La banda de Joana Amaro ejerció de telonera. Y bien, esta mujer me merece todo el respeto del mundo y me hizo ilusión verla sobre el escenario después de tantos años de darse a conocer, pero también debo decir que su música ha quedado bastante desfasada y no ha aguantado muy bien el paso del tiempo. Eso por no hablar de su versión de Whole lotta love, claro. De todas maneras, un aplauso para Amaro.
El concierto de Joe Lynn Turner me dejó sensaciones opuestas. Por un lado es fantástico escuchar todas esas grandes canciones, pero por otro lado creo que debería ser un poco más valiente y ofrecer también cosas nuevas o de sus trabajos más desconocidos. Porque, sinceramente, todos amamos Smoke on the water, pero... ¿es necesario? Él no es Ian Gillan, nadie se la va a pedir noche tras noche. En fin, es una reflexión que dejo ahí y que me parece que el resto del numeroso público asistente no compartió. Ok, no problem.
Dos temas de Rainbow abrieron el fuego: Death alley driver y I surrender, destrozados por un sonido lamentable que mejoró algo durante el resto de la noche. De la misma banda sonaron Stone cold, Man on the silver mountain, Miss mistreated o Long live Rock'n'Roll, con dedicatorias para Ronnie James Dio incluidas. También sonaron temas de su etapa con Yngwie Malmsteen, caso de Déjà vu. Y varios recuerdos a Purple, como Perfect strangers, mis favoritas Highway star y Burn, o el final con Smoke on the water.
Un Joe Lynn Turner que se mantiene en una espléndida forma, apoyado por una banda cumplidora y un público feliz por obtener lo que desea: un clásico tras otro. Todo perfecto, salvo un lamento: ¿Dónde está el hombre que sacó de su chistera todos esos riffs inolvidables? ¿Qué hace el señor Blackmore perdido en su mundo de trovadores medievales?
Mr. Wolf
Más info en la web del músico
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