Con bastante público y la responsabilidad de abrir el triple concierto, Havalina desgranan las pocas canciones que este tipo de formato les deja. El problema de ser un bolo de fiestas es que hay poco fan del grupo y mucha gente que viene a tomarse unas cervezas y charlar con sonido de fondo. Así, el bueno de Cabezalí y sus dos acompañantes tienen por delante la tarea de convencer a la parroquia, desconocedora en su mayoría del repertorio. Ningún problema: las canciones son espléndidas, el sonido perfecto y el grupo atesora mucha, mucha calidad. Norte, Animal dormido, Animal despierto, Objetos personales...Ningún parche o relleno. A destacar la muy stoner Desierto, estilo que abrazan con asiduidad mezclándolo con algún fondo a lo The Cure y distorsiones a lo Smashing Pumpkins (los buenos, los de antes). Como colofón, la potentísima Incursiones, con esos riffs poderosos a lo P.J.Harvey. Muchos aplausos de gente que al comenzar estaba de cháchara y que se rinden a Havalina. Concierto corto e intenso que no nos defrauda. Ya tardan en programarlos en una sala de aforo medio para disfrutarlos de cerca más rato. Para el que esto escribe, el grupo que está ahora mismo en el altar patrio.
Turno después para Triángulo de Amor Bizarro, una de esas bandas indies que atrae mucho público fan (ahora sí, las aglomeraciones propias de La Mercé). Mucho moderno disfrutando de la intensidad y la distorsión a lo Sonic Youth. Muy físicos, aparatosos, demasiado acelerados y lineales para nuestro gusto. A la cuarta canción decidimos pasarnos por la Plaça Coromines, donde estan actuando los gallegos Disco Las Palmeras. De nuevo intensidad, distorsión pero esta vez en clave más oscura y rockera. Nos gustan, sí señor. Una vez finalizado volvemos a la Plaça dels Angels para ver el set final de los Triángulo. Definitivamente no es el tipo de música con el que más disfrutamos pero hay que reconocerles su despliegue y disposición para con sus fans. Muchos fans. No los volveremos a ver, aunque seguro que seguiremos oyendo hablar de ellos.
Por último y tras una larga espera aparecen los Future of the Left, poco conocidos ciertamente para nosotros. Ya con mucho menos público, y parte del cual bastante beodo, se presenta este cuarteto inglés con aires de punk-rock aunque dotados de cierto eclecticismo como para abrazar algunos pasajes de doom o incluso sonido a lo B-52's. Articulándose sobre una base de bajo muy potente (Julia Ruzicka: desde ya en el top de las mujeres-guapísimas-que-se-mueven-y-tocan-el-bajo-como-Dios-manda) y el carisma del frontman Andy Falkous, el grupo va desgranando las canciones de su único álbum How to stop your brain in an accident. Destacamos Sheena is a T-shirt salesman, Arming Eritrea, la festiva Manchasm o la muy intensa I'm the least of your problem. Pero tenemos especial debilidad por Beneath the waves an ocean con ese atronador bajo de fondo. Bien. Aunque no las tengo todas conmigo de que triunfen en un futuro. Veremos.
Al final, una última mirada a la plaza de al lado donde los raros, raros... Unicornibot destilan sudor e intensidad, posiblemente las señas de identidad de toda la noche en general.
Visca la Mercè!!!!
Mr.Bull
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Mr.Bull
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