Discográficamente ha retomado el pulso a su carrera y su último disco Fear and Saturday night es tan disfrutable como Mescalito, su excelente debut en 2007. En estos años ha pasado por todo un carrusel vital en el que ha tenido momentos de gloria y alegría como la concesión del Oscar a la mejor canción, premios Grammy, etc.. con una profunda depresión después de la muerte de sus padres. La verdad es que se le veía totalmente recuperado, la paternidad le ha sentado muy bien y se le ve feliz.
Venía con una nueva banda en sustitución de los Dead horses. De su anterior grupo sólo tuvimos la presencia de Elijah Ford, el hijo del gran Marc Ford como telonero e invitado en un tema. A la guitarra y el bajo estuvieron los ex componentes de Rose hill drive, Daniel y Jackob Sproul y con el violín un veterano Richard Rowdy Bowden que resultó un complemento excelente para la música de Ryan Bingham; en muchas fases del concierto se producían unos encuentros musicales espléndidos entre las guitarras y el violín; la verdad es que la banda sonó muy compacta.
El repertorio estuvo muy centrado en su último disco del que sonaron temas como Nobody knows my trouble, Broken heart tattoos, Top shelf drug, la excelente Island in the sky, la fronteriza Adventures of you and me o My diamond is too rough. Tuvo tiempo para repasar temas más antiguos como Dollar a day, Hallelujah, Tell my mother i miss her so o esa gran canción que es Southside of heaven.
Un gran concierto de un músico muy interesante al que no hay que perder la pista; esperemos que no tarde mucho en volver, ya lo estamos deseando.
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