Tenía muchas ganas de disfrutar de un concierto de The War
and Treaty. Sus cinco discos están llenos de grandes canciones, y en ellos se
mezclan casi todos los estilos de la música americana. Soul, Country, Rhythm
& Blues, Gospel, Rock, Folk y Pop. La mayoría de sus canciones tienen además
un elemento de esperanza y de fraternidad que hacen que mejore tu estado de
ánimo. Son canciones llenas de esperanza y de amor, buscan la redención, y
tienen el efecto, cuando se escuchan en comunidad, de conseguir una comunión
mágica entre la audiencia y con los músicos. Si te gustan además las grandes
voces, y te has empapado con los discos de los grandes dúos de la música Soul,
como Marvin Gaye y Tammi Terrell o Ashford & Simpson, las canciones de
Michael Trotter y Tanya Blount te enamoran de inmediato.
Aunque tenía las expectativas muy altas, y me había empapado
bien de sus discos, no estaba seguro de qué tipo de banda de acompañamiento
llevan en esta gira, ni de si se iban a decantar por su repertorio más Country
o más Soul. Al ver salir al escenario a diez músicos ataviados con sus camisas
burdeos a modo orquesta, con dos guitarras, dos teclados, sección de vientos y
muchas sonrisas; tuve claro que iba a ser una celebración en clave de Soul y
Gospel. No me equivoqué. Dejaron de lado su repertorio más Country y atacaron desde
el inicio con un vendaval soulero de primer nivel. Por momentos la avalancha
sónica de la banda y la actitud de Michael Trotter como entertainer me
recordaron a los gloriosos tiempos de las big bands de colosos como Cab
Calloway.
Destacaron especialmente Maxwell Brown y Chris Collier a las
guitarras, Thomas Davies al bajo, Jonathan Holmes a la batería, Terrance Homes
al órgano, Taylor Shuck al banjo y una entusiasta y efectiva sección de
vientos, que con solo un saxo y una trompeta sonaban como una orquesta entera.
A pesar de que me encanta su faceta más country y de que no
tocaron temazos en ese estilo como Carried Away de su último disco, no seré yo
el que se queje. Su concierto fue espectacular, el nivel de la banda soberbio,
y su simpatía y entrega contagiosas. Se veía la satisfacción en las caras de un
público que llenó la sala La Nau y que en muchos momentos tenía la piel de
gallina. Si en algún momento me entraron dudas sobre la producción de algunos
temas de su último disco, como Skyscraper o Love Light, que suenan demasiado
comerciales y parecen enfocadas a llegar a un público más mainstream, se me
olvidaron en el momento en que los vi encima del escenario.
Sonaron temazos como Hi Ho y Bare Knuckles en modo huracán
Soul, esa gozada llamada Hey Pretty Moon de su disco Hearts Town, de su último
trabajo tocaron el single Stealing a Kiss, en una versión mucho mejor que la de
la grabación, con mucho juego y complicidad entre la pareja; Mr. Fun con Tanya
imbuida del espíritu de James Brown y Can I Get an Amen. De su gran disco
Healing Tide tocaron Are You Ready to Love Me, y mi momento favorito del show,
cuando mezclaron su All I Wanna Do con clásicos como Uptight de Stevie Wonder,
Respect de Aretha Franklin o My Girl de los Temptations de Smokey Robinson. Un
momentazo espectacular para el recuerdo. Incluso tuvieron tiempo para hacer una
desnuda y bonita versión de I Will Always Love You de Dolly Parton, más cercana
a la celebérrima versión de Whitney Houston, y que dedicaron a su audiencia de
Barcelona.
Gran concierto que pudimos disfrutar gracias al trabajo de
Houston Party, en una sala con mucho encanto, La Nau. Y rodeados de muchos
melómanos y amigos, que convirtieron la experiencia en todo un acontecimiento.
Ahora sólo falta que vuelvan y nos ofrezcan un concierto en el que podamos
disfrutar de su faceta más Country Soul, que también es muy interesante.
Fotos cortesía de Mario Olmos
Mr. Sheep
Más info en la web de The War And Treaty
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