sábado, 19 de marzo de 2016

STEVIE KLASSON'S BLACK WEEDS. MARULA CAFÉ. 16/03/16

Hay tipos que sólo viéndoles ya te das cuenta de que rezuman Rock'n'Roll por todos sus poros. Keith Richards es el ejemplo más claro de ello. Lemmy también lo era, sin duda. Salvando las distancias, por supuesto, Stevie Klasson es otro de la misma estirpe. Un músico con un bagaje que incluye haber acompañado a Johnny Thunders y haber formado parte de Diamond Dogs y Hanoi Rocks merece todo mi respeto. Hace unos años publicaba en solitario el fenomenal Don't shoot the messenger, y ahora regresa con sus Black Weeds como banda de acompañamiento y publica disco y libro de igual título: Rock'n'Roll tales from a crooked highway. Una gira que no nos podíamos perder.
El inicio de concierto fue desolador, viendo que los asistentes no llegábamos ni a una decena. El hecho de competir contra un partido de Champions se notaba, así como la escasísima promoción llevada a cabo por parte de todos: músico, promotora y sala. De todas maneras, poco a poco fue apareciendo la gente y al final aún se salvó la noche. Y valió la pena saltarse el fútbol para ver un auténtico concierto de Rock'n'Roll, con una colección de temas arrolladores; con recuerdo para los Stones e incluso para Elvis también; con versiones de clásicos Blues como son You gotta move y Goin' down, y con una banda dispuesta a tocar y disfrutar, frente a diez o frente a cien personas. A recordar el final, con tres de los mejores cartuchos de su álbum debut, como fueron Goin mental, White line fever y Downbound train. Acompañando al pequeño gran hombre, un grupo que sonaba como un tiro, con Boba Lee Fett, el que fuera miembro de Hellacopters, en la guitarra; y al bajo y la batería, dos ex Diamond Dogs: Martin Tronsson y Johan Johansson.
Para el próximo mes se anuncia gira de Sylvain Sylvain con Stevie en su banda que promete muchísimo.
Puro Rock'n'Roll.

Mr. Wolf

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domingo, 13 de marzo de 2016

CHRIS ROBINSON BROTHERHOOD. RAZZMATAZZ 2. 11/03/16




En los oscuros tiempos que corren para los grandes conciertos de Rock, el concierto de Chris Robinson brotherhood ha sido como un pequeño milagro, como un oasis en el desierto de la viciada y fraudulenta oferta de los grandes conciertos. Poder disfrutar de una de las voces definitivas en la historia del Rock en el marco de una sala pequeña, con buena acústica y a un precio razonable es una de esas raras excepciones que no hay que dejar escapar. Y es que se puede criticar el giro estilístico en su música que ha derivado en una especie de Grateful Dead pasados de rosca en cuanto al minutaje de los temas y al desde mi punto de vista excesivo protagonismo que tiene Adam McDougall con su sonido de teclado omnipresente y atronador, pero lo que está claro es que es una apuesta honesta y real, y que Chris Robinson es feliz con éstos chicos.

La banda está compuesta por Adam McDougall a los teclados, Neal Casal a la guitarra solista y los coros, Mark Dutton al bajo y Tony Leone a la batería, y el propio Chris se encarga de la guitarra rítmica. El concierto estuvo dividido en dos partes con un breve descanso, y se alargó cerca de las tres horas, el sonido fue bastante bueno, con algún exceso de saturación en algún momento y con el volumen de los teclados muy por encima del resto de los instrumentos y de la voz de Chris Robinson.
 
El repertorio estuvo basado en sus tres discos como Chris Robinson brotherhood,  con temas como Taking care of business, Jump the turnstiles, Someday past the sunset, Roan county banjo, Can you hear me, la magnífica Rosalee, Ain’t it hard but fair, Beggar’s moon, Clear blue sky & the good doctor, Vibration and light suite y shore power; pero tuvo tiempo para acordarse de los Black Crowes en Roll old Jeremiah y en la funky I ain’t hiding, y de su primer disco con los New earth mud en la espléndida Eagles on the highway. Capítulo aparte merecen las estupendas versiones que nos ofreció, la dylaniana A hard rain’s gonna fall, Shake, rattle and roll de Big Joe Turner, la excesiva West L.A. fadeaway de los Grateful dead, y para cerrar el concierto la gran Big river de Johnny Cash.

Buen concierto de un artista único, magnífica ocasión para presenciar una propuesta musical bastante inusual en los tiempos que corren; pero la sensación de que Chris debería limar asperezas con su hermano Rich y reformar a los Black crowes estuvo presente en mi cabeza durante todo el concierto, porque con los cuervos el equilibrio entre los temas más rockeros y directos y las partes de largos desarrollos instrumentales estaba más conseguido, además de que las guitarras deben tener el principal protagonismo para disfrutar más de la música de raíces norteamericana. A pesar de todos éstos “peros”, Chris me tendrá entre el público cuando vuelva, sea con la banda que sea.


Mr. Sheep

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sábado, 5 de marzo de 2016

ATLAS ROAD CREW. ROCKSOUND. 01/03/16

Una promesa de las de verdad. Si os gusta el clásico Rock facturado al sur de los Estados Unidos, Atlas Road Crew es una banda a la que tenéis que echarle un ojo. Músicos jovencísimos, pero con un talento fuera de duda. Evidentemente no han inventado nada nuevo, y lo más probable es que no salgan nunca del circuito underground, pero sí suponen un soplo de aire fresco, y resultó una agradable sorpresa su concierto de Rocksound. Procedentes de Charleston, y tras un EP titulado como el mismo grupo, en 2015 publicaron su disco de debut, el recomendable Halfway to hopkins.
Una vez más, escaso público, con un nutrido grupo de norteamericanos que fueron tomando la iniciativa al mismo tiempo que el alcohol se hacía dueño de sus cuerpos, divirtiéndonos con sus bailes en la recta final de la noche. Desde luego, mostraron más entusiasmo que alguno de los miembros de la banda, porque de la misma manera que alabamos su talento, también debemos destacar el escaso carisma de alguno de ellos, sobre todo del teclista Bryce James. Soso, soso.
Si de lo que hablamos es de la música, ahí no hay objeciones. Nos gustaron, nos hicieron bailar y nos emocionaron con sus canciones: Wasted time, Voices, I want you to know, Abilene o la misma Halfway to hopkins son más que destacables. Y las versiones, espectaculares: ese Call me the breeze de J. J. Cale pasado por el tamiz Skynyrd; el explosivo L.A. Woman de los Doors, o ese mágico Rock'n'Roll de la Velvet Underground (allí donde esté, Lou Reed puede sentirse bien orgulloso).
Concierto generoso en minutaje, algo extraño en un grupo joven, del que debemos destacar a su cantante y guitarrista Taylor Nicholson, que sin ser un animal de escenario, sí mostró más maneras y carisma sobre las tablas que alguno de sus compañeros, como decíamos antes.
Empezábamos diciendo que son una promesa y quizá algún día sean una realidad. Sangre nueva para el Rock'n'Roll.

Mr. Wolf

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