Una verdadera exquisitez la visita de
The Delines, supergrupo con miembros de bandas como Richmond
Fontaine, The Damnations, The Decemberists o The Minus 5. Una noche
deliciosa de principio a fin por parte de cinco músicos veteranos y
con mucha clase. ¿Americana? ¿Country Folk? No importa. La velada
era para dejarse llevar y no pensar en etiquetas.
Apolo 2 presentaba una media entrada
(cierto es que tocaba competir con el fútbol) de un público
absolutamente respetuoso con la música intimista y reposada que
provenía del escenario. Hecho extraño el no tener que estar con el
fastidioso murmullo habitual de los conciertos. La escasa iluminación
también contribuía a la sensación de estar en el salón de tu casa
disfrutando de la música de la banda, que venía con su disco Colfax
bajo el brazo, a la espera ya próximamente de su segunda entrega.
He don't burn for me sirvió para dar
inicio a la noche. Bonita voz de Amy Boone, ideal para las bellas
canciones compuestas por el zurdo guitarrista, Willy Vlautin, el verdadero artífice de este proyecto. Sin
querer entrar en comparaciones, por momentos me venían a la cabeza
los Cowboy Junkies, o incluso Lucinda Williams en su faceta más
relajada. A la segunda, con Colfax avenue y sus preciosos coros ya
nos ganaron definitivamente para la causa. Y más: Wichita ain't so
far away, Cool your jets o un tema, Ride on Freddy, cantado por el
simpático bajista, Freddy Trujillo, dedicado al desaparecido músico
Freddy Fender. Todo ello a un nivel muy, muy alto, que nos hizo
olvidar por completo la ausencia de Jenny Conlee-Drizos, de The
Decemberists, de la cual desconozco el motivo. Y es que todos los
músicos eran capaces de captar por igual nuestra atención, en un
concierto para paladares finos.
Al finalizar, entre sonrisas, firmas y
fotos, la promesa de un retorno y de su próximo trabajo
discográfico. Lo estamos esperando.
Mr. Wolf
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