La visita de los norteamericanos Killer Kin a la sala
Estraperlo de Badalona, llevaba mucho tiempo marcada en mi calendario. Desde
que los vi en el festival Munster, me quedé con las ganas de disfrutar de su
directo en un concierto propio y en una sala adecuada para su propuesta. Una
propuesta salvaje, insolente, física e histriónica. Una muralla de sonido que
proviene del Punk y el Rock n’ Roll más salvaje de los setenta, y que tiene
como referentes a grupos como The Stooges, Motörhead, Cosmic Psychos o Radio Birdman. Sus
conciertos de hace poco más de un año sorprendieron a mucha gente, que no se
esperaban tal derroche de energía, y que han hecho proselitismo entre los
aficionados al género. Así que no es de extrañar que la sala Estraperlo tuviera
una buena entrada en la calurosa noche del Domingo. Por lo que me han contado
unos amigos que los estuvieron viendo en el Gruta 77 de Madrid, allí el calor
era infernal, y condicionó mucho el concierto. En el Estraperlo las condiciones
fueron mucho mejores, en cuanto a la climatización y, como siempre, en cuanto
al sonido, que fue excelente durante la casi una hora del concierto que nos
brindaron los de New Haven.
Lo de Mattie Lea no tiene nombre. Su entrega en escena es
total y cada noche se vacía por completo. Es un vocalista exhibicionista y
salvaje, y sin duda marca la diferencia para una banda que musicalmente es muy
solvente, pero que sin la actitud salvaje de su frontman no llamaría tanto la
atención. Ver el escenario encharcado con su sudor al acabar el concierto hace
que veas que si no tocan más tiempo es porque físicamente no pueden. Chloe Rose
escupió riffs con su Flying V y derrochó actitud, con esa pose distante y fría
que contrasta tanto con la de su vocalista. Brady Wilson se lució a la
guitarra y fue todo sonrisas y buen
rollo, como Marco Carotenuto al bajo. Jason Kyek estuvo preciso y contundente
detrás de su batería. Se les ve muy compenetrados, tanto encima como fuera del
escenario. Al acabar el bolo salieron todos para estar un rato con el público
firmando discos, charlando, haciéndose fotos con quien quiso, y bailando al
ritmo del excelente Dj que nos amenizó la noche.
No presentaban material nuevo, así que el repertorio fue
bastante parecido al de la gira del año pasado, basado en su disco de debut. Temazos como On the Chain,
Sonic Love, Kill for You, Mr. Dynamite o el más reciente Point Black nos hicieron no parar de
movernos durante todo su anfetamínico concierto. Estos aquelarres sónicos son
una gozada y te cargan las pilas. Ojalá no tarden mucho en volver.
Fotos cortesía de Mario Olmos
Mr. Sheep
Más info en el Bandcamp de Killer Kin
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