domingo, 18 de noviembre de 2018

THE MAGPIE SALUTE. RAZZMATAZZ 2. 13/11/18


Siempre he sentido una especial debilidad por The Black Crowes. Son una de las bandas más importantes de los últimos 30 años y su fiabilidad tanto en disco como en directo ha sido total. Cuando los caminos de los hermanos Robinson se volvieron a separar, la decepción inicial dio paso a la esperanza de que sus proyectos en solitario estuvieran a la altura de su leyenda. Pasados ya unos años creo se han quedado a medias. Es cierto que Chris Robinson se ha arriesgado en un proyecto alejado de su banda madre. La Chris Robinson Brotherhood practica una suerte de Rock lisérgico que bebe principalmente de la psicodelia y de The Grateful Dead, y aunque tienen discos buenos y en directo por momentos están tocados por la varita de la inspiración, te dejan con la sensación de que estaría bien que encontraran un equilibrio entre las JAMS y las CANCIONES. Por su parte Rich Robinson ha publicado algún disco interesante en solitario como Paper, pero su intento de emular el sonido Black Crowes ha quedado un tanto desangelado. The Magpie Salute es una banda formada por extraordinarios músicos, Rich Robinson y Marc Ford están soberbios a las guitarras, Sven Pipien es un valor seguro al bajo y a los coros, Matt Slocum cumple discretamente a los teclados y Joe Magistro a la batería lo hace francamente bien, por su parte John Hogg es un buen vocalista, pero tiene una evidente falta de carisma, y es que al buscar un sonido tan Crowes, las comparaciones con Chris Robinson son odiosas.

El concierto en una sala Razzmatazz 2 abarrotada fue de menos a más. Comenzaron con temas de su álbum en estudio High water I como High water, take it all, for the wind y open up. Fríos y con evidentes problemas de sonido para escuchar a John Hogg, levantaron el vuelo con las acertadas versiones de Blind Faith, Had to cry today, y la sorprendente The killing moon de Echo & the Bunnymen. La verdad es que los temas que cantaron Marc Ford y Rich nos hicieron pensar en la necesidad de contar con otro vocalista. Marc bordó Smoke signals y Rich estuvo pletórico en Yesterday i saw you. Momento para una parte acústica que quedó deslucida por el sonido pobre del micro de John Hogg. Sister moon y Hand in hand sonaron bien en versión desnuda y la temperatura de la sala empezó a subir con Welcome to the goodtimes de los Crowes. A partir de aquí todo fluyó mucho mejor, Walk on water dio paso a ese temazo de Marc Ford llamado The Vulture, y una acertada revisión del What goes on de la Velvet Underground. Can you see y un poker de ases de The Black Crowes como Ballad in urgency, Wiser time, Thorn in my pride y Jealous again, el final para el mejor tema de los Magpie, Send me an Omen.


Lo mejor del concierto fue el poder disfrutar de unos grandes músicos, ver recuperado a un Marc Ford al que vimos muy mal hace unos años cuando vino con la Steepwater band, y el poder disfrutar de algunos temas clásicos en la historia del Rock, pero por otro lado creo que si no consiguen alejarse un poco de los parámetros de los temas de los Crowes las comparaciones harán que pierdan fuelle e interés.

Habrá que confiar en que Chris y su hermano hagan las paces y reformen a los Black Crowes clásicos, creo que se necesitan mutuamente para brillar y conseguir la excelencia, mientras tanto estaremos atentos a sus siguientes pasos.

Mr. Sheep

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lunes, 12 de noviembre de 2018

NIÑOS MUTANTES. SALAMANDRA. 10/11/18


Niños Mutantes es una banda granadina formada en los 90 que habitualmente se ha movido en el indefinido mundo del Pop-rock. También forman parte de la vieja guardia de lo que se ha llamado indie-rock patrio. Algunas bandas actuales han reconocido sus influencias,  hasta tal punto de reflejarlas en el disco de versiones Mutanciones donde aparece lo más florido del género (Havalina, Russian Red, Nada Surf, Lori Meyers...).
Pero en este caso lo que se celebra es el fin de gira de su disco 10 y medio, un recopilatorio que repasa su trayectoria y agrega algunas canciones nuevas.
Para la ocasión, citaron a sus fans en la sala Salamandra de L'Hospitalet. Un interesante plan para un sábado por la noche en una espacio que personalmente me gusta por dimensiones y acústica. Una buena entrada sin llegar a estar apretados. Me sorprende la homogeneidad del target: modern@s viejun@s de 35 a 45 años. El resto, si no tienen esa edad, lo parecen. Así pues, un grupo generacional a todas luces.
Para el concierto escogen un repertorio plagado de canciones que en su momento han tenido cierta volada en el mundillo alternativo nacional. Ninguna con un éxito atronador pero todas de calidad incuestionable. Así, suenan canciones muy pop como NM, Errante, La Voz, Todo Va a Cambiar, Hundir la Flota, Las Noches de Insomnio, Sin Pensar... pero también hermosas composiciones rockeras como Jovencita, Pura Vida o las enormes El Menú del Día y Glaciares y Volcanes. Mención especial para la emocionante versión de A Galopar, ese poema de Alberti musicado inicialmente por Paco Ibáñez, un himno indispensable en estos momentos de zozobra política.
La mayoría del público, muy fan, coreó todas y cada una de ellas. Y Juan Alberto Martínez, cantante y letrista de la banda, ejerció de frontman con ese gracejo andaluz típico. Así que se vivió una comunión bastante lograda hasta los bises.
De la parte técnica, destacar el excelente sonido y un sobrio pero efectivo juego de luces. Para qué más.
Buen concierto, en definitiva. Personalmente pienso que lucen bastante mejor en las composiciones rockeras y especialmente en las concisas (lo bueno en rock, si breve, tres veces bueno). Ahí es donde tienen un sonido bastante reconocible. Respeto sus canciones más poperas (alguna incluso me gusta mucho), pero hacer una canción pegadiza de calidad y, sobretodo, original, me parece muy difícil. Y el pop... lo reconozco, me resulta un tanto cansino.

Mr.Bull

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