Menudo fin de semana
pasado, después de que Bantastic Fand triunfaran por todo lo alto en la noche
del Sábado, Rocksound se preparaba el Domingo para un bonito cartel doble donde
primero tocarían los Riders of the canyon y después The Band of Heathens. Yo creo que ni el
más optimista de los asistentes se esperaba el conciertazo de los tejanos. A
ver, no me entendáis mal, tienen buenos
discos y grandes canciones, pero su abrasadora actuación nos dejó a todos con
la boca abierta.
La noche empezó muy bien
con el supergrupo formado por los artistas de la factoría Great Canyon, Joana Serrat, Roger Usart, Victor Partido y
Marta Delmont. Interpretaron temas de cada uno además de alguna versión. Era la
primera vez que actuaban juntos y a pesar de algún pequeño desajuste, sus voces
y guitarras combinaron perfectamente y nos dejaron con ganas de más. Siento
especial debilidad por los temas del último disco de Joana Serrat, Cross the
verge y me encantó escuchar alguno de ellos en vivo.
He de decir que tan sólo
conocía canciones sueltas de The Band of Heathens, especialmente de su penúltimo
disco, Sunday morning record, que contiene buenas canciones, pero no acaba de
enganchar, quizás por su dispersión. Así que yo esperaba un buen concierto,
pero nada más. Lo que ocurrió fue un derroche de entrega, calidad, simpatía,
duración y canciones, que superaron la mejor de mis previsiones.
La sala Rocksound casi
llenó su aforo y volvió a sonar de maravilla, así que después de la actuación
de Riders of the canyon, unos
visiblemente contentos The Band of Heathens tomaron el pequeño escenario,
liderados por Ed Jurdi y Gordy Quist a las guitarras y voces, con Trevor Nealon
a los teclados, Richard Millsap a la batería y Scott Davis al bajo. Aunque el concierto fue de menos a más, la
verdad es que comenzaron muy bien con Sugar queen, el trallazo de Don’t call on
me y la luminosidad de All i’m asking, siguieron con Carry your love, la
celebrada Shotgun y Jackson station. Después en una de las muchas veces en las
que Gordy Quist se dirigió al público nos explicó lo mucho que admiran a los
Jayhawks y nos ofrecieron una versión escalofriante de Blue, seguida del
homenaje a Gregg Allmann interpretando una gran versión de Midnight rider.
Calmaron un poco los
ánimos con Texas, siguieron con el tema de Gillian Welch Look at miss Ohio.
Después se pusieron romanticones con la comercial Deep is love, LA county
blues, la soberbia Green grass of California y una parte final de escándalo con
Last minute man, Hurricane y Trouble came early.
Cuando se retiraron al
camerino sudorosos y satisfechos, estaba
claro que habían vencido y convencido, así que su vuelta a los acordes del tema
de la Creedence Clearwater revival Wrote
a song for everyone fue una auténtica fiesta.
No sé si fue porque era
el último concierto de su gira europea, porque habían venido sus familias a
descansar unos días a Barcelona, según nos contaron, o simplemente porque los
astros se alinearon esa noche. Lo cierto es que ofrecieron un show espectacular que desde ya es firme candidato a mejor
concierto del año.
Si todavía no tenéis su
último disco, Duende, haceos con él, no se me ocurre mejor disco para escuchar
en veranito con las ventanillas del coche bajadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario