La misma noche en la que nuestro querido Rufus Wainwright abarrotaba el Liceo, otra figura menos conocida congregaba a unas decenas de personas a pocos metros de distancia. Menor reconocimiento no significa menor importancia, teniendo en cuenta que nuestro hombre ha grabado en los últimos años espléndidos discos, junto a sus hermanos como The Felice Brothers, y más recientemente como The Duke And The King junto a su colega Bobby Bird, consiguiendo el que para mí es el mejor trabajo discográfico publicado en 2009: Nothing gold can stay. ¿De quién estamos hablando? Del gran Simone Felice.
Sólo su voz, una guitarra acústica y una armónica fueron suficiente para poder disfrutar de unas cuantas de esas joyas hechas canción, como la inicial The morning I get to hell, en la que nos hizo cantar a todos, de If you ever get famous, One more american song o la bellísima Union street. No se olvidó de The Felice Brothers, con Don't wake the scarecrow, Radio song y All when we were young. Y de propina, versiones. Fantástica Ol' 55, de Tom Waits; potente Atlantic city, de Springsteen; que decir de Helpless, de Neil Young, en la que cantó (y cantamos) metido entre la gente; y Long may you run, de Young y Stephen Stills.
En inglés y con su tosco castellano nos regaló diversos momentos hilarantes con sus comentarios, sin olvidar su divertida semi-interpretación de Hey, hey, my, my (otra vez Young) mientras afinaba la guitarra. Personaje cercano como pocos, saludó, charló y se abrazó con casi todos los asistentes al acabar una noche que, pese a ser de corta duración, nos hizo sentir afortunados a todos los que estábamos allí. Seguramente Rufus estuvo muy bien, pero los que acudimos a Sidecar no podemos tener queja alguna.
Mr. Wolf
Más info en la web del músico
1 comentario:
ESTOY TOTALMENTE DEACUERDO CON VOSOTROS.
SALUDOS
ROBER
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