domingo, 26 de diciembre de 2021

MAIKA MAKOVSKI. SALA PETITA TEATRE NACIONAL DE CATALUNYA. 23/12/21


Horas antes de que entrara en vigor un nuevo toque de queda teníamos la oprotunidad de asistir a un concierto. ¿El último por una temporada? Ya se verá, pero la triste realidad es que la cosa pinta muy, muy mal. Crucemos los dedos.

Maika Makovski me parece una artista bastante inclasificable. Se la suele comparar con P. J. Harvey, y en su música también podemos encontrar ecos de David Bowie o Nick Cave, pero al mismo tiempo hay arrebatos rockeros y momentos atmosféricos o étnicos, así que será siempre difícil ponerle etiquetas. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

El impacto del Covid también llegó a Maika y su banda, y a punto estuvieron de suspenderse los dos conciertos de Barcelona ante la baja del músico Semión Bredikhin y de su técnico de sonido. Afortunadamente aparecieron Ovidi Tormo de Los Zigarros y Xavi Ollé de Th' Booty Hunters para echar una mano sobre el escenario y a los controles, respectivamente. Desde aquí les damos las gracias por salvar las dos noches (o tardes), y poder ahora hablar de la segunda de ellas, que es a la que asistimos.

Y bien, la cosa fue de una gran banda presentando un espléndido disco en un agradable lugar y con una bonita puesta en escena. La clase y el carisma de Maika hicieron el resto, pero realmente se rodea de unos músicos de sobresaliente. Es de justicia destacar el trabajo de Daniel Fernández, Mariana Pérez y Adrián Martínez. Y por si fuera poco, MKMK es sin duda uno de los mejores trabajos publicados en este lamentable 2021. Así que nada podía fallar.

Nada falló. Tras una intro con un extraño Also sprach Zarathustra, empezó la fiesta con Scared of dirt. Muchos temas de MKMK, pero también espacio para otros, como ese hipnótico Lava love o Not in love. ¿Los mejores momentos? Quizá ese final con Love you til I die o ese precioso Places where we used to sit. Los músicos intercambiándose instrumentos y la sensación de que lo pasaban bien sobre el escenario. Y desde luego, para los que estábamos fuera de él no era sensación sino certeza: lo estábamos pasando muy bien.

Una gran noche, pero con sentimiento de tristeza a la salida al pensar en cuanto tiempo tardaríamos en volver a asistir a un concierto. Esperemos que la situación mejore y no sea mucho.
 

Mr. Wolf

 

 

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