viernes, 4 de mayo de 2012

MICHAEL SCHENKER GROUP. APOLO. 02/05/12

Curiosa carrera la de Michael Schenker. Tras sus inicios de muy joven en Scorpions, junto a su hermano Rudolf, y un paso absolutamente glorioso por UFO (siento la nula objetividad, pero amo a esta banda), con el inicio de los años 80 formó su propio grupo, con el que llegó a la cima, creativa y de popularidad, con el álbum Built to destroy en 1983. En aquellos años, Michael reinaba como uno de los dioses de la guitarra junto a nombres como Eddie Van Halen o Gary Moore. Después vinieron tiempos convulsos y decisiones inesperadas, como su nefasta unión con el cantante Robin McAuley. Nuevos discos, nuevas giras y nuevas peleas con UFO y más trabajos en solitario, pero sin alcanzar la brillantez de antaño, dejándonos con la sensación de que algo se había perdido por el camino. Y si hace unos años reformó el Michael Schenker Group con los clásicos Gary Barden y Chris Glen, ahora se dedica a presentar su último disco Temple of Rock girando con diversos músicos (en Estados Unidos con McAuley otra vez, que pesadilla). En Europa le acompaña la sección rítmica que vivió los mejores años de Scorpions, es decir, los míticos Francis Buchholz y Herman Rarebell al bajo y a la batería respectivamente. De cantante Doogie White, un tipo al que parece ser que le va la marcha, si tenemos en cuenta que ya ha trabajado con otros guitarristas de carácter difícil, como Ritchie Blackmore o Yngwie Malmsteen.
Y el directo que vimos en Apolo...curioso. Hora y media dedicada a los inolvidables temas del M.S.G. (Into the arena, Armed and ready, Cry for the nations, On and on o Let sleeping dogs lie), con sólo uno del nuevo disco (Before the Devil knows you're dead), gemas de UFO (Lights out, Let it roll, Shoot shoot, Rock bottom y Doctor doctor), y temas de Scorpions (Lovedrive, Another piece of meat, Rock you like a hurricane, Blackout o Holiday). Y digo curioso porque me resulta extraño que aparezcan estas canciones de la banda germana, pese a la presencia de dos de sus miembros. De todas maneras, menudo set-list. No creo que nadie en la sala se quejara. Por lo menos algunos de los sujetos que allí había, que parecían salidos de otra época, estaban realmente felices.
Qué gran guitarrista es Michael, y que placer resulta el ver sobre un escenario a los afables escorpiones. El que no me acabó de convencer fue Doogie White, buen cantante pero demasiado aficionado al grito. Pero fue un buen concierto, claro que sí, únicamente empañado por los espantosos teloneros que nos torturaron previamente con su Heavy cutre que ya habría sonado desfasado en 1988; y encima con un terrible volumen revienta-tímpanos. Eso por no hablar de las ínfulas operísticas de su cantante. En fin, mejor recordemos a los verdaderos protagonistas de la noche, que se lo merecen.

Mr. Wolf

Más info en la web del grupo

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