Bonita manera de iniciar el año rockero en Barcelona, con un espléndido doble cartel, en una noche en la que tuvimos clase y diversión en abundancia. Dos actuaciones, con dos estilos musicales distintos y dos maneras también distintas (pero igualmente válidas) de entender un concierto.
John Doe repetía visita, dos años después de actuar aquí junto a The Sadies. Y en esta ocasión, con su Keeper calentito bajo el brazo. Su hora sobre las tablas fue realmente soberbia, derrochando clase desde el mismo momento en que apareció en escena impecablemente vestido. Divertido, chapurreando castellano, y combinando temas de X, su antigua banda Punk, con otros de su discografía en solitario, más cercana a la música de raíces norteamericana. Y claro, un directo en el que conviven balazos como Jump into my arms junto a exquisiteces como Little tiger no puede fallar. Buenas canciones y una banda más que solvente cubriéndole las espaldas al amigo John. Primer acto con nota.
Lo de Slim Cessna's Auto Club es difícil de explicar. Hay que vivirlo. Cuentan quienes les vieron unos meses atrás en Sidecar que pusieron la sala patas arriba. Y en esta ocasión tampoco se quedaron cortos. Dos cantantes, metidos entre el público haciendo que nos agacháramos, bailes curiosos, guitarra de doble mástil, duelos con banjo, incluso trío de banjos, con Xavi de los Booty Hunters en escena con ellos, y sobre todo, locura y diversión. Algo que ya pudimos comprobar desde su primer tema, Magalina hagalina, ideal para corearlo todos juntos. Definir su música es difícil. ¿Gothabilly? Lo dejo para vosotros. Si no los conocéis, mirad de escucharlos. Y la próxima visita no la dejéis pasar. Valdrá la pena.
Mr. Wolf
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