lunes, 24 de octubre de 2022

THE AFGHAN WHIGS. APOLO 2. 23/10/22


No tengo ninguna duda sobre Greg Dulli. Es uno de los músicos más interesantes aparecidos durante los últimos treinta años, y con sus Afghan Whigs lo sigue demostrando con cada disco y cada concierto. Pero es que en solitario, con los Twilight Singers (histórico concierto el de 2004 en Razzmatazz 3), o con sus aventuras junto al llorado Mark Lanegan el nivel siempre ha sido excelente. Ahora, pocos meses después de verlos en el festival de Azkena, los Whigs se nos presentaban en una sala de dimensiones idóneas para disfrutar de su propuesta.

Tras anunciarse a las 19:00, finalmente el concierto pasó a las 20:00, y la misma mañana descubrimos que había telonero, algo que ni en la web de Apolo ni en ningún sitio habíamos visto. Este hecho provocó que nuestro Mr. Sheep no pudiera asistir y se indignara notablemente, y con razón. Como hemos dicho otras veces, el respeto por los asistentes a conciertos brilla por su ausencia. Una pena.

El telonero en cuestión era Ed Harcourt, músico británico que yo desconocía totalmente. Él solo, con la guitarra y el piano amenizó la espera con sus canciones, aunque en mi opinión abusara de efectos y sonido pregrabado, algo que odio. Pese a ello no estuvo mal y se mostró como un tipo simpático.
Lo de Afghan Whigs ya fue otra cosa. Aunque en un principio se les relacionó con el Grunge, su música me parece inclasificable y no me recuerda a nadie más. En directo suenan como una apisonadora, y es un placer ver la manera como el señor Dulli pone el alma en cada nota. Además, la incorporación del guitarrista Christopher Thorn (miembro de Blind Melon, casi nada) me parece un acierto total. ¿Las canciones? Pues en general hicieron un repaso a su fantástica discografía, con algunas gemas antiguas como Gentlemen, Somethin' hot o Summer's kiss. Obviamente, también hubo abundante espacio para sus trabajos más recientes, y aquí podríamos citar I'll make you see God, Matamoros o Demon in profile como ejemplo. Y alguna versión, como la final There is a light that never goes out, de los Smiths, grupo que a mí personalmente nunca me gustó, aunque la canción sonó de maravilla pasada por el filtro de los Whigs.

Somos afortunados por ser coetáneos de bandas como Afghan Whigs. Quizá por eso la sala estaba a rebosar con un público entregadísimo que salió con las expectativas más que colmadas. Claro que ver sobre un escenario a tipos como Greg Dulli es tiro seguro.

Mr. Wolf

Más info en la web de Afghan Whigs
 

 

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