lunes, 9 de mayo de 2016

THE STEEPWATER BAND. ROCKSOUND. 08/05/16

Sinceramente, nunca me han interesado demasiado las bandas tributo. Respeto a quien pague una entrada para uno de sus conciertos, pero no es mi caso. Además, últimamente proliferan por todas partes, dando la sensación de que al final habrá incluso bandas tributo de bandas tributo. Pero el caso que nos ocupa no es lo mismo. The Steepwater Band son un grupo con una carrera impecable y una clase fuera de toda duda, y el colofón a su gira española era este especial concierto que comentamos. Un homenaje a los Rolling Stones tocando íntegro el Get yer ya-ya's out!, aquel memorable directo de 1970 de extraño título y horrorosa portada. Pero además, el concierto también incluiría temas propios y más sorpresas de las que ahora hablaremos. En definitiva, una noche de lo más apetecible y que creó grandes expectativas, llegando prácticamente a llenar el aforo de la sala.
Los Stones grabaron aquel disco en su etapa con Mick Taylor a la guitarra, quizá en el momento más brillante de la banda británica en toda su historia. No hay más que repasar el listado de canciones incluidas: Jumpin' jack flash, Carol, Stray cat Blues, Love in vain, Midnight rambler, Sympathy for the devil, Live with me, Little queenie, Honky tonk women y Street fighting man. Menudo repertorio. Y en este mismo orden nos lo soltaron los Steepwater, tema a tema con todo el respeto y la clase necesarios para emprender una aventura como ésta. El público extasiado desde el principio, con momentos a recordar, como cuando toda la sala coreaba los famosos uh, uh de Sympathy for the devil, que encima venía después de un glorioso Midnight rambler que dejó noqueado al respetable. Una primera mitad de concierto insuperable, y más para alguien como yo, que en mi podio particular los Stones ocupan el puesto más alto junto a Led Zeppelin.
La segunda parte (sin descanso entre mitad y mitad) era difícil para la banda de Jeff Massey. Debían mantener el listón bien alto después de un repertorio ajeno imbatible, y sin ser lo mismo, obviamente, no hubo ningún tipo de bajón. Abrieron con el tema título de su último trabajo, Shake your faith, y nos deleitaron con más temas marca de la casa, como Mama got to rumble o el delicioso I will never know, para llegar a un explosivo final con un Boom boom que llenaría de orgullo a John Lee Hooker, en una orgía desenfrenada de guitarras a cargo de Jeff y de Eric Saylors, el último fichaje del trío al que este hombre convierte en cuarteto. En el bis, Silver lining y un Like a rolling stone que volvió a poner a prueba nuestras gargantas. Pero aún había una sorpresa más, con un segundo bis de los auténticos, reclamado por un público insaciable. Así que para poner un final exquisito a la noche, pasamos del maestro Dylan al maestro Young con Cinnamon girl. No se me ocurre mejor manera de acabar después de dos horas y media de un concierto para el recuerdo.
Exhibición brutal de la banda de Chicago, demostrando que se encuentran entre lo mejor del Rock'n'Roll americano actual. Gracias.

Mr. Wolf

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1 comentario:

Alfons Expósito dijo...

Genial el comentario sobre las bandas tributo de bandas tributo xD

Personalmente creo que si la banda suena bien y comunica algo, me la trae bastante al pairo si las canciones son suyas, de otro, o un plagio zeppeliano.

Sin ir más lejos, el Love in Vain de esta banda es un tributo al de los Stones, que a su vez es un tributo a Robert Johnson.

En este caso prefiero la de Johnson. Sabiendo el tipo de vida que llevaba, seguro que era un tributo de otro. Y esto es lo que tiene la música popular, un puñado de juglares buscandose la vida y alegrando la noche al público, no más ;)

Felicidades por el blog, como siempre.