La música nos salvó como siempre...pero menos.
En otro año escuálido en cuanto a los directos, Mr.Bull echa la vista atrás para ver cómo ha sido este nefasto 2021.
Refugiados en los conciertos de pequeño formato y músicos locales, con las malditas sillas y la mínima interacción (algo que me deprime) poca cosa puedo destacar. La suspensión de conciertos y festivales, y la devolución de entradas, se han convertido en hechos recurrentes (Azkena Rock Festival, Deftones, Amyl and The Sniffers...). En todo caso toca ser solidario, especialmente con las valientes iniciativas locales (un fuerte abrazo a Carles, organizador del Sant Blues de St.Boi) y ser pacientes para que vuelva el Rock tal como lo amamos. Destaco en conciertos el Festival Altaveu donde tuve oportunidad de hacerme fan por convencimiento, de los Hermanos Cubero y de gozar de la pulcra Joana Serrat.
Personalmente he seguido profundizando en tendencias que vienen de atrás, para bien y para mal, como la desaparición del concepto LP (cada vez escucho más canciones sueltas) y la confianza en el algoritmo de Spotify y sobre todo Youtube (desde los tiempos de la MTV para mi la música también es imagen).. La única certeza musical en mi vida es Radio 3: pasan los años y el más vetusto de los medios sigue ahí, influyéndome, por suerte.
¿Y qué artistas destacar? Otra tendencia, acentuada si cabe en la pandemia, es que siguen sin aparecer nuevas superbandas. El rock de estadio, ¿os acordáis, está en suspenso, y más reservado que nunca a dinosaurios (cruzo los dedos por The Cure a finales del 2022). Cuesta encontrar artistas que superen el síndrome del segundo disco,
Comparto mi lista, en la que observareis que sobrepondero los sonidos duros. (Dios...¡cómo me apetece un buen pogo!). Amyl and The Sniffers, Idles, a los que espero ver en Marzo, los franceses Gojira o esa apisonadora llamada The Bronx van en esa línea. Sugus o los vascos Liher en la parte nacional también van por ahí.
La originalidad, algo que ya sabéis que valoro más que mis compañeros de blog, ha brillado por su ausencia. Sólo me ha sorprendido relativamente Chet Faker con su mezcla de soul y sónidos electrónicos low-fi. También Dry Cleaning, representantes del Spoken Word,ese estilo que lleva un tiempo dando guerra. O el marciano Moses Sumney que generalmente me carga bastante pero que en la bonita Bystanders (in space) me ha dejado boquiabierto con su dominido vocal y minimalismo musical. Expectante con esa tropa caótica llamada The Armed (¿son de verdad?). Y tiene su gracia la alianza entre la popera Halsey con mis amados NIN. En lo nacional, las duras Bala reciclando el grunge pero dándole un refrescante aire nuevo.
Resaltar un par de frikadas. Porque sí. El tedio me llevó a ver Eurovisión (sí: ¡así están las cabezas!) y tras ver la ejemplar actuación de los italianos Maneskin (unos buenos riffs, un frontman y una bajista como Dios manda , una escenografía...) no pude más que levantarme del sofá y aplaudir. En la parte nacional, no dejo de pensar en el pobre Winkie de los Ypnosi.
Por último, destacar la noticia del siglo, si no del milenio: por fin presentamos nuestro maravilloso libro Bajo los focos, crónicas rockeras de Bcnenconcierto (2008-2020). Todavía estáis a tiempo de tenerlo en vuestras manos
Feliz año y mucho rock.
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