Enorme el amigo Farris.
Con su antigua banda, The Screamin' Cheetah
Wheelies, nos hizo felices con unos cuantos discos de
extraordinario nivel y un memorable concierto en el festival de
Azkena 2004. Para los que estuvimos allí, recordamos
especialmente aquel mágico momento en el que falló la corriente y
Mike levantó al público cantando él
solo a capella. Una garganta privilegiada para un fantástico
grupo de Rock americano, sureño o como queráis llamarlo.
Después de su disolución, una carrera en solitario más enfocada
hacia el Gospel o el Soul, como pudimos comprobar en
Bikini, donde actuó junto a sus Roseland
Rhythm Revue por primera vez en nuestra ciudad, tras un par de
visitas suyas en solitario, armado únicamente con su guitarra
acústica.
Sin sección de viento, cuatro músicos
y dos coristas acompañaban a Mike en un
concierto dividido en dos partes de una hora la primera y hora y
media la segunda. No está mal, ¿verdad? Con la cantidad de
actuaciones rácanas
de tiempo que nos toca vivir, siempre es reconfortante encontrarse
con noches así. Lógicamente, hubo temas de su más reciente etapa,
como The Lord will make a way somehow, Power of love o
This little light, pertenecientes a su último trabajo, el
exitoso Shine for all the people. También algún tema anterior, caso de Selah! Selah! Pero creo que lo que
más abundó fueron las versiones, con recuerdos a la Creedence,
Bob Dylan,
Bob Marley, Sly &
The Family Stone, Stevie Wonder o
Stevie Ray Vaughan, en lo que fue un
completo catálogo de clásicos: Knockin' on heaven's door
mezclado con Three little birds, Living for the
city, Stand by me, Hold on I'm comin' o
Proud Mary (donde hizo subir al escenario a un par de personas
del público). Pero quizá el momento más emocionante de la noche
fue con Purple rain y su reconocimiento para Prince.
Piel de gallina, y eso que nunca he sido seguidor del músico
recientemente desaparecido. Mike también
nos habló de otras bajas como Bowie o
Lemmy, de quien contó un encuentro con
él en Los Angeles. Aunque sin duda, fue especialmente
destacable su feroz reivindicación de Malcolm
Young (al que orgullosamente lucía estampado en su camiseta),
diciendo que, pese a ser seguidor de Guns
N'Roses, consideraba que Axl Rose
no debería estar cantando en AC/DC.
Textualmente, dijo que sin Malcolm…
AC/DC is over. Está claro que lo
de Axl es la polémica del año, aunque
Mike lo dijera más por el mayor de los
Young que por Brian
Johnson.
Resumiendo, un gran concierto de un
excepcional cantante que mantiene intacta su poderosa voz,
junto a una más que competente banda en la que destacaron
especialmente las dos coristas. Dos soberbias voces negras que
acompañaron perfectamente a su líder y que también tuvieron su
cuota de protagonismo.
Y ya puestos a pedir, entre tanta
versión, habría estado bien que cayera algo de los Wheelies,
¿no? ¿Hello from Venus o Father speaks, quizá?
Mr. Wolf
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