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Por fin llegó Azkena, el festival rockero por excelencia de este país. Y un año más, la gente de Bcnenconcierto no podíamos faltar a la cita vitoriana. A priori, había grandes expectativas al tratarse de la décima edición; desde hace meses se esperaban grandes nombres para el festival, y pese a que así ha sido, también nos hemos quedado un poco con las ganas de algo más, de alguna actuación que supusiera un bombazo inesperado. Sobre el tema de los horarios también habría mucho que comentar. Una banda como Thin Lizzy se merece un respeto, y programar su actuación a las 2.45 (que encima fue media hora más tarde) me parece absolutamente fuera de lugar. Tampoco ha resultado positivo el tercer escenario. Uno de los atractivos del festival era poder ver a todas las bandas, y ahora, aunque han sido pocas, ha habido actuaciones solapándose, viéndonos obligados a elegir. De todas maneras, y pese a estas quejas, hay que ser justos, y decir que esta ha sido una de las mejores ediciones que hemos visto del festival, sin duda.
Después del viajecito en coche, en el que por supuesto sonó la música adecuada, llegamos a nuestro alojamiento. Comida, siesta reparadora y hacia el festival. Antes de entrar, la primera sorpresa, como fue encontrarnos con el gran Glenn Hughes (músico muy querido por algunos de nosotros), que accedió amablemente a hacerse la fotografía que podéis ver tanto en la web como en nuestro Facebook. Buen inicio. Cola para entrar, cola para el Welcome pack, con su camiseta y demás regalos, y cola para el Passport ARF, con lo que entre unas cosas y otras llegamos justo al final de la actuación de Eels, que pese a mi poco interés por el grupo, reconozco que no sonó nada mal. Le daremos otra oportunidad.
Los siguientes en aparecer sobre el Solomon Burke Stage fueron Black Country Communion, la superbanda formada por el citado Glenn Hughes, Joe Bonamassa, Jason Bonham y Derek Sherinian, que venían con su segundo trabajo calentito bajo el brazo. Pese a los problemas de sonido, buen concierto. Los que hayáis visto al señor Hughes alguna vez sobre un escenario ya sabéis como las gasta. Amo sobre las tablas, con una voz prodigiosa que mantiene perfectamente aún estando cerca de cumplir ya los 60, y demostrándose como el auténtico líder de su grupo, con un Bonamassa más tímido de lo habitual. Junto con sus temas propios, como el inicial Black country, grandes momentos como Burn, el atemporal clásico de los Purple de Hughes y David Coverdale. Perfecto para empezar la tarde.
Tras unos minutos de espera, tuvimos a The Cult. Con un Billy Duffy en su habitual papel de serio guitarrista, nos encontramos con la sorpresa de un Ian Astbury bastante pasado, tanto de peso como de vueltas. Con continuas referencias a Bon Jovi, coreando el Campeones, campeones y mencionando a los que se dedicaban a usar las vallas como urinario. Todo bastante extraño, por no hablar de su horrorosa imagen, con un vestuario difícil de explicar. Pero en cuanto a la música, pues que vamos a decir cuando un grupo así te ofrece un grandes éxitos, con Electric ocean, Lil' devil, Wild flower, She sells sanctuary, Dirty little rockstar (más referencias a Bon Jovi) o Love removal machine, entre otros. En mi opinión, uno de los mejores conciertos del festival. Matadores.
Siguientes: Rob Zombie y su banda. Aquí seré breve. Debo decir que nunca he sido fan de este hombre, aunque sí me merece todo el respeto. Y la verdad es que me lo pasé bien con su actuación; con la puesta en escena, con imágenes del cine clásico de terror como telón; y también con la música, sobre todo con los temas que sonaron de White Zombie, caso del famoso More human than human. Bien, correcto.
Luego le tocó el turno a la que para mí personalmente era una de las actuaciones más esperadas del festival. Nunca había tenido ocasión de ver a Ozzy Osbourne ni a Black Sabbath, y esta vez he podido desquitarme con el primero. No es ningún descubrimiento el decir que el Madman está bastante cascado, tanto físicamente como de voz. Pero todos sabíamos hasta donde puede llegar y lo que íbamos a ver. Siempre se ha sabido rodear de buenos músicos, y aunque ahora ya no está con Zakk Wylde a la guitarra, sí mantiene a una buena banda. Y el repertorio espléndido: I don't know, Suicide solution, Bark at the moon, Crazy train, Mr. Crowley o Mama I'm coming home; además de clásicos Sabbath, como fueron Fairies wear boots, Iron man o, cómo no, el Paranoid final. Gracias, Ozzy.
1.30 de la madrugada. Horas en las que el agotamiento ya aparece en toda su intensidad. Pero es que es el momento de Kyuss Lives!, momento de intensidad sonora sin límites, de dejarse llevar por clásicos modernos como Green machine, de disfrutar viendo casi, casi a los auténticos Kyuss. John Garcia estaba ahí, con su torrente de voz. Brant Bjork estaba ahí, manteniendo el ritmo trepidante tras la batería. Nick Oliveri estaba ahí, marcando esas típicas líneas de bajo, marca de la casa. Sólo Josh Homme no estaba ahí a la guitarra, en lo que habría sido la guinda para los que amamos a esta banda del desierto, que en vida no consiguió gran cosa, y que tras su separación se convirtió en una banda de culto. La mejor actuación del día.
Después ya solamente quedaba retirarse a dormir y coger fuerzas para el día siguiente, que en breve comentaremos aquí también.
Mr. Wolf
Más info en la web del festival
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