domingo, 26 de enero de 2020

LOS AMANTES DE MARÍA. MONASTERIO. 22/01/20




Siempre tuve debilidad por Los amantes de María, un grupo que estuvo activo entre los años 1987 y 1994, de la escena rockera underground de Barcelona. En su momento sólo sacaron un disco, al que recuerdo que llegué por alguna reseña en el Rock de Lux y por una aparición en directo en el programa de televisión Plàstic. Nunca entendí como un grupo con aquel potencial no tuvo mejor suerte, y siempre tuve clavada la espinita de no haberles visto en directo. Quién me iba a decir a mí que treinta años después de comprar su disco por fin iba a poder saldar mi deuda. Hace casi dos meses me llegaron noticias sobre su vuelta a los escenarios, con el motivo de rendir homenaje a su bajista "Duddy Martínez", fallecido en 2002. Por un lado me llevé una alegría al poder recuperar unas canciones a las que siempre les he tenido mucho cariño y que por fin podría disfrutar en vivo, por otro lado sentí un poco de tristeza al saber que sólo era una reunión puntual para hacerle un homenaje a su bajista original.



Con un poco de incertidumbre sobre el estado de forma en el que me los encontraría, y con muchas ganas de escuchar tanto sus temas clásicos incluidos en su disco, como los que no pudieron registrar en su día, me acerqué en un lluvioso y desapacible Miércoles a la sala Monasterio. La primera sorpresa fue el ver la gran respuesta de público, con la sala prácticamente llena. La principal sorpresa de la noche fue encontrarme con una banda en plena forma, como si no lo hubieran dejado nunca. Rockeros, potentes y con la dosis justa de nostalgia.



María Rodríguez-Rey está muy bien de voz y su acústica suena perfecta, Miguel Monfort disfrutó como un niño sacando guitarrazos afilados, Jordi Vila funcionó como un metrónomo llevando el ritmo y el mando detrás de su batería, perfectamente acompasado con el bajo de Bruno Borsten, pletórico toda la noche; Javier Martín utilizó su teclado a modo de colchón de los temas, en su medida justa, sin sonar muy ochentero. Hay que destacar también el trabajo de Miguel Figuerola, guitarrista de otro gran grupo de la escena rockera underground barcelonesa, Las flores del mal. Sus guitarras cortantes acompañaron al grupo en los temas más potentes.



El repertorio mezcló temas de su disco con otros más desconocidos, al menos para mi. Ojos, Love lights, una maravilla llamada Casa vieja, Una nube no es lugar para dos, la festiva México lindo, Diablo, la imprescindible Tren en vía muerta, un momento para la calma con la colaboración de Marta Rodes y Paz Bodoque en los temas I don´t cry anymore y Huyendo del Sol. A continuación tocaron un tema nuevo compuesto por Jordi Vila, del que no recuerdo el título entero, pero que comenzaba con la palabra Idiots. Otro temazo desconocido para mi, 5 segundos, me hizo pensar en cómo hubiera sido un hipotético segundo disco. La parte final del concierto fue brutal con las cañeras El rastro de la Luna, Justine y La carnada. Para los bises nos regalaron Pelea de gallos, Una broma pesada y cerraron por todo lo alto con As en la manga. Gran concierto de unos músicos formidables y honestos en su propuesta, que además se mostraron cercanos y cariñosos con todo el mundo al acabar el bolo. Me encantó hablar con María y con Jordi, al que le recordé su etapa con los Rivertones, el grupo en el que militó junto a los actuales Bantastic Fand, Nacho Para y Paco Del Cerro.



Me encantará saber de todos ellos en el futuro, si no es con Los amantes de María, en cualquiera de sus otros proyectos.

Mr. Sheep

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domingo, 19 de enero de 2020

SEAFOAM GREEN. ROCKSOUND. 14/01/20

Primer concierto del año para quien esto escribe, y cómo no, en Rocksound, la sala que se ha convertido en la más importante para los rockeros de la ciudad. En esta ocasión, con la banda irlandesa Seafoam Green, liderada por Dave O'Grady, al que pudimos ver unos años atrás en solitario como telonero de Rich Robinson, convertido en su amigo, mentor y productor. Relación que dio sus brillantes frutos con Topanga mansion en 2016, su debut discográfico.
Para esta gira, Dave (voz, guitarra y ocasionalmente teclados) ha venido con la habitual cantante Muireann McDermott, y al dúo se han unido Christopher Nicholls al bajo y Justin Johnson a la batería, con lo que las bellas melodías Country, Folk sureñas se ven reforzadas en formato banda.
¿Y qué tuvimos en directo? Pues eso, sonido de raíces en la más pura tradición de The Band y otros grupos míticos por el estilo, con pelotazos rockeros combinados con hermosas canciones más reposadas. Y un acertado contraste entre las voces de Dave y Muireann, tremendos ambos en ese final a capella. Noche de más de un momento de  brillantez, ya desde la inicial Down the river, junto con otras maravillas como For something to say, Home, Runaway o Lowly Lou. Y claro, esa versión de Be my friend, de los maravillosos y nunca suficientemente reivindicados Free.
No sé si a los fotógrafos de la sala les hizo mucha gracia que, después de varias canciones, Dave les dijera que se apartaran para dejar paso a la gente de atrás, pero lo que sí sé seguro es que fue un gran concierto del que todo el mundo salió más que feliz.
Empieza bien este 2020.

Mr. Wolf 

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