En directo, lo que más se nota es la marca del Boss. Ese saxo, esa épica en algunas canciones o esa intensidad escénica por parte del sexteto no dejan lugar a dudas y recuerdan al sello Springsteen. Y con canciones como Ghost in the wire, la dedicada a Elvis Colonel and the king, On the street o Can't hold back nos ganaron a todos. Una banda sólida, con tres guitarras, juegos de voces, con Geoff Widdowson a cargo de teclados y saxofón; y sobre todo, esa entrega que tanto se agradece ver sobre las tablas. Todo ello forma un combinado que no deja indiferente a nadie, y creo que todos los presentes habríamos prorrogado la más de hora y media que los tuvimos tocando.
Momento para el recuerdo: la sala entera cantando Stand by me. Emocionante.
Mr. Wolf
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