Igual que en su concierto de hace unos años en La Boite, Jason Ringenberg estuvo divertido, y especialmente tronchante en sus comentarios sobre el vinilo y el iPod. Warner E. Hodges es un animal escénico, como ya demostró hace unos meses con los Homemade Sin de Dan Baird en el mismo escenario. Snibb y Collins secundaron perfectamente con sus instrumentos y, sobre todo en el caso del segundo, acabaron bañados en sudor, pero siempre con una sonrisa.
Esperemos que sigan muchos años grabando discos como este último y ofreciendo conciertos como el que hemos podido disfrutar. Que gran banda y que grandes canciones.
Y como momento curioso de la noche, la imagen final de ver comprando en el puesto de merchandising al batería de un nefasto (aunque increíblemente exitoso) grupo catalán. Tendrá buen gusto pero el talento no se contagia. Lástima.
Mr. Wolf
Más info en la web del grupo
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