Hace un par de años, siguiendo la estela de nuevas bandas de
Rock americano como los Red Clay Strays, descubrí a unos texanos que me
encantaron, y de los que no tenía referencias. Desde Odessa, Texas, Los Treaty
Oak Revival. Una banda que hasta entonces sólo había tocado en bares, y que se
formó en 2018 precisamente para eso, para tocar versiones de Rock sureño en
cualquier garito de Texas y alrededores. Los años han pasado muy deprisa para
ellos. En 2021 se dieron a conocer con el disco No Vacancy, un disco repleto de
himnos Country Rock cerveceros, que les dio a conocer y empezó a sacarles de su
zona de confort al empezar a tocar cada vez más lejos. En 2023 llegaría Have A
Nice Day, y con él los garitos cada vez más grandes, hasta que tocar en garitos
se les quedó pequeño y dieron el paso, poco a poco, pero sin pausa, hacia las
grandes salas de conciertos, tanto rockeras como country. Este mismo año
publicaron hace unos meses un mini LP acústico en directo, llamado The Talco
Tapes, con versiones de algunos de sus temas más conocidos, y que es una
delicia. La expectación era muy grande ante la publicación de su tercer álbum
de estudio, los dos adelantos publicados como single, Happy Face y Bad State Of
Mind, habían funcionado muy bien, y así, hace unos días, ha visto la luz West
Texas Degenerate. El disco que debe colocarlos en la élite del Rock sureño.
Mezclan sin ningún tipo de rubor la sonoridad del Country, el virtuosismo del Hard rock y la fuerza y energía del Punk.
El disco se abre con una introducción muy original, una
conversación sobre los primeros conciertos y héroes musicales con Edgar Viveros
del grupo de Oklahoma Ben Quad. Port A entra como un cañón con unas guitarras
que echan fuego, para contarnos cómo fueron unos modestos días de vacaciones de
Sam Canty. El tema que da título al disco, West Texas Degenerate, es un dueto
con el músico texano William Clark Green. Va a convertirse en su nuevo himno,
ya que es una canción con un estribillo irresistible, en el que se habla de
identidad y de los vicios que todo degenerado del oeste de Texas arrastra
consigo. Shit Hill baja un poco las revoluciones con su inicio de batería
sincopado, hasta que un redoble cambia completamente el tema y lo convierte en
una canción hard rockera con fuerte acento sureño. En Withdrawals se acompañan
de otro de los músicos con los que se han pateado los locales del sur de los
USA, Gannon Fremin & CCRV. El de Oklahoma empasta perfectamente con los
texanos para ofrecer un temazo que bien podrían haber firmado los mismísimos
Blackberry Smoke. El momento álgido del disco llega con su canción más
escuchada hasta el momento en plataformas, Bad State Of Mine. Clásico southern
rock en el que la voz de Sam Canty destaca especialmente, con su acento sureño
tan marcado, y en el que las guitarras de los Vanley echan humo. En Dosin nos
hablan de una pérdida amorosa y de lamerse las heridas. En Misery colabora Gary
Stanton, otro colega de escenarios, que los ha acompañado varias veces con su
banda Muscadine Bloodline. Gran canción con otro estribillo irresistible marca
de la casa. Stay A While marca un ritmo trotón para llevarnos a un bombazo Hard
Rockero con unas guitarras incendiarias que en los solos recuerdan al añorado
Eddie Van Halen, Naders. No hay disco clásico de buen rock americano que no
tenga su bonita canción de amor, Sunflower es más un medio tiempo que una
balada, pero cumple con creces su función en el disco, y es que no todo puede
ser intensidad. Happy Face fue el primer adelanto del disco, se publicó en 2024
con la banda en plena expansión, y provocó mucha expectación. Gran canción
sobre una ruptura y el engañarse a uno mismo poniendo buena cara cuando estás
destrozado. Blue Star es la última canción del disco, y es otro temazo de Rock
sureño que te hace desear el momento en que se decidan a cruzar el charco y
venir a tocar por aquí. Sus directos tienen fama de incendiarios con Stage
Divin’ y gente lanzando cervezas por los aires en modo die hard fan. West Texas
Degenerate se cierra con un apunte acústico que sirve para presentar al nuevo
bajista, Dakota Hernández.
El disco ha sido producido por los propios Treaty Oak Revival con la ayuda de Taylor Kimball. Sam Canty ha dejado el alcohol y dice que sus letras están madurando un poco, también dice que intenta fijarse en gente como Reckless Kelly o Ryan Bingham, pero lo que no ha perdido es la fuerza y el descaro. Y es que está al frente de una de las mejores bandas de Rock americano del momento. Esperemos que dure y que podamos constatarlo en nuestros escenarios.
Antonio Sánchez
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