes que se calaron hasta los huesos con una sonrisa en la cara mientras Chris explicaba anécdotas divertidas y desgranaba un magnífico repertorio con temas como Lonely with a broken heart, Somebody’s crying, Speak of the devil, Wicked game, Baby did a bad bad things, San Francisco days, Dancin’ o Blue hotel; magnífico colofón para un gran festival, aunque mientras abandonábamos el recinto The Hives descargaban su repertorio frente a sus fans, nosotros ya no podíamos más y nos retirábamos con la firme convicción de que asistir a este festival año tras año nos carga las pilas para una buena temporada.

Mr. Sheep, Mr. Wolf y Mr. Bull

Más info en la web del festival