jueves, 24 de septiembre de 2015

THE WATERBOYS. BARTS. 21/09/15

Ya hacía unos cuantos años desde la última vez que pude ver a los Waterboys, y debo reconocer que el grupo de Mike Scott es uno de mis favoritos de siempre. Además, venían presentando un buen disco, como es Modern Blues, así que las ganas por verlos sobre un escenario eran inmensas. Y no era el único, viendo como estaba de llena la sala Barts.
Actualmente, Mike se ha rodeado de una banda de lujo. Además de su intermitente compañero, el violinista Steve Wickham (muy aplaudido), hay que destacar al veterano bajista David Hood, del mítico Muscle Shoals Sound Studio, o al simpatiquísimo "Brother" Paul Brown al teclado, todo un espectáculo durante las casi dos horas que duró el concierto. Un verdadero personaje.
Freddie Stevenson ejerció de telonero. Buenas canciones en formato trío por parte de este amigo de Mike Scott, aunque su set durara apenas unos veinte minutos. Le seguiremos la pista.
The Waterboys dieron un amplio repaso a Modern Blues, combinado con un buen puñado de los clásicos que conocemos. Así, de la misma manera que abre el disco, Destinies entwined abrió la velada, seguida de la también reciente Still a freak. Rápidamente pudimos comprobar como las canciones nuevas suenan aún mejor en directo. El siguiente tema, con Mike al teclado, fue A girl called Johnny, que se convirtió en el primer momento emocionante de la noche, al que siguió el fenomenal We will not be lovers. Más temas nuevos, como Nearest thing to hip y Rosalind (you married the wrong guy), para disfrutar con ese cañonazo llamado Medicine bow y de Glastonbury song. Luego, el bonito I can see Elvis y su tema por excelencia, The whole of the moon, en el que Mike y Paul Brown nos obsequiaron con unos divertidos bailes. Para terminar, un Don't bang the drum en el que la presencia de la banda en escena se redujo únicamente a Mike y Steve Wickham, y el épico Long strange golden road, que cierra también su último disco. En el bis, el otro clasicazo de la banda, Fisherman's Blues, seguido de un divertido momento en el que se felicitó el cumpleaños de David Hood, con todos los componentes habiéndose intercambiado sus instrumentos (la verdad es que a unos se les vio más acertados que a otros). Y como gran final, su emocionante versión del Purple rain de Prince. Triunfo total y público entregado.
Aunque a Mike Scott ya se le vea mayor, se sigue manteniendo bien de voz y de forma, grabando buenos discos y ofreciendo buenos conciertos, como éste de Barcelona. ¿Qué más podemos pedir?
Larga vida a los Waterboys.

Mr. Wolf

Más info en la web del grupo

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