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domingo, 12 de diciembre de 2010

WOVENHAND. APOLO 2. 10/12/10

¡Qué extraño concierto! El viernes el bueno de Dave Eugene Edwards nos visitó encabezando Wovenhand en la sala Apolo 2 para presentarnos su nuevo disco The Threshingfloor, el séptimo ya en su dilatada carrera.
Wovenhand es un proyecto que nace donde muere 16 Horsepower, la anterior banda de este curioso personaje, predicador en sus ratos libres. Comparte con el mismo la base folk, country, pero se adentra sin remilgos en territorios mucho más oscuros hasta componer un sonido propio e inconfundible, cosa de que muy pocas bandas pueden presumir. Unir a banjos o acordeones del profundo oeste americano unas originales bases rítmicas donde destaca el potentísimo bajo de Pascal Humbert, y todo ello con una intensidad y dramatismo extremo, resulta de lo más experimental dentro de un panorama musical bastante adocenado.
La primera sorpresa fue que para la ocasión Dave Eugene se rodeó de 4 músicos en el escenario (6 cuando en el bis se agregaron los teloneros Seven Seas Duet), algo que se nos antojó innecesario para desarrollar su música. En el Azkena 2009 por ejemplo bastó con bajo y batería para dejar anonadado al personal. E incluso en soledad es capaz de dejar pequeñas obras de arte como el video que os remitimos abajo.
Aquí el soporte de unos saturadores teclados y un eventual coro no parecieron aportar nada e incluso resultó molesto al combinarlo con la potencia de sonido desmesurada para tan pequeño local.
Tampoco ayudó el repertorio. Junto a los dos temas del nuevo album (Sinking hands y la que da título al último disco) se apelotonaron un puñado de canciones la mayoría en la misma línea: interminables introducciones con Dave Eugene hablando en trance y desarrollo de marcado dramatismo construido sobre una muralla de sonido que echaba para atrás. Individualmente trallazos, pero en conjunto...
Se echó en falta alguna pausa en el discurso, alguna canción acústica...Imposible seguir la intensidad del concierto, siempre "arriba" y con los oidos a rebentar hasta quedarnos anestesiados, desgraciadamente.
Esperamos en vano además que sacara el acordeón que tan bien adorna algunas de sus mejores canciones. Podía haber aprovechado incluso más a los teloneros con sus instrumentos arabizantes, una línea que por lo demás parece que se adapta muy bien a su místico estilo. En fin, alguna variedad sobre lo expuesto.
Así las cosas, el concierto fué decayendo a partir de la reiteración de la propuesta. Una lástima, porque hay que decir que Dave Eugene se vació, todo un espectáculo con sus trances sobre la silla, con esa magnifica voz que recuerda a Peter Murphy. Resulta tan excitante su propuesta que sin duda lo seguiremos a la espera de mejores días. Materia prima hay en abundancia, y con solo unos retoques de repertorio y sonido esta crítica sería otra.
Para acabar, decir que nos quedamos con las ganas de una de las piezas que nos enamora "The beautiful Axe".
¡¡¡Hasta pronto David Eugene!!!

Mr.Bull



Más info en la web del grupo

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