viernes, 7 de noviembre de 2025

LIBROS: LA MÚSICA VIAJA EN TREN

 




LA MÚSICA VIAJA EN TREN. MIGUEL LÓPEZ. SÍLEX. 2025. 479 PÁGINAS

La publicación de un libro de Miguel López siempre es una buena noticia. Su trabajo periodístico y sus excelentes libros anteriores convierten la salida de cada nueva obra en un acontecimiento imprescindible. En esta ocasión ha escrito un libro casi enciclopédico, sobre música, sí; pero también sobre el ferrocarril, medio en el que ha trabajado media vida, y sobre la sociedad del tiempo que se narra.

Miguel López ha escrito un libro fascinante. Su fascinación reside no sólo en el aspecto musical, con una crónica histórica de la música popular, sobre todo norteamericana, desde los orígenes del Blues hasta nuestros días. Lo verdaderamente interesante del texto está en entrelazar la música con el nacimiento y desarrollo del ferrocarril, y como éste fue fundamental para la historia y la imaginería de la música. Además, por supuesto, todo se contextualiza con la historia del momento y con los movimientos sociales y culturales de cada época. En un titánico trabajo que nos da una lección de historia con mayúsculas.

El libro abarca desde los inicios del Blues con sus pioneras como Mamie Smith, que grabó el primer blues en 1920, Crazy Blues. Memphis Minnie, Ma Rainey, Bessie Smith, etc…. Las primeras giras en tren, los Medicine Shows de la época, todo con la sombra siniestra de la segregación racial como telón de fondo.

La parte histórica sobre el ferrocarril acompaña a las andanzas musicales, y nos cuenta desde el primer recorrido en tren en los Estados Unidos, la línea Baltimore-Ohio en 1827, las múltiples compañías ferroviarias que luchaban entre ellas, la primera línea transcontinental en 1865 y su importancia en la vertebración y construcción de un país. El ferrocarril era un símbolo de libertad para los negros que escapaban de sus precarias vidas en el sur, y fue también una herramienta para el comercio clandestino en la época de la Ley Seca. La figura de los Hobos y su nómada forma de vida surgen con el desarrollo y la ampliación de las líneas ferroviarias.


“La época dorada del ferrocarril coincide con los años en que el Blues, el Jazz y el Gospel forjan su identidad”. Es fascinante cuando nos narra las peripecias vitales de mitos como Robert Johnson, Charlie Patton, Skip James, Son House o Bukka White. En esta parte se incluye un maravilloso capítulo dedicado a narrar la vida de David Honeyboy Edwards, sus andanzas en la gran migración del sur hacia Chicago, sus encuentros con compañeros músicos que hoy son considerados auténticos mitos, los trabajos forzados en plantaciones como expresión de una nueva esclavitud. Su participación en Barrelhouses y Juke Joints, que eran locales donde se divertían, comían, bebían y bailaban los afroamericanos. El Canned Heat y demás licores adulterados con el alcohol metílico que provocó tantas cegueras. Cómo tuvo que compaginar su vida como Bluesman y como Gandy Dancer del ferrocarril. Su ostracismo de años y su recuperación por parte de gente como Fleetwood Mac, hasta su actuación en el festival de Blues de Cerdanyola de 2006 con 91 años.

En otro gran capítulo llamado Traqueteos de libertad, además de hablar sobre el nacimiento y la evolución del Jazz, el Gospel y el Soul, se cuenta la historia del Underground Railroad, que fue una red clandestina que desde principios del siglo XIX ayudaba a escapar a los esclavos hacia los estados del Norte y Canadá.

Se narra la popularización del Gospel con figuras tan importantes como Mahalia Jackson o una Sister Rosetta Tharpe a la que podríamos considerar como la fundadora del Rock n’ Roll. Jelly Roll Morton es otro de los protagonistas como figura esencial para la popularización del Jazz con origen en Nueva Orleans. La transición hacia la época de las grandes orquestas del Jazz con Benny Goodman y sobre todos, Duke Ellington, como grandes referentes. La secularización del góspel nos llevó al Soul, a James Brown y a Aretha.


 

“El ferrocarril atrae mucho más a la poesía que otros medios de transporte”. El hombre con el que comenzó todo, Jimmy Rodgers. La primera estrella musical masiva en los Estados Unidos, que trabajó en el ferrocarril y que convirtió el canto en falsete conocido como Blue Yodel en lo que hoy día se conoce como Country.

La canción protesta que tuvo en el gran Woody Guthrie a su máximo exponente y a Pete Seeger en su difusor más destacado. “El Blues es música negra por definición, el Country es música blanca por definición, y el Folk, en cambio, es interracial y, tanto entre sus músicos, como entre su público, hay negros y blancos”.

Los que sabemos del amor por la música de Miguel López, conocemos sus filias y sus amores incondicionales, por eso la parte que les dedica a Johnny Cash, Bob Dylan, Beatles, Stones, Van Morrison o Tom Waits, resulta tan brillante. Conocer las relaciones que tenían con el mundo del ferrocarril resulta muy revelador. También nos explica el mito de John Henry como símbolo de la lucha por la justicia.

La última parte del libro está dedicada a la música española, desde el flamenco más añejo a la actualidad, y su relación con el mundo del tren. La historia del ferrocarril en España, la historia de Renfe, con sus mutaciones hasta llegar a la época de la alta velocidad, también es muy interesante.

Hay que destacar la edición tan bonita que ha hecho la editorial Sílex del libro, que tiene una preciosa portada con Johnny Cash apoyado en una locomotora, y una gran cantidad de fotos que ayudan enormemente a la comprensión del texto.

En definitiva, Miguel López en su nuevo libro, La música viaja en tren, nos habla de mucho más que de música, de trenes o de historia. Nos habla de la vida misma, que es de alguna manera de lo que nos habla en todos su libros.


Mr. Sheep


Imágenes de la presentación del libro el 14 de Octubre en Disco 100, en Barcelona

 


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