Además, debemos aprovechar este tipo de conciertos porque esto tiene pinta de que se nos acaba. Con la próxima subida del IVA probablemente estas giras ya no pasen por este país, aparte de la probabilidad del cierre de salas y de empresas promotoras. En fin, un desastre perpetrado por unos gobernantes a los que la cultura les interesa muy poco. O directamente nada.
Concierto parecido al de cuatro años atrás en Bikini, Dickey y sus fantásticos Great Southern nos sumergieron de lleno en el corazón de la música sureña, con jams sin fin en las que no sobraba ni una nota y con espacio para todos los músicos. Dos horas y media (con descanso de unos quince minutos) de verdadera lección musical. Aunque, como siempre, innecesario el solo a cargo de los dos baterías.
Y es que menuda maravilla ver la interpretación de estos memorables temas: High falls, Nothing you can do, Blue sky, Jessica (con la piel de gallina), Back where it all begins, el enorme In memory of Elizabeth Reed o el final con Ramblin' man, que todos pudimos corear.
Si en el concierto de 2008 aparecieron por el escenario invitados como Javier Vargas y Raimundo Amador, en esta ocasión fue Santiago Campillo, guitarra fundador de M-Clan, quien tuvo ocasión de lucirse junto al mito, en un momento probablemente inolvidable para él. Y la banda, pues toda espléndida y además simpática con la gente, especialmente el guitarrista Andy Aledort, un tipo de lo más afable. Incluso Dickey se mostró cordial, regalando púas y saludando al público. El más soso, sin duda, su hijo Duane, que será muy bueno con la guitarra pero no va sobrado de carisma, precisamente.
Indiscutiblemente, una de las grandes noches del año.
Mr. Wolf
Más info en la web del músico
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